El Gobierno continúa sacudiéndose las responsabilidades por el regreso y posterior marcha de Carles Puigdemont y reitera su señalamiento directo a los Mossos d’Esquadra. El ministro Óscar Puente insiste en que el ejecutivo de Pedro Sánchez “no tiene ninguna responsabilidad en esa fuga” y en el hecho de que el president en el exilio “haya entrado en España, haya hecho su performance y se haya marchado”. En cambio, esgrime que la “responsabilidad exclusiva y directa” era de la Generalitat de Catalunya, del Departament d’Interior y de la policía catalana, que eran las “fuerzas del orden que estaban encomendadas para cumplir la orden judicial” del juez Pablo Llarena.

Para el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, la orden de detención que sigue en vigor “debe cumplirse guste o no” y “tenía que haber sido ejecutada” el jueves pasado. “Puigdemont estuvo rodeado de mossos y, en ese momento, se pudo perfectamente haber procedido a su detención y no se hizo”, ha espetado a los Mossos d’Esquadra. “Las responsabilidades, por mucho que le pese a algunos, están donde están”, ha concluido. Además, ha argumentado que, como España y Francia son países integrantes del espacio Schengen, hay una “situación de libre circulación de personas y bienes entre ambos países”, por lo que no era “razonable” ni podía tener “efectividad” introducir “controles en los más de treinta pasos fronterizos que hay entre Francia y España y limitar el acceso de las personas para intentar detener a Puigdemont”.

Asimismo, Óscar Puente ha catalogado el regreso de Puigdemont de “espectáculo poco edificante” y ha considerado que, con su actuación, el “primer humillado” fue el president en el exilio. Sin embargo, ha reconocido que, después de esto, el Gobierno no romperá conversaciones con Junts en el Congreso de los Diputados y ha subrayado que la rueda de prensa de ayer de la nueva portavoz del Govern, Sílvia Paneque, introdujo “importantes matices” en lo que ha “transcendido” sobre el acuerdo entre el PSC y ERC en relación con la financiación singular de Catalunya.

La policía española no detectó a Puigdemont en la frontera y ofreció apoyo a los Mossos

Justo ayer el Ministerio del Interior contestó el requerimiento que le hizo el Tribunal Supremo para que diera explicaciones por la no detención de Puigdemont. El ministerio encabezado por Fernando Grande-Marlaska afirma que “en los dispositivos de control y vigilancia establecidos por la policía española y la Guardia Civil en la frontera con Francia, así como en puertos y aeropuertos, no se detectó en momento alguno y hasta la fecha la presencia” de Puigdemont. Además, Interior ofreció a la Generalitat “cualquier apoyo operativo” por parte de la policía española y la Guardia Civil después de que, a través de los canales y medios habituales de comunicación, la policía catalana les informara del “diseño de su dispositivo específico y especial” para detener a Puigdemont. Sin embargo, esta ayuda no fue “requerida” por los Mossos, más allá de los “apoyos habituales prestados a través de la mesa de coordinación operativa y de intercambio de información e inteligencia”, según apunta el informe. Eso sí, el Ministerio del Interior relata que, “una vez conocida la fuga de Puigdemont”, impartió instrucciones al jefe superior de policía y al jefe de la Guardia Civil en Catalunya para que “se activasen los recursos operativos y de inteligencia extraordinarios de ambos cuerpos” para localizar y proceder a su detención.

Félix Bolaños también señala a los Mossos d’Esquadra

El relato del Gobierno está milimétricamente calculado: desde el regreso y marcha de Puigdemont, los ministros que se han expresado sobre esta cuestión han apuntado directamente hacia la policía catalana. Al día siguiente, Félix Bolaños dejó claro que “todo el operativo policial” que debía garantizar que el pleno de investidura “se pudiera desarrollar con normalidad” y que “se cumpliera el mandato” del Tribunal Supremo “iba a cargo de los Mossos”, que son la “policía competente” y actúan como “policía judicial”. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes repitió lo mismo ayer, subrayando, nuevamente, que “España y Francia son dos países de la Unión Europea” y que, como forman parte del espacio Schengen, “existe libertad de circulación y no hay control fronterizo”.