Nueva constatación que el espionaje al independentismo catalán fue hecho, también, con el PSOE al frente del Gobierno. El historiador Josep Lluís Alay tuvo su Iphone 8 infectado con el software Pegasus al menos desde octubre de 2019. Así lo determina un informe de los Mossos de Esquadra, aportado al juzgado de instrucción 4 de Barcelona, que investiga la querella presentada por Alay, a través del abogado Gonzalo Boye, y en el cual ha tenido acceso ElNacional.cat este viernes. Es decir, Alay fue espiado cuando era director de la oficina del presidente Carles Puigdemont, y con Pedro Sánchez de presidente del Gobierno.

El espionaje de Alay fue descubierto el 2022 en la investigación de CatalanGate, hecha por Citizen Lab, con unas 65 personas del entorno independentista afectadas. La exdirectora del CNI, Paz Esteban, admitió en la comisión de secretos el Congreso de Diputados, que Alay era uno de los 18 investigados, como el president Pere Aragonès, también confirmado por los Mossos, y sin aval judicial, el año 2018. Por ahora, Boye dirige la querella de Alay contra el titular de NSO, grupo responsable del software Pegasus, mientras ERC también lo hizo contra la exdirectora del CNI, que está imputada en un juzgado de Barcelona.

3,2 Gigabytes de información extraída

El titular del juzgado de instrucción 4 de Barcelona hizo el encargo a los Mossos el julio pasado y la conclusión es que el iPhone de Alay  se le extrajeron 3,2 Gigabytes de información  que fue a un servidor de internet, del cual no pueden identificar a su titular, tal como ha pasado con otros espiados de ERC, la ANC y la CUP.  En el informe, los especialistas de los Mossos apuntan que el iPhone de Alay fue iniciado el 25 de junio de 2020 y lo que se ha encontrado anteriormente es una copia introducida en el aparato. Lo mismo se dijo del móvil de Aragonés, que fue activado el 2020.

En concreto, el móvil de Alay tuvo dos infecciones en momentos clave: entre  el 11 de octubre de 2019,  tres días antes de la sentencia del Procés, y el 25 de junio de 2020, año en que había intensas negociaciones políticas. La segunda infección es del 29 de junio de 2020,  cuatro meses antes de ser detenido por la Guardia Civil por el caso Volhov.

Alay recibió unos 10 SMS maliciosos  sobre informaciones relacionadas con el president Puigdemont, pero también de noticias de alcance internacional y de certámenes; es decir, de su interés profesional y hechos a medida para que las clicara. Cinco mensajes eran en Twitter. En el segundo móvil de Alay, un Android (más difícil de  seguir el rastro de Pegasus), la policía no ha encontrado nada.

El móvil, en poder de la Guardia Civil

No obstante, el espionaje de Alay, ahora confirmado, no coincide con las fechas admitidas por el CNI, según fuentes cercanas a la investigación. El CNI tuvo el aval judicial para investigar independentistas entre los años 2019 y 2020.

Además, Josep Lluís Alay fue una de la veintena de personas detenidas el octubre de 2020  por orden del juez del caso Volhov, Joaquín Aguirre, por un supuesto financiación de Waterloo, que luego derivó en una trama rusa. El titular del juzgado de instrucción 4 de Barcelona tuvo que pedir a su colega, titular del juzgado de instrucción 1 de Barcelona, los dos móviles comisados a Alay para hacer la pericial.

La Guardia Civil, en sus informes al juez del caso Volhov, no había comunicado nunca que  uno de los dos móviles de Alay, el iPhone, estaba infectado con Pegasus. Los Mossos lo han confirmado ahora en un informe, fechado el 24 de octubre pasado.

Recientemente, la Audiencia de Barcelona ha desguazado el caso Volhov y ha ordenado al juez Aguirre que pare toda la investigación sobre la supuesta  injerencia rusa en el independentismo catalán porque no hay ningún indicio firme, después de cuatro años de investigación.

Perseguido en Ginebra

En su declaración en el juzgado como afectado, Alay relató que el 2019 sufrió seguimientos de personas en una de sus visitas a Ginebra, que eran muy evidentes, y ante estos hechos las autoridades suizas le ofrecieron protección.