El opositor ruso, Alexei Navalni, ha anunciado este miércoles a través de su Instagram que se declara en huelga de hambre hasta que le permitan, en la prisión en que se encuentra, recibir asistencia médica, tal como "marca la ley".
"Tengo el derecho de llamar a un médico y obtener medicamentos. No me dan ni una cosa, ni el otro. El dolor de hombro se ha trasladado a la pierna. Algunas partes de la pierna derecha y ahora la izquierda han perdido sensibilidad", ha asegurado Navalni.
Navalni, de 44 años, se encuentra en una prisión ubicada en la ciudad de Pokrov (Vladimir), conocida por su duro aislamiento psicológico a que someten a los presos, además de las duras condiciones del centro."En lugar de asistencia médica, me torturan con la privación del sueño, me despiertan por la noche hasta ocho veces", ha denunciado Navalni, quién afirma que las autoridades de la prisión persuaden a los presos activistas para que intimiden a los reclusos y que no limpien los alrededores de su cama.
"La vida de los presos no vale nada"
"Esta es la región de Vladimir. La vida de un preso vale menos que un paquete de cigarrillos", ha dicho. Navalni tendrá que permanecer dos años y medio encerrado para violar la libertad condicional impuesta contra él a cambio de la suspensión de una condena de cuatro años de prisión por cometer un fraude.
L'opositor ruso, Alexei Navalni, volvió a Rusia en el mes de enero y poco después de aterrizar fue detenido por la policía fronteriza. Navalni fue envenenado y trasladado a Alemania para ser tratado ahora hace más de cinco meses, y decidió volver a su país pese a tener una orden de detención para continuar con el activismo contrario al presidente Vladímir Putin.
Navalni, que normalmente utilizar sus redes sociales para protestar por las condiciones en que se encuentra, ya había indicado con anterioridad que la dirección del centro lo sometía a una serie de "torturas" con el objetivo "de acumular reprimendas" con las que "puedes ir a una celda de aislamiento".
La ONU dio un toque de atención en Rusia
Investigadores de la ONU indican que las evidencias apuntan a una "probable implicación" de oficiales del gobierno ruso, supuestamente de alto nivel, en el envenenamiento del líder de la oposición, Navalni, ocurrido en agosto del año pasado.
En una carta oficial enviada a las autoridades rusas en diciembre, cuyos detalles se han conocido hoy al cumplir los dos meses de cláusula de confidencialidad, las investigadoras (relatoras de la ONU Agnès Callamard e Irene Khan) han indicado que el veneno utilizado, Novichok, es una de las evidencias. "Los conocimientos necesarios para usarla y desarrollar nuevas modalidades de Novichok como el encuentro en las muestras cogidas a Navalni sólo pueden encontrarse en actores estatales", explican a las investigadoras.
El opositor ruso, Alexei Navalni, volvió a Rusia y poco después fue detenido por la policía fronteriza. Después de haber sido envenenado y trasladado a Alemania para ser tratado ahora hace cinco meses.