Faltaban poco más de doce horas para que Pedro Sánchez y Pere Aragonès se reunieran en el Palau de la Generalitat en plenas negociaciones para investir a Salvador Illa cuando Junts per Catalunya informó a María Jesús Montero que le bloquearía los presupuestos del 2025. La razón que exponía la formación de Míriam Nogueras para tumbar la senda de déficit era la deficiente ejecución presupuestaria en Catalunya, pero la lectura que hacía la Moncloa era otra. Lo acreditan fuentes de la capitanía del Gobierno, que ven el golpe de los juntaires en la víspera del encuentro Aragonès-Sánchez como un aviso: la legislatura española puede ser todavía más asfixiante si Esquerra Republicana acaba invistiendo a Salvador Illa como nuevo jefe del ejecutivo catalán. Y hará falta ver qué papel juega el retorno de Carles Puigdemont a Catalunya, ahora que el president en el exilio ha instado al líder socialista a impedir su detención

Pedro Sánchez sufría el martes —en el primer aniversario de las elecciones generales del 23-J— una derrota en el Congreso que exponía su fragilidad parlamentaria. Ya se esperaba que la reforma de la ley de extranjería pudiera caer ante la negativa de PP y Junts de sacarla adelante, pero no calculaba que los independentistas también tumbaran la senda de déficit, un paso imprescindible para tener aprobados los presupuestos del 2025 cuanto antes mejor. Un micro abierto en el patio de la cámara baja captaba una conversación informal entre el ministro Ernest Urtasun y el diputado republicano Frances-Marc Álvaro en que el máximo responsable de la cartera de Cultura admitía "la hostia para el gobierno" que representaba el gesto de Junts. "María Jesús Montero me había dicho que estaba todo atado", añadía. A las diez de la noche, con el porrazo parlamentario ya consumado, era elevada la tensión que se percibía en los coloquios entre la prensa y Gobierno. Un periodista le preguntaba a un miembro del Consejo de Ministros de máxima confianza de Pedro Sánchez si veían el futuro de la legislatura "jodido". "¡No estamos jodidos! ¡No lo estamos!", berreaba en su respuesta.

La Moncloa, decidida a agotar a toda la legislatura

A pesar de todo, el Ministerio de Hacienda tiene la intención de volver a presentar otra vez el techo de gasto y tener unas nuevas cuentas a principios del 2025. La Moncloa, en el mismo sentido, insiste en que su intención es agotar la legislatura, por muy mal aspecto que tenga en repetidas sesiones parlamentarias. Pilar Alegría, portavoz del ejecutivo de PSOE y Sumar, reconocía el miércoles en una entrevista en Telecinco que la aritmética parlamentaria que dejó el 23-J "exige más diálogo con el resto de formaciones". "Tenemos que ser conscientes de que somos un gobierno en minoría parlamentaria y eso exige hacer más trabajo para conseguir aprobar todas las leyes", apuntaba.

Junts puede pensar que las explicaciones que dio el martes el diputado Josep Maria Cruset para tumbar la senda de déficit han servido para escarmentar el Gobierno. Porque su discurso iba precisamente en esta dirección. "Hemos avisado en varias ocasiones de que no formamos parte de ningún bloque y que nuestros siete votos no se pueden dar por descontados", apuntaba. La última vez que el Gobierno vivió con tanta agonía el poder aritmético de los juntaires fue hace medio año. En aquella 'revisión médica parlamentaria' del 10 de enero, el Gobierno no consiguió el aval de Junts en los decretos ley que se debatían hasta el último minuto. El ejecutivo de Pedro Sánchez aceptó delegar a la Generalitat las competencias en inmigración; una cuestión que, entre otros motivos, llevó a Junts a tumbar este martes la ley de extranjería.

 

Decepcionado con Junts per Catalunya, y también aquella noche del martes, Gabriel Rufián se pronunció sobre la derrota parlamentaria del Gobierno. Como ya ha advertido varias veces, aseguró que "estamos más cerca de una moción de censura" a Pedro Sánchez con Alberto Núñez Feijóo como candidato, con votos favorables de Vox y el partido de Carles Puigdemont. "Es absolutamente legítimo y puede llegar a pasar", señaló cuando también lamentó que la oposición de los diputados de Míriam Nogueras a la ley de extranjería hace que esta formación "se sitúe más cerca de Sílvia Orriols que del legado social de Jordi Pujol, que decía que es catalán quien vive y trabaja en Catalunya". Sobre la primera idea que exponía Rufián, hay que recordar que la anterior semana al porrazo en el Congreso del Gobierno, y después de su divorcio con Vox, Feijóo hacía ostentación de sus coincidencias económicas con PNV y Junts per Catalunya.

Feijóo se obstina en pedir la "tercera y definitiva carta" a Pedro Sánchez

El líder del PP también se pronunciaba al día siguiente sobre el fatídico martes del Gobierno en el Congreso. En un discurso ante sus diputados, senadores y europarlamentarios, insistía una vez más a Pedro Sánchez en redactar su "tercera y definitiva carta" de dimisión; o como mínimo convocar elecciones después de haber sufrido en la cámara baja una "humillación" por parte de uno de sus socios de investidura. "Incluso miembros y socios del Gobierno admiten que la legislatura está agotada, y tienen razón; eso no es un gobierno, es una confusión", apuntaba. "Quizás a ERC le vale con Illa en la Generalitat; pero a Junts, no", sentenciaba el líder del PP.