"Ha habido un cambio de actitud desde que Illa es president de la Generalitat; desde entonces están sumergidos en un discurso completamente incendiario". Fuentes de la Moncloa atribuyen el "cambio de actitud" de Junts per Catalunya al desenlace del tablero político que dejaron las elecciones en el Parlament del 12-M: el líder del PSC investido con los votos de Esquerra Republicana y los comuns. Los independentistas capitaneados por Míriam Nogueras en el Congreso de los Diputados propinaron este martes al PSOE un nuevo batacazo. Sin previo aviso y de forma inesperada, tumbaron una iniciativa de regulación de los alquileres; trigésimaquinta derrota parlamentaria de Sánchez esta legislatura. Junts per Catalunya, mientras tanto, hace el mismo análisis. Fuentes del grupo parlamentario en Madrid apuntan que desde el 8 de agosto (el paso de Carles Puigdemont por Barcelona y la investidura de Illa) ha habido "un antes y un después". Pero los socialistas, confiados en que hay que agotar el mandato, esperan que haya un cambio en la manera de hacer de los juntaires: "Confiamos en que lo digerirán y que querrán dejar de quedar constantemente retratados en el Congreso; gobernaremos tres años más".

Esta digestión, según opinan ministros de la alta jerarquía del Gobierno, tiene que llegar después del congreso de Junts que se celebrará en octubre. Al fin y al cabo, las mismas fuentes insisten en que Pedro Sánchez no teme que Carles Puigdemont acabe aliándose con Alberto Núñez Feijóo. Es el pronóstico que hacía este mismo miércoles Gabriel Rufián, quien advertía que, en su opinión, Junts per Catalunya empieza a construir una mayoría en la cámara baja con PP y Vox. Pero la Moncloa no lo ve de la misma manera: "Sería un suicidio político que dieran apoyo a una moción de censura de una formación a quien constantemente han tachado de represora", opinan. De todas maneras, fuentes de la Moncloa y Ferraz apuntan que los contactos entre Junts y PSOE son constantes, pero que ya hace tiempo que no se producen al más alto nivel.

Y poco a poco se hace más evidente la debilidad parlamentaria que sufre Pedro Sánchez. El Gobierno tiene en su horizonte la presentación de los presupuestos para 2025. Fuentes del Ministerio de Hacienda apuntan que los socialistas están convencidos de presentar las cuentas, tengan o no tengan los apoyos garantizados por parte de los socios. Ahora bien, el momento de presentarlo sí que dependerá del clima político: el entorno de la vicepresidenta María Jesús Montero admite que habrá que ver cómo respiran formaciones como Junts.

El Gobierno se niega a delegar íntegramente las competencias en inmigración

En el horizonte también está la cuestión de la inmigración. Junts per Catalunya insiste en que, tal como firmó el pasado mes de enero, la Moncloa está obligada a delegar "íntegramente" a la Generalitat las competencias en esta materia. El Gobierno, de momento, se niega a ello. Las mismas fuentes consultadas por este periódico apuntan que competencias como el control de fronteras no se pueden delegar; y que así lo establece la Constitución. Ambas formaciones negocian, pero Junts volvía a advertir este martes que no aceptará un "pacto rebajado".

Las injurias a la Corona

Por otra parte, varios ministros socialistas empiezan a allanar el camino para que el PSOE acepte finalmente incluir las injurias a la Corona en la reforma del Código Penal. Varios miembros del Gobierno con carné socialista admiten que ahora se abrirá un debate con las distintas formaciones, y que hay terreno en el que ceder.