Después de cuatro meses, el juicio al procés quedará visto para sentencia dentro de una semana, el 12 de junio si nada cambia. Coincidiendo con este final, las entidades independentistas valoran cómo volver a sacar a la calle a la ciudadanía, a la espera de la gran movilización masiva prevista para cuando se conozca la sentencia firme, a partir de septiembre. Todavía quedan muchos detalles por pulir, para empezar el día, pero los contactos para avanzar en las concreciones se intensificarán durante las próximas horas.

Varias fuentes consultadas confirman a ElNacional.cat que "se está hablando" y que "algo se hará la semana que viene", pero que todavía se está debatiendo sobre cuál es el formato y sobre todo la fecha más idóneos. Todo apunta a una movilización descentralizada, es decir, que como ya se ha hecho otras veces, habrá un acto en Barcelona, pero que se convocará a la vez por todo el territorio. En relación al cuándo, hay varias opciones encima de la mesa. Se ha sopesado hacerlo el fin de semana, pero teniendo en cuenta que ya empieza el buen tiempo y por lo tanto las escapadas, se valora la alternativa de hacerlo entre semana, por ejemplo, el jueves 13 de junio, el día siguiente que el Supremo baje el telón para preparar el veredicto final.

Lo que ya es seguro es que, como ya hiciera con su primera intervención ante el Supremo, Òmnium volverá a instalar una pantalla gigante para seguir las declaraciones finales que harán su presidente Jordi Cuixart y el resto de presos encausados, que tienen derecho a un último alegato para cerrar el juicio. Esta vez la proyección en directo del juicio se hará en Arc de Triomf, en Barcelona. También habrá en Tarragona, Lleida y Girona. También se prepara una marcha para el 2 de julio en Estrasburgo, ante el Parlamento Europeu, el día que tomarán posesión los eurodiputados, para exigir que no se vete a los presos y exiliados electos (Puigdemont, Junqueras y Comín). La ANC ya está organizando los autocares para el desplazamiento. 

La ANC y el Òmnium ya organizaron una ola de movilizaciones cuando arrancó el juicio, el 16 de febrero en Barcelona y el 16 de marzo a Madrid, ambas bajo el lema 'La autodetermoinación no es delito'. Ahora vuelven a arremangarse, impregnados cada vez más, por el pesimismo de que la sentencia no será nada favorable, al contrario.

Acompasar la "respuesta de país"

La gran pregunta que se hace el independentismo es, más allá de manifestarse, cómo habrá que reaccionar a la sentencia en caso de que, como todo indica, no sea absolutoria. El president de la Generalitat ha iniciado un brainstorming con partidos y entidades para tejer una respuesta consensuada o, cuando menos, lo más consensuada posible. La ANC y Òmnium inauguraron este martes la ronda de contactos para definir la estrategia de cara a los próximos meses. Torra se reunió con sus respectivos líderes por separado. La primera conclusión es que hay un denominador común y que este es que hay que recoser la unidad, ir a la una, con el mínimo de fisuras. La cuestión es cómo se pasa de proclamar esta intención a ponerla en práctica. De momento, todos coinciden en dos palabras: "unidad estratégica".

Una vez se conozca la sentencia, las entidades organizarán una gran movilización, pero más allá de eso una de las opciones encima de la mesa es que el president convoque elecciones. En la ANC se debate internamente la conveniencia de exigir este adelanto electoral a Torra, pero por ahora su presidenta Elisenda Paluzié ha aflojado el pressing. Desde la organización se opta de momento por dar margen al Gobierno para recuperar la unidad estratégica y evitan poner corsés ni imponer plazos. Eso sí, la ANC ha trasladado al Govern la necesidad de persistir en la unilateralidad y no esperar de brazos cruzados a la espera de que llegue un referéndum pactado que ven inalcanzable. En el caso de Òmnium, insisten en que lo más importante será que sea cuál sea la respuesta, ésta sea lo más unitaria posible.

En privado, desde las entidades confiesan que a pesar de no ser excesivamente optimistas sí que confían en que la contundencia de la sentencia acabará de empujar a la unidad de todos los actores políticos independentistas aunque sea por la fuerza.