El año pasado todo estaba abierto y todo fue a última hora. Esquerra Republicana y el Gobierno llevaron la negociación para la tramitación de los presupuestos del Estado hasta el límite del plazo. Hasta el punto de celebrar la decisiva ejecutiva de ERC al mismo tiempo, en simultáneo, que se cerraban los últimos flecos con La Moncloa. A las 14:00 del viernes 29 de octubre finalizaba el deadline para registrar enmiendas a la totalidad en el Congreso de los Diputados, y a las 13:55 consiguieron cerrar el acuerdo para evitar el veto: blindar el catalán a la futura ley audiovisual, gestión del ingreso mínimo vital desde Catalunya y transferencia inmediata de becas. La prensa tuvo que ser convocada a toda prisa. Este año podría tener lugar una escena similar. Desde la sede de la calle Calabria aseguran tener contemplados todos los escenarios.
El debate a la totalidad de los presupuestos del Estado tendrá lugar el miércoles y jueves de la semana que viene en la cámara baja española. Antes, este viernes, a las dos del mediodía, finaliza el plazo para registrar las enmiendas a la totalidad. Y los republicanos todavía no han decidido qué van a hacer. Según explican fuentes próximas a la negociación, ha habido contactos constantes entre el partido y el Gobierno durante las últimas horas. Unas conversaciones que se producen "a todos los niveles", que no sólo implican al portavoz parlamentario Gabriel Rufián y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Los republicanos buscan la máxima discreción y son un bunker. Tienen la presión añadida de la ruptura del Govern y la soledad en el Parlament de Catalunya, evidenciada esta misma semana. Junts per Catalunya y la CUP ya han anunciado sus enmiendas a la totalidad. Esquerra ya tiene redactada la suya por si las conversaciones no llegaran a buen puerto y tuvieran que activar el mecanismo extra de presión. Como el año pasado, se prevé una resolución --en el sentido que sea-- in extremis. Hay la sensación extendida de que se juegan mucho.
¿Qué están poniendo encima de la mesa los republicanos? Son tres cuestiones nucleares. La primera, que sean unos presupuestos del Estado con más ambición social. Ponen un ejemplar claro de por qué no lo son ahora: todos los recursos extraordinarios que se dedican a Defensa se podrían destinar a medidas para el alquiler o para la financiación autonómica y local. O se podría hacer una reforma fiscal mucho más profunda de la que presentan. La segunda cuestión es el cumplimiento de los acuerdos contraídos en el pasado. Su incumplimiento se pone especialmente de manifiesto con las bajas cifras de las inversiones en Catalunya, de sólo el 16% durante el primer semestre del año, mientras en Madrid se había ejecutado más de la mitad. Pero también ponen encima de la mesa una cuestión esencial: el conflicto político. Concretamente están centrados en avanzar en la desjudicialización, como se acordó en la reunión de la mesa de diálogo del pasado julio. Los republicanos señalan que no necesariamente tiene que pasar por la reforma del delito de sedición en el Código Penal, aunque su sombra cierna sobre el ambiente. La mesa entre la Generalitat y La Moncloa, donde se tendrían que producir estos avances, tiene previsto reunirse antes de que acabe el año, pero todavía no hay cerrada una fecha.
La confianza de los republicanos hacia el Gobierno se ha visto muy deteriorada durante el último año. Se ha visto afectada por los incumplimientos del Estado, pero también por casos como el CatalanGate, el espionaje masivo a decenas de dirigentes independentistas. Por eso fuentes de las negociaciones también consideran indispensable mejorar el clima negociador. En este contexto, hoy por hoy, dicen tener todos los escenarios abiertos. También el de una enmienda a la totalidad.
Junts y la CUP presionan
También como el año pasado, y más después de la ruptura del Govern de la Generalitat, Junts per Catalunya presiona a Esquerra Republicana. Así lo han anunciado, este jueves, sus portavoces en el Congreso de los Diputados y el Senado, Míriam Nogueras y Josep Lluís Cleries, veinticuatro horas antes de que finalice el plazo para el registro. Los junteros también han desafiado a Esquerra Republicana a hacer lo mismo o sumarse a su enmienda. "No se puede dar estabilidad a cambio de nada a un gobierno que no cumple con Catalunya", ha advertido Nogueras. Por su parte, los dos diputados de la CUP volverán a registrar una enmienda a la totalidad. En cambio, los cuatro diputados del PDeCAT han anunciado que descartan la enmienda a la totalidad y se abren a negociar enmiendas parciales para facilitar la aprobación, como también hicieron en el ejercicio anterior.