"Si se tiene que hablar el doble, lo haremos". Así responde a ElNacional.cat la sala de máquinas de la Moncloa cuando se le pregunta sobre el nuevo capítulo en la relación entre el PSOE y Junts per Catalunya, ahora que Carles Puigdemont ha decidido suspender parte de las negociaciones con el partido de Pedro Sánchez. Los socialistas han incumplido demasiados pactos con los juntaires, el presidente español se niega a someterse a la cuestión de confianza que le exige el president de la Generalitat en el exilio, y los independentistas se han hartado y han decidido por ahora dejar en 'stand by' cualquier conversación sectorial. Se trata de un nuevo golpe de Puigdemont a Sánchez que llega después de que la Moncloa enmarcara sus ultimátums en un mero "juego de presiones" para conseguir lo que el Gobierno todavía le debe. Ahora, estas mismas fuentes aseguran que "no se ha roto nada", pero admiten que rehacer los puentes es un "ejercicio de responsabilidad" para mantener viva la legislatura. Sea como sea, la receta del ejecutivo de PSOE y Sumar para apagar las llamas del incendio se ha limitado a apelar a un diálogo entre ambas formaciones que ha sido hasta ahora estéril: las dos partes se reúnen mensualmente en Suiza tal como se acordó hace un año y medio, pero los independentistas están descontentos con la ausencia de resultados de estos encuentros.

Ahora, Carles Puigdemont ha exigido un nuevo encuentro "urgente" en Suiza a fin de que el mecanismo de mediación internacional verifique el cumplimiento de los acuerdos. Las fuentes del PSOE consultadas por este periódico insisten, más allá de la dificultad para sellar los pactos, en su intención de seguir conversando "en la discreción" con Junts per Catalunya, Mantienen viva la confianza para seguir cerrando "acuerdos" con la principal fuerza independentista. Y así se pronunciaban este viernes María Jesús Montero y Félix Bolaños. La vicepresidenta primera del ejecutivo aseguraba que es "inagotable" su "capacidad de diálogo y acuerdo" con el objetivo de "generar confianza". Y, por su parte, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes aseveraba que la Moncloa siempre "cumple" sus pactos. Y añadía: "Algunos de los acuerdos con Junts ya están en el BOE, algunos se encuentran en vías de materializarse, y otros en negociación; cuando hay discrepancias, la fórmula es el diálogo". Pero Puigdemont, en su conferencia del viernes, enfocó la convocatoria de esta nueva reunión en Ginebra en la verificación de los acuerdos, convencido de que el mediador espoleará a los socialistas para que cumplan aquello que deben. Y Jordi Turull aseguró este sábado​​​​​​​ que el nuevo encuentro servirá para valorar "si merece la pena continuar o no" con las conversaciones

En verano de 2023, a cambio del nombramiento de la socialista Francina Armengol como presidenta del Congreso de los Diputados, el PSOE se comprometió con Junts a hacer oficial la lengua catalana en la Unión Europea. Pero todo está en fase embrionaria: Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se comprometieron al principio de esta semana a fijar el reconocimiento de esta lengua en las instituciones comunitarias como una de sus prioridades en política exterior este 2025. El Gobierno ha sido incapaz todavía de convencer al resto de estados de la Unión y conseguir el voto unánime a normalizar el catalán, el vasco y el gallego en las instituciones europeas. De momento, y para conseguir algo que no sería suficiente, el ejecutivo ha movido ficha para intentar que el Parlamento Europeo permita utilizar la lengua catalana, pero los socialistas esperan que no haya un posicionamiento de la cámara respecto de esta cuestión al menos hasta el verano.

Otro importante incumplimiento por parte del PSOE es la delegación de competencias en inmigración a la Generalitat. Ya hace más de un año que ambas formaciones lo pactaron. Pero todavía no se ha sellado el acuerdo definitivo. Quedan pendientes todavía algunos aspectos importantes. Este mismo viernes, justo antes de la intervención de Puigdemont, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguraba que el control de fronteras sigue siendo una línea roja para el Gobierno. El presidente en el exilio respondía más adelante que el ministro se equivocaba y le acusaba de no entender el significado de la palabra "integral", que es el tipo de delegación que se acordó con el PSOE.

El PSOE asume que hay que cerrar inmigración

En su intervención del viernes, Puigdemont dejó claro sobre qué cosas sí que pueden seguir hablando Junts y PSOE y, por lo tanto, qué camino tienen que recorrer los socialistas para desinflamar la relación: el catalán y la inmigración. El Ministerio de Exteriores, consultado por este periódico, pide paciencia con el catalán; asegura que aprieta el acelerador tanto como puede en esta materia y que es una de sus prioridades en Europa. Es en inmigración, admiten altos estamentos de la Moncloa desde hace semanas, donde el Gobierno está obligado a avanzar si quiere seguir contando con Junts per Catalunya durante el resto de la legislatura: hasta Pedro Sánchez admitía en conversación informal con periodistas hace un mes que cerrar un acuerdo en inmigración era indispensable para cerrar un acuerdo con Junts en la senda de déficit y negociar los presupuestos.

Porque en el caso de la amnistía, los socialistas insisten en que ya han hecho todo lo que estaba en sus manos. Señalan que ahora hace falta que se mueva ficha desde el Tribunal Constitucional, que tiene que pronunciarse sobre los recursos contrarios a la norma, y también lo tendrá que hacer sobre la negativa de los jueces del Tribunal Supremo que se niegan a aplicarla a los líderes del Procés. Por su parte, Sumar presiona al PSOE para que la amnistía jurídica —la norma aprobada por el Congreso de los Diputados— se convierta pronto en una amnistía política y se celebre una reunión en Bruselas entre Carles Puigdemont y Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno está dispuesto a ello. Lo ve "coherente". El president en el exilio manifiesta que el encuentro no sería la solución a la crisis abierta entre las dos partes, pero ve con buenos ojos celebrar este encuentro.