La diplomacia española ha dado síntomas de un nuevo problema en las últimas semanas, después de los avanzados por El Nacional, sobre el exescolta de Aznar en Panamá, o las sedes de la Misión en Bélgica, Brasil, Boston, Congo y la India. Esta vez le ha tocado el turno al consulado de Nueva York, donde sus trabajadores habrían denunciado en el último año "tratos vejatorios y acoso laboral", llegando algunos a pedir la baja por depresión debido a la situación. Es decir, una situación de mobbing.
Según explica El Confidencial, estos trabajadores se habrían quejado a Asuntos Exteriores, a través de un sindicato de la profesión, de que eran utilizados para "trabajos personales del cónsul, quien se ausentaba de forma reiterada" y había tirado de "amiguismos" en la tarea de la administración. El problema detectado por los presuntos afectados es la ausencia de dirección durante más de 9 meses de interinado, donde el cónsul general, Juan Ramón Martínez Salazar, se dio de baja y fue reemplazado por Juan José Herrera de la Muela. Los testimonios explican que Herrera de la Muela, en quien recae la principal atención por los hechos, se había confeccionado un horario "de 12 a dos", insultaba a los trabajadores y no ejercía la tarea de forma diligente.
Asimismo, los afectados explican una serie de quejas que sí están siendo tramitadas en juicio, en relación con otros colaboradores del cónsul. Uno de los presuntos perjudicados asegura que la política de contratación a menudo era utilizada como forma de "desplazamiento" de antiguos trabajadores y que las plazas eran adjudicadas informalmente, antes de la salida de la convocatoria, ya que habían sido contratados antes en forma de colaboradores externos.
Nombramientos en funciones
Rafael Conde de Saro, hasta ahora director de la Oficina del Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España, será nombrado cónsul en Nueva York, en sustitución de De la Muela. Este nombramiento, así como ocho más, también han levantado polvareda en las últimas semanas. En contra de lo que pedía al PSOE, el ministro en funciones, José Manuel García-Margallo, ejerció este nombramiento en situación de interinado y por el proceso de libre designación (a dedo), de acuerdo con lo que establece el artículo 22 del Real Decreto 638/2014, de 25 de julio, por el cual se aprueba el Reglamento de la Carrera Diplomática.
En esta situación también fueron nombrados hasta 119 cargos. Entre ellos se encuentran el cónsul general en Jerusalén, que ejercerá el diplomático Rafael Matos, y el cónsul en La Habana, que ha recaído en el subdirector general de Cancelería, Carlos Pérez Desoy. En el capítulo de embajadas están Irak (Daniel Losada), Alemania (Juan Antonio Martín), Venezuela (José Forner), Afganistán (Miguel Heine Fernández-Mazarambroz), Guinea Ecuatorial (Marc Antoni Peñín), y la representación permanente en la OTAN (María Elena Gómez Castro).
Respuesta aplazada
En el Consejo de Ministros del pasado viernes, el ministro García-Margallo, fue interpelado por El Nacional sobre la situación de dos embajadas. El grupo socialista en el Congreso había preguntado al ministro en funciones por qué el exescolta del expresidente José María Aznar, Francisco Gabriel Maroto, habría accedido en la plaza de adjunto de Interior en la misión diplomática de España al Panamá antes de la existencia de esta. Margallo explicó que desconocía el caso, pero se mostró abierto a estudiarlo y dar una respuesta.
En el segundo de los casos, la portavoz de Igualdad, Susana Sumelzo, y del portavoz de Interior, Antonio Trevín, presentaron a una batería de preguntas, después de que le llegaran “informaciones” según las cuales el Gobierno en funciones mantenía como consejero asesor en la embajada del Brasil “a un comisario jubilado de la Policía Nacional que se encuentra a la espera de juicio por el asesinato de su mujer, después de haber confesado ser el autor de los hechos”. Margallo respondió que España quiere que la persona sea trasladada a territorio nacional.