La ministra de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, ha enviado un mensaje este lunes en dirección a Junts per Catalunya, en un nuevo intento de flirteo de los socialistas con la formación de Carles Puigdemont: se ha marcado como reto para la próxima legislatura reformar el sistema de financiación autonómico, que está caducado desde 2014. Ha afirmado que se trata de un tema con "muchas patas", como el estado de la deuda, que ha reconocido que es "asimétrico en diferentes comunidades". "Es un compromiso de este gobierno hacerlo en el menor tiempo posible", ha dicho, para sentenciar que "hay muchas derivadas dentro del sistema; otras comunidades, aparte de Catalunya, también lo han puesto encima de la mesa; y evidentemente el gobierno tiene que abordar todos los componentes de este puzzle".
Ahora bien, la número dos del PSOE también ha asegurado que ahora mismo es "precipitado" hablar de perdonar la deuda que tiene la Generalitat de Catalunya con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) como medida para seducir a Junts y así conseguir la investidura de Sánchez. Después de que el diario madrileño El Mundo haya publicado que el PSC le ofrece este perdón a Junts, la ministra en funciones ha reiterado que hablar de eso es "ahora mismo anticiparse a un debate que todavía no está encima de la mesa", ha añadido.
Sí que ha sostenido, no obstante, que esta reforma "se tiene que abrir con grandes números en el Congreso de los Diputados". María Jesús Montero ha hecho estas declaraciones en una entrevista en La Sexta, en la que ha señalado que su partido empezará a contactar con el resto de grupos parlamentarios una vez se constituya la Mesa del Congreso de los Diputados.
Además, Montero ha recordado a Junts cuáles son las normas del PSOE: respetar los marcos de la Constitución. Ha recordado que en varias ocasiones los socialistas ya han señalado que Carles Puigdemont puede ir olvidándose del referéndum y de la amnistía. Es decir, apartar la cuestión del conflicto político y mirarse con buenos ojos las propuestas sobre la financiación del país. Sí que se ha animado, sin embargo, a trasladar a Junts per Catalunya uno de los motivos por los que, según ella, tiene la obligación moral de mantener a Pedro Sánchez en la presidencia del Gobierno.
A las dos partes les "une" la animadversión por una Moncloa ocupada por el PP y por Vox, ha defendido. Ahora bien, ha reiterado que cualquier diálogo y ofrecimiento para desencallar una investidura del líder socialista se tiene que hacer siempre respetando la Constitución, por mucho que desde el independentismo se insista en exigir el referéndum y la amnistía.
María Jesús Montero ha sacado pecho de que su partido "siempre" mantenga vías de diálogo abiertas con otros grupos parlamentarios que se consideran progresistas. Se ha vanagloriado, pues, de "discrepar de forma clara" con el independentismo en la configuración territorial del Estado, pero al mismo tiempo poder llegar a acuerdos en materia de género o de pensiones, entre otros. "Pero lo que nos une es que no queremos a la ultraderecha en las instituciones", ha remarcado, además de estar en contra "de los retrocesos y los recortes, de primar los intereses de una élite ante la mayoría social".