Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, llega con una mochila bien grande que incluye disputas entre partidos, nuevas legislaciones y divisiones en el movimiento feminista más allá de las instituciones. Todo está interrelacionado y marcará esta jornada reivindicativa, en el primer 8 de marzo totalmente libre de las restricciones por la pandemia.
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Nuevas leyes que enfrentan al Gobierno
La que tenía que ser una de las leyes estrella del gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos ha sido una nueva trinchera que ha enfrentado a los dos partidos. En un primer momento, cuando la ley del solo sí es sí fue aprobada, la euforia copaba La Moncloa, pero unos meses después del goteo de rebajas de condenas que ha habido a raíz de la implementación de esta, se les ha girado en contra. Todo ha sucedido porque la ley no incluía medidas transitorias y las denuncias hacia las rebajas de penas se han ido acumulando.
Cuando la polémica empezó con las primeras rebajas de condena, el PSOE y Unidas Podemos ya tomaron posiciones antagónicas. Por una parte, los socialistas apuestan por modificar la ley para garantizar que mantendrá las penas altas, pero esta reforma tiene un precio que Unidas Podemos no está dispuesto a pagar: diluir el reconocimiento del consentimiento sexual en la ley. Para la formación morada, la clave de la ley es, justamente, el reconocimiento del consentimiento, y señalan la reforma del PSOE como una manera de volver al "Código Penal de la Mandada". Sea como sea, la reforma socialista no evitará la rebaja de condenas ahora, sino que afectará a futuras condenas.
Lejos de la guerra abierta que ha supuesto entre los dos socios del Gobierno la ley solo sí es sí, hay otra norma ha hecho saltar chispas entre las dos formaciones: la ley trans. Después de la formación en enero de 2020 del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, los dos partidos firmaron un pacto en el que reunían los compromisos del nuevo ejecutivo, entre los cuales estaba la aprobación de una ley trans y LGTBI. Pero algunas alas del PSOE no querían oír hablar de la ley trans. Encabezados por Carme Calvo, las pociones más transexcluyentes de los socialistas chocaron dentro y fuera del partido. Finalmente, la ley ha sido aprobada este 2023 sin casi modificaciones.
División en el movimiento feminista
No solo estas dos leyes han adobado el ya fértil campo de batalla entre los dos partidos en La Moncloa, en especial la ley trans ha señalado una situación que lo marca desde hace años: varias posiciones del feminismo. La ley trans ha mostrado las costuras de un movimiento que, como cualquier otro, no ha sido nunca hegemónico. Sin embargo, ¿qué pone sobre la mesa esta ley para que el choque entre varias posturas del feminismo sea tan fuerte?
Para entender por qué la tramitación de la ley levantó polvareda hay que dejar claro que esta toca uno de los aspectos fundamentales del feminismo: ¿qué es ser mujer? Es decir, se trata de definir al sujeto mismo del movimiento feminista. En última instancia, todo se reduce a la respuesta que se da a la siguiente pregunta: ¿las mujeres trans son mujeres? Hay una parte del feminismo que reduce la existencia femenina a los genitales de las personas y considera que es por esta condición que las mujeres son discriminadas. Otra considera que la discriminación de la mujer se construye de forma social y cultural, por lo tanto, el reconocimiento de la autodeterminación del género como un derecho —es decir, identificarte con otro género que no se te asignó al nacer— no les supone ningún ataque a su proyecto político.
No es ni mucho menos el único tema que recoge posicionamientos opuestos dentro del movimiento feminista. Por ejemplo, la prostitución ha sido un campo de batalla entre feministas desde hace décadas. Los dos principales bandos son: las abolicionistas y las que están a favor de la regulación. Otro motivo que divide al movimiento feminista que en los últimos años se ha ido haciendo más evidente es la relegación de las mujeres racializadas dentro del movimiento feminista catalán y español. Varios colectivos de mujeres racializadas hace años que denuncian como sus demandas y reivindicaciones son ignoradas o dejadas de lado, hecho que las aleja del movimiento feminista mainstream, el cual es mayoritariamente blanco y, en algunos casos, se lava las manos de las demandas de las mujeres racializadas.
En todos los casos, es necesario recordar que el feminismo es un movimiento político como tantos otros, donde también hay varias corrientes y posicionamientos que si bien pueden compartir un objetivo final, también pueden chocar internamente. El movimiento feminista no es ninguna excepción, lo cual parece haberse olvidado después de las movilizaciones masivas desde 2018, pero hay que recordar que entonces estos enfrentamientos ya estaban vivos dentro de los espacios feministas.
Un 8-M digital
Mientras tanto, en el ámbito internacional, las Naciones Unidas (ONU), que hace años que conmemoran el 8-M, han puesto el foco este año en el mundo digital, concretamente, al reivindicar un mundo digital inclusivo. "Nuestra vida depende actualmente de una fuerte integración digital: desde atender un curso, llamar a tus seres amados, hacer una transacción bancaria o reservar una cita médica. Todo pasa actualmente por un proceso tecnológico. No obstante, un 37% de las mujeres del mundo no tienen acceso", expone la ONU en su página web.
"Incorporar a las mujeres y las niñas en la tecnología y la educación digital permite soluciones más creativas y tiene un potencial mayor para innovaciones que satisfagan las necesidades de las mujeres, promuevan la igualdad de género y fomenten el activismo. La falta de inclusión, por el contrario, tiene un coste enorme", remarca la ONU, que por eso centra sus actos en el contexto de este 8-M en homenajear a "las activistas y organizaciones que luchan por una tecnología y educación transformadoras para mujeres y niñas". Además, se centra en mostrar "los efectos de la brecha digital de género en el crecimiento de las desigualdades sociales y económicas, pondrá de relieve la importancia de proteger sus derechos en los espacios digitales" y en abordar "la violencia de género en línea".