Los Mossos d'Esquadra han abierto diligencias para investigar la protesta protagonizada por miembros del CDR contra el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, el sábado pasado cuando cenaba en un restaurante de Mont-ras (Baix Empordà). Llarena estaba cenando con un grupo de personas, entre ellas el presidente del grupo municipal del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz.

Los Mossos admiten que la pitada a Llarena no es delito, pero tratan de comprobar que los insultos no sean injurias. La investigación se ha abierto de oficio "para aclarar qué pasó y lo puso en conocimiento del juez".

La investigación de la policía catalana se hace en un contexto de varias agresiones fascistas, con 9 presos políticos en la prisión y con las negociaciones entre Estado y Generalitat abiertas y sobre la mesa. Llarena es el magistrado que no ha dejado salir ante ningún recurso ni a Oriol Junqueras ni a Joaquim Forn y quien encerró en medio del pleno de investidura a Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Carme Forcadell y Dolors Bassa. Tampoco ha aceptado dejar en libertad nunca ni a Jordi Cuixart, ni a Jordi Sànchez, aunque este último aspiraba a la investidura como president de la Generalitat.

Llarena y Alberto Fernández Díaz cenaron juntos con sus respectivas esposas y más comensales en la terraza del restaurante Can Cou Cou, situado en el municipio de Mont-ras al lado de la autovía C-31.

Al salir del restaurante, Llarena se encontró con un grupo de independentistas que protestaban contra su actuación judicial. Al hacerse pública la presencia del magistrado mediante las redes sociales y de la protesta improvisada que causó, Llarena y Fernández Díaz salieron del local escoltados por la policía.

El escrache al magistrado recibió numerosas críticas, entre ellas del abogado del president Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas.