La entrada del expresident José Montilla en el consejo de administración de Enagás ha desencadenado esta mañana una lluvia de reproches de los grupos del Parlament, excepto el PSC, que han aprovechado su comparecencia en la comisión de Asuntos Institucionales para acusarlo de confundir la legalidad y la ética. El expresident se ha tenido que defender de acusaciones de formar parte de la "mafia del 78", de haberse corrompido, y de los reproches de "vergüenza" por su actuación. Lo ha hecho con contundencia, en el tono habitual al ralentí que lo caracterizó como president, pero con cierta tensión en algún momento.
Montilla, que ha hecho repaso de las limitaciones que la ley establece a las figuras de los expresidents, ha rechazado todas las acusaciones que se le han lanzado y ha advertido que las puertas giratorias no están a debate en otros países donde están normalizadas. "Yo reivindico la posibilidad de que los expresidents ahora y en el futuro si quieren, si tienen edad para hacerlo, puedan hacer otras actividades. Esto es normalizar el país", ha argumentado Montilla ante las peticiones de los grupos que renuncie al cargo en Enagás o a los privilegios que comportan el cargo que ejerció.
CUP: Mafia del 78
El portavoz de la CUP, Carles Riera, ha puesto en marcha el chubasco de reproches contra Montilla lamentando que su incorporación en Enagás "ilustra perfectamente, lo que es la mafia del régimen del 78", que ha descrito como un "entramado de intereses corporativos, empresariales, financieros, políticos, mediáticos, que se apropia de las instituciones del estado para enriquecerse". Según Riera, Montilla entra a "formar parte en un lugar de honor".
El diputado cupaire ha recordado a los políticos que forman o han formado parte de Enagàs, empezando por el presidente de la empresa, Antoni Llardén, que fue alto cargo del PSC del Baix Llobregat, y ha enumerado a los diez exministros que se han sentado en su consejo de administración.
"No formo parte de ninguna mafia. Eso no, señor Riera. Y eso es un insulto", ha reprochado Montilla en el turno de réplica.
JxCat: corrupto
Desde JxCat, Eduard Pujol ha advertido que la figura de president es un símbolo a Catalunya y le ha pedido que rectifique. "Usted ha corrompido su papel simbólico. Acabará haciendo una gestión irresponsable de la figura del expresident. La figura del expresidente no se puede enganchar los dedos en una puerta giratoria", ha reprochado. Pujol ha querido aprovechar esta denuncia para lamentar que "demasiadas veces" se ha "maltratado" la figura de Carles Puigdemont y se ha "menospreciado" Quim Torra.
"Yo no me he corrompido. No se puede hablar de que formar parte de un consejo implique corrupción", ha replicado Montilla al presentante de JxCat. Además de asegurar que no había criticado a Puigdemont.
Cs: Vergüenza
Desde Ciudadanos, Lorena Roldán, ha denunciado que es "una deshonra poner al mismo tiempo la mano para cobrar de lo público y de lo privado". "Vergüenza y vergüenza", ha reprochado. La portavoz naranja no se ha limitado a las acusaciones sobre "puertas giratorias" sino que ha echado en cara a Montilla su papel en la respuesta en el recorte del Estatuto que ha descrito como "gestión nefasta" y "antesala del procés". "Señor Montilla, con Usted empezó todo", ha denunciado.
El expresident ha atribuido la intervención de Roldán a la situación preelectoral que se vive a Catalunya. "No estamos en el 2006 ni en el 2010. Hace diez años que dejé de ser presidente. No represento aquí al PSC", ha advertido aunque ha insistido que siempre ha defendido su gestión, su gobierno y los socios, "con los errores cometidos por todos".
ERC: Ha decepcionado
Desde el grupo republicano, José Rodríguez, ha acusado a Montilla de empequeñecer el papel institucional de expresident, no sólo entrando en el consejo de Enagás, sino también asumiendo el acta de senador, y de decepcionar a sus votantes. El diputado republicano ha pedido a Montilla si no le chirría asumir una responsabilidad en una empresa que "generó sufrimiento a los ciudadanos de las Terres de l'Ebre" con el proyecto Castor, que él mismo habría priorizado como ministro.
En relación al proyecto Castor, Montilla ha negado que fuera de Enagás y ha ironizado sobre las acusaciones de haber decepcionado a sus votantes. "¿He decepcionado a mis votantes? No lo sé. Ustedes sí parece haber hecho una encuesta. Nunca he vivido en una burbuja", ha remachado.
Comunes: Cambiar la ley
También, desde los comunes, Marta Ribas ha responsabilizado a Montilla de no haber actuado de forma correcta y de haber provocado decepción. "Nos cuesta entender que en un momento como el actual no vea que no se entiende que mantenga la oficina de expresidente, que tiene un coste de 400.000 euros," ha reprochado Ribas que ha anunciado que su grupo impulsará modificaciones de la ley de incompatibilidades y del régimen de los expresidente para prohibir explícitamente participar en consejos de administración de las empresas del Ibex. Ribas ha concluido denunciando que lo que hace Montilla es legal pero "poco ético" y que ha decepcionado especialmente que él cayera en un caso de puertas giratorias por sus orígenes y por lo que hace representar.
En las réplicas, Montilla ha insistido en que nunca ha cobrado sin trabajar ni nunca ha cobrado dos sueldos. "No siempre he estado en un coche oficial", ha asegurado explicando que había trabajado en jornadas de 12 horas.
PP: democráticamente perjudicial
La popular Esperanza Garcia ha admitido que con la decisión de entrar en el Consejo de Enagás no incumple la ley pero sí es éticamente reprobable y "democráticamente muy perjudicial". "¿Qué confianza puede generar a la ciudadanía ver que entrará a formar parte de una empresa que todavía tiene pendiente ser indemnizada por el proyecto Castor, cuando además es su partido el que tiene que ejecutarlo?", se ha preguntado después de recordar el papel determinante que él mismo tuvo como ministro, lo cual provoca una "conflicto de intereses".
El socialista Ferran Pedret, la única ve que se ha levantado a defender al expresidente, ha considerado que, aparte de la dura intervención de la CUP, las intervenciones de JxCat, ERC y Cs parecían más "un ajuste de cuentas" o un "exorcismo" que un debate sobre lo que quería plantear.
Durante la intervención inicial, Montilla ha asegurado que nunca ha utilizado ni utilizará medios públicos para actividades privadas y que los que dicen el contrario mienten. Por lo que hace a los reproches por el hecho que su oficina de expresidente sea la más cara de todas, ha señalado que eso se debe al hecho de que no está en locales de la Generalitat, lo cual obliga a pagar un alquiler. "No es una decisión que se me corresponda. La administración de la Generalitat decide y no tengo nada que decir", ha argumentado.
Montilla ha explicado que resulta difícil circunscribir la actividad de los expresidents a a la simple función representativa y ha recordado que los dos primero expresidents, es decir, Jordi Pujol y Pasqual Maragall, tenían más de 60 años al abandonar el cargo, cosa que no ha pasado con el resto de responsables del cargo.
Al cabo de tres horas, ha terminado el rifirrafe y el expresident ha abandonado la comisión un poco magullado pero con el mal trago superado sin mayor problema.