Joan Josep Nuet, por fin, se sentado hoy en el banquillo de los acusados por el proceso del 1-O. Cuatro años después de los hechos y dos después de la primera sentencia, Nuet se ha podido explicar ante el Tribunal Supremo. Su caso ha ido saltando de tribunal en tribunal, primero por exigencias del instructor Pablo Llarena y después por el cambio de estatus del acusado, que ha pasado de miembro de la Mesa del Parlament en nombre de Catalunya Sí que es Pot a diputado en el Congreso de los Diputados de Madrid por ERC.

Una trayectoria política que ha marcado su destino ante los tribunales y que hoy se ha desplegado ante el Tribunal Supremo.

Nuet jugaba con ventajas y desventajas. Él solo, ante el tribunal, sin más acusados, se ha podido desmarcar de las voluntades de los otros miembros de la Mesa que votaron lo mismo que él y que han acabado inhabilitados. Pero choca con el precedente de todo el resto de sentencias del procés que son condenatorias. El ahora diputado de ERC intenta evitar con su relato la inhabilitación que lo expulsaría de la carrera política y, por este motivo, su declaración parecía más un Nuet renegando de la independencia y de lo que votó en 2017 en el Parlament de Catalunya que un Nuet apartado de Catalunya Sí que es Pot, como pareció en el momento de habilitar el referéndum del 1-O.

Toda la declaración del diputado de ERC ha girado en torno al hecho de que él quería hacer entrar en razón a los independentistas y que las decisiones del Parlament fueran constitucionales: "Yo intentaba pasar el independentismo por el fitro constitucional".

Con la lección muy bien aprendida, ha intentado convencer al tribunal de que su papel era el de cumplir y hacer cumplir la legalidad y que su voto favorable a celebrar el referéndum era para que este fuera dentro del marco constitucional y pactado con el estado español. "Todo es defendible en la medida en que la Constitución puede reformarse para dar cabida", ha dicho. Ha remarcado que "el Tribunal Constitucional tenía la última palabra" y que hasta aquel momento había habido "respeto por el debate parlamentario".

Nuet reniega y deja mal a los letrados

Joan Josep Nuet ha explicado, a preguntas de la Fiscalía, que se plantó cuando la Mesa sacó adelante las conclusiones sin debatir con el resto de grupos. Ha definido aquel momento de plenos históricos y reuniones trascendentales como un momento caótico donde los miembros de la Mesa no leían lo que votaban y que ni tan sólo los letrados tenían la certeza de lo que era legal o ilegal: "En la dinámica en la que estábamos lanzados, ni los mismos letrados sabían si era constitucional".

 

"La reunión fue un auténtico caos", ha dicho. Y ha admitido: "No me leí ninguna de las 120 páginas" de las propuestas de resolución que se llevaban a votación. Nuet ha reiterado una y otra vez que él sólo "estaba haciendo política" y que "creía que estaba haciendo una ayuda al Tribunal Constitucional". "Era mi intención. Una intención que no triunfó", ha concluido.

"En absoluto quería utilizar mi voto para desobedecer o romper la doctrina constitucional. Cuando votaba, creía que no ignoraba los requisitos del Tribunal Constitucional", ha dicho el diputado en aquel momento de Catalunya Sí que es Pot.

Incluso Nuet ha hecho un intento de arrepentimiento al final de su declaración: "Todo era nuevo, todo pasaba por primera vez. Hoy haría las cosas diferente, pero decirlo hoy es muy fácil".

Espejo-Saavedra, primer testigo

También ha declarado el vicepresidente segundo de la Mesa en aquella legislatura, José María Espejo-Saavedra de Ciudadanos, que ha considerado que el órgano estaba obligado a inadmitir las iniciativas "palmariamente inconstitucionales". Sobre la actitud de Nuet, ha dicho que al principio de la legislatura tenía más dudas sobre la admisión a trámite de ciertas iniciativas independentistas, pero más tarde se habría alineado con JxSí y la CUP claramente, cosa que la defensa de Nuet le ha rebatido con las actas de votaciones en la Mesa. Espejo-Saavedra ha dicho que era su "impresión".

José María Espejo-Saavedra compareciente en el Tribunal Supremo

Al principio de la vista, la Fiscalía ha renunciado a los testimonios de Carme Forcadell y Lluís Corominas, al considerar que como condenados por los mismos hechos, pero todavía pendientes de recursos, no testificarían con plena libertad ni veracidad. La defensa de Nuet ha pedido que su cliente fuera el último en declarar, pero la Fiscalía se ha opuesto y el tribunal también. No obstante, después del interrogatorio del fiscal y la abogada del Estado, los magistrados se han planteado la posibilidad de interrumpir el interrogatorio de la defensa para avanzar la declaración de los testigos. Lo tenían que hacer por videoconferencia desde el TSJC, pero los servicios técnicos del alto tribunal catalán finalizan su trabajo a las 15.30 horas y los magistrados preveían la posibilidad de que no tuvieran tiempo de interrogar a todos los testigos antes de aquella hora. Finalmente, se han aplazado a este jueves y ha finalizado el interrogatorio de Nuet por parte de su abogado.

En las cuestiones previas, el abogado de Nuet también ha alegado que el Supremo no es el órgano que tendría que juzgarlo, cosa a la cual se ha opuesto la Fiscalía. Los magistrados han dado la razón al ministerio público. Enrique Leiva también ha alegado que Nuet estaba amparado por la inviolabilidad parlamentaria en su trabajo como secretario tercero de la Mesa. El tribunal ha considerado que eso era el fondo del asunto y, por lo tanto, se resolverá durante el juicio y la sentencia.

Este jueves será el turno del otro miembro de la Mesa no independentista, David Pérez (PSC), del exletrado mayor Antoni Bayona y el secretario general de la cámara, Xavier Muro. Después será el turno de la prueba documental, la presentación de las conclusiones definitivas, el informe de cada parte y el turno para el derecho a la última palabra del acusado.