No hay ideas sólidas en el Gobierno sobre qué se le puede ofrecer exactamente a Esquerra Republicana en materia de financiación. Así se expresan fuentes de la máxima capitanía del ejecutivo, que señalan que son todavía embrionarias las conversaciones entre socialistas y republicanos para conseguir la entrada de Salvador Illa en el Palau de la Generalitat. "Esperamos que ERC haga propuestas viables", responden miembros de alta jerarquía del Consejo de Ministros cuando se les pregunta si el PSOE estaría dispuesto a entregar a los catalanes un concierto económico igual que el vasco, después de que se comprometieran con Esquerra a negociar un mejor sistema de financiación para Catalunya en el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Pero las mismas fuentes explican que todavía no se ha hecho ninguna lluvia de ideas exhaustiva sobre qué se puede ofrecer; a eso se deben los golpes de volante de los socialistas en las últimas horas. La Moncloa, además, avisa: "cualquier reforma del modelo" tiene que pasar por el Congreso y por el Senado. Es decir, que el PSOE alerta de que un acuerdo con ERC tendrá que recibir también la luz verde de Junts, así como Compromís (integrado dentro de Sumar), que este martes ya ha avisado de que no ve con buenos ojos un sistema singular para Catalunya.
"El PSOE no puede comprometer al poder legislativo", insisten. Se refieren a una reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), que necesitaría contar con el aval de una mayoría absoluta en el Congreso. El caso, según apuntan estas mismas fuentes socialistas, es que el acuerdo entre socialistas y republicanos tendría que pasar por el Consejo de Política Fiscal y Financiero, donde se sientan los presidentes autonómicos, actualmente con mayoría de presidentes del PP. Allí el Gobierno puede imponer su proyecto; tiene mayoría y, por lo tanto, no le hace falta llegar a un acuerdo con el PP, por mucho que sí que es lo que quieren los socialistas. Una vez el Consejo de Política Fiscal y Financiero llega a un acuerdo, impuesto o no, este pasa por el Congreso. Y, si recibe el aval, se acaba modificando la LOFCA.
Este martes, el portavoz del PP, Borja Sémper, ha exigido la convocatoria urgente del Consejo de Política Fiscal y Financiero, y ha anunciado la oposición del partido a "el atropello" que implicaría otorgar a Catalunya un sistema de financiación singular. Ahora bien, las mismas fuentes del Gobierno alertan: el ejecutivo no tiene ninguna intención de convocar este mecanismo hasta que los populares no muevan ficha, se pongan de acuerdo entre ellos y hagan una propuesta definitiva para llegar a un acuerdo con la Moncloa. Las mismas fuentes acusan al partido de Alberto Núñez Feijóo de hacer "ruido".
Los límites del Gobierno
Así pues, el Gobierno se niega a estas alturas a entregar a la Generalitat 'la llave de la caja' del dinero que se recauda en Catalunya. Para llegar a un acuerdo entre socialistas y republicanos, desde la Moncloa recuerdan que el Estatut —del 2005— establece que hay que crear un consorcio tributario entre las administraciones española y catalana para recaudar todos los impuestos de los catalanes. Se trata, precisamente, de la propuesta que pone sobre la mesa Salvador Illa. Desde el PSOE, sin embargo, admiten que crear este consorcio sería "largo", pero lo apuntan como posible vía.
Por otra parte, otras fuentes de la sala de máquinas de la Moncloa, así como de las filas directivas de Ferraz, recuerdan que Catalunya tiene transferidas las competencias policiales y de instituciones penitenciarias. "Hace falta equidad en la prestación de servicios", apuntan las mismas fuentes, que insisten en que "se puede tocar la financiación catalana sin tocar el régimen común".