Las 20 monjas de la orden de Belén que desde el año 1985 viven en el Monasterio de Sijena están en pie de guerra contra el gobierno aragonés, por la exposición de las obras retiradas del Museu de Lleida. La chispa que ha hecho aparecer las tensiones es que el ejecutivo de Zaragoza ha realizado una propuesta de ampliación de horarios y de espacio sin pedir permiso a las monjas, y que han aparecido problemas de pago, según ha informado en RAC1 el abogado de la congregación, José Antonio Millán.
El abogado se ha quejado de que en la exposición de las obras de Sijena se paga una entrada que no va a parar a las monjas. Y el gobierno aragonés tiene el compromiso de pagar la luz de las instalaciones, pero no se aplica. "La instalación tiene un mantenimiento muy caro que genera unos gastos muy grandes de luz y hace 4 meses que el gobierno no las paga", dice al abogado.
"No podemos olvidar que este monasterio tiene vida religiosa y se tienen que seguir los horarios de culto que tienen las monjas que viven allí", ha insistido. Según el abogado, un problema añadido es que la visita a las obras de Sijena es muy corta y la gente quiere ver después el monasterio. "Pero ello no es siempre compatible y se tiene que respetar", ha añadido.
Las monjas se muestran sorprendidas por la situación creada con la obertura de la exposición con las obras retiradas del Museu de Lleida, y todo indica que están hasta la coronilla. "Las monjas no quieren polémicas. Si llegan a saber que pasa todo eso, se habrían marchado del monasterio", ha asegurado Millán.