El debate de política general, que este miércoles celebra su segunda jornada en el Parlament, no deja de mirar de reojo a Madrid. La elección del próximo presidente del Gobierno y las negociaciones con los independentistas sobre la amnistía o la autodeterminación sobrevuela en todo momento el hemiciclo. Ha estado presente en la intervención del primer secretario del PSC, Salvador Illa, que profundamente condicionado por la necesidad que su partido tiene de los votos de ERC en el Congreso se ha presentado al debate con la mano tendida; pero también en el cruce de reproches entre el president, Pere Aragonès, y los exsocios de Junts, a quien ha reclamado unidad en Madrid ante lo que ha descrito como una "momento histórico".
El debate de Aragonès con el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, era uno de los cara a cara más esperados de la jornada. Precisamente, el acuerdo de gobierno entre ERC y Junts implosionó hace un año después de que en el último debate de política general, el partido de Carles Puigdemont pidiera a Aragonès que se sometiera a una cuestión de confianza. A diferencia del tono amistoso del PSC, con Junts ha habido un debate mucho más arisco. "Intente que esta no sea una legislatura del todo fallida. O rectificación o elecciones", ha reclamado Batet, que ha ironizado que "sería una lástima que ahora el president de la Generalitat hubiera cambiado su discurso por la aritmética en Madrid".
Crida a Junts
Aragonès tampoco ha ahorrado los reproches e ironías con Junts. No obstante, también ha expuesto un intenso llamamiento a los exsocios, advirtiendo que las elecciones generales del 23 de julio, han dejado la llave de la investidura a los partidos independentistas y han dado pie a un "momento histórico", han abierto la "posibilidad de un salto adelante", que obliga a todas las formaciones a "poner por delante el interés del país" y negociar con toda la fuerza. Ha subrayado que ERC y Junts coinciden en el qué -la amnistía y la autodeterminación- y ahora también en el cómo - "aprovechar el escenario de la negociación con el Estado" -, mientras que el quién "no puede ser un problema, porque el quién es Catalunya". "Hace un año quizás no coincidíamos, pero ahora coincidimos", ha argumentado Aragonès, además de insistir una vez y otra que pondrá al servicio de este acuerdo "toda la capacidad y activo político" de su presidencia. En cualquier caso, ha emplazado a Junts a dejar de mirar atrás y recrearse en las diferencias del pasado, y ha asegurado que todos los presidentes que han ido a negociar a Madrid han tenido siempre el apoyo de ERC, desde Pasqual Maragall con el Estatut o Artur Mas con el pacto fiscal hasta Carles Puigdemont con el procés.
En la réplica, Batet ha advertido que la intención de Junts es aguantar la posición, "no vamos a salvar ni gobernabilidad ni legislatura". Ha asegurado que su intención es no fiarse del PSOE -"porque ya vemos lo que les han hecho a ustedes, queremos garantías por avanzado"; y finalmente ha asegurado que actuarán con prudencia y humildad, sin hablar por terceros, ni hablar de forma pública de las negociaciones, ha concluido en referencia a las últimas declaraciones de ERC en que aseguran que la amnistía ya está pactada. "Y escuche, bienvenidos. Han estado cuatro años dialogando, bienvenidos a la negociación", ha ironizado Batet, que ha asegurado que se ha hecho más en cuatro semanas de negociación de Carles Puigdemont que en cuatro años de la mesa de diálogo.
Mano tendida del PSC
La segunda jornada de debate la ha abierto el primer secretario del PSC, Salvador Illa, que, a pesar de cargar con contundencia contra la gestión de Aragonès, ha tendido la mano al Govern para garantizar una "colaboración exigente". El líder de los socialistas catalanes incluso ha advertido directamente a Esquerra que no deje que se imponga la rauxa ni el pulso que mantiene con Junts para ver quién se posiciona mejor en las negociaciones con el PSOE. "No es el momento de hacer carreras a ver a quién llega antes y sale mejor en la foto", ha alertado. Ante la predisposición de los socialistas, Aragonès se ha limitado a replicar las críticas sobre la gestión, e insistir en reclamar el referéndum para que los catalanes puedan decidir sobre su futuro.
También la CUP ha intervenido en este debate. "El escenario político catalán es hoy más cautivo del Estado español", ha reprochado la diputada Laia Estrada, que ha denunciado que se está planteando un canje de amnistía por autodeterminación, en la negociación y ha emplazado a Junts y ERC a que la salida del conflicto no puede ser solo para acabar con la represión. "En el actual contexto ningún Gobierno se abrirá a nuestro derecho de decidir el futuro con un referéndum de autodeterminación", ha advertido Estrada.
Aragonés ha negado que el epicentro del debate fuera la investidura en Madrid, si no la amnistía y el referéndum. "Estamos dispuestos a utilizar todas las palancas democráticas que haya. No hacerlo sería una renuncia y nunca renunciaremos a la amnistía y el referendum", ha argumentado, asegurando que "hay que utilizar la oportunidad con toda la fuerza y desacomplejamiento" y en todas las cámaras parlamentarias.
En el segundo turno de la CUP ha sido Carles Riera quien ha tomado la palabra y ha advertido no puede haber un pacto por la amnistía sin que incluya, como mínimo, el reconocimiento del derecho a la autodeterminación. "Tengo la sensación de que usted está más en la estela del pujolismo, de estabilizar al Estado a cambio de migajas, a cambio de pescado en el cesto. Y, en su caso, pescado, no mucho", ha reprochado.
Sólo los 33 diputados de ERC han apoyado la gestión de Aragonès. No sólo eso. El portavoz del grupo parlamentario, Josep Maria Jové, aunque ha admitido que no tienen en el Parlament mayorías férreas ni blindadas, ha celebrado que el Govern no vive "en la inestabilidad de hace un año", cuando se rompió el acuerdo con Junts. Durante su intervención, Jové ha insistido en el llamamiento a "reconectar" el independentismo desde la diversidad, y ha emplazado a evitar los reproches dado que "de nada sirven llantos y lamentos". Eso sí, ha reivindicado la estrategia del diálogo del ejecutivo de Aragonès. "El camino que algunos hemos desbrozado ahora parece que ya no lo transitamos solos", ha celebrado en referencia a las conversaciones de Junts con el PSOE.