Ya hay conclusiones después de analizar todos los móviles del Consejo de Ministros. La lista de terminales infectados con el software Pegasus sube finalmente a tres: los del presidente Pedro Sánchez y los ministros Margarita Robles (Defensa), y Fernando Grande-Marlaska (Interior). También hubo un intento de infección del terminal Luis Planas (Agricultura) en aquellas mismas fechas (junio 2021), pero fue fallido. No hay información de los teléfonos de ministros que ya han abandonado al ejecutivo central. Han puesto el informe del Centro Criptològic Nacional en manos de la Audiencia Nacional y ya ha rodado una primera cabeza: la de Paz Esteban, directora del Centro Nacional de Inteligencia, por la gran brecha de seguridad. De todo esto ha informado la ministra-portavoz, Isabel Rodríguez, en un ejercicio de que no ha hecho ningún gobierno europeo, aunque también han sido objeto de espionaje, como es el caso del gobierno del francés Emmanuel Macron. Como en aquel caso, las miradas están fijadas en Marruecos, aunque La Moncloa se abstenga de hacer comentarios.
Todo empezó cuando ahora hace ocho días, el lunes 2 de mayo, el Gobierno decidió hacerse un harakiri y revelar delante de todo el mundo que el teléfono más importando del país, el del presidente del Gobierno, había sido infectado con el software Pegasus, junto al de la ministra de Defensa. Decidieron inspeccionar estos dos teléfonos después de que estallara el CatalanGate. Una vez descubierta la infección al más alto nivel, procedieron a analizar el resto de terminales móviles de los ministros del Gobierno. Una semana después, finalmente, han llegado las conclusiones.
Las infecciones tuvieron lugar entre mayo y junio del 2021 y la cantidad de datos extraídos es muy elevada. La semana pasada ya se comunicó que se habían retirado 2,6 gigabytes y 130 megabytes de datos del teléfono del presidente del Gobierno en dos accesos, y nueve megabytes de la ministra de Defensa. En el caso del ministro del Interior, según fuentes del ejecutivo central, se le hicieron dos intrusiones, robándole 400 megabytes y 6,3 gigabytes, respectivamente.
Las consecuencias han sido inmediatas: hoy se ha formalizado la salida de Paz Esteban como directora del CNI. Durante los últimos días ha sido señalada por la enorme brecha de seguridad que permitió extraer varios gigabytes de datos de los teléfonos del presidente del Gobierno y varios ministros. Ha caído por el caso Pegasus, pero no por el CatalanGate, aunque el independentismo también la señalaba. Veía las garras de los servicios de inteligencia españoles detrás del CatalanGate, como después se confirmó en la comisión de secretos oficiales.
El independentismo no tiene suficiente
Ya lo había advertido durante las últimas horas, y se ha confirmado este mismo martes: al independentismo no le basta con la cabeza de Paz Esteban como directora del Centro Nacional Inteligencia. Los partidos catalanes, desde ERC y Junts hasta el PDeCAT y la CUP, siguen apuntando más arriba, hacia la ministra Margarita Robles, en tanto que máxima responsable política de los servicios de inteligencia españoles, que estaban detrás del CatalanGate. Mientras tanto, Unidas Podemos ya evita poner el nombre de la titular de Defensa encima de la mesa en depuración de responsabilidades. Pero también avisan de que es insuficiente y que hay que llegar hasta el final para no cerrar la crisis del espionaje "en falso".