El papa Francisco lleva una semana polémica. Después de haberse conocido el lunes que el jefe de la Iglesia católica instó a los obispos italianos a que no admitan seminaristas homosexuales porque ya hay demasiada “mariconería”, ahora trascienden unas nuevas declaraciones que traerán cola. Según publican medios italianos, Francisco habría instado a jóvenes sacerdotes en una reunión a puerta cerrada a que dejaran de lado los chismes y cotilleos, porque es “cosa de mujeres”. “Nosotros llevamos pantalones, tenemos que decir las cosas”, añadió el pontífice, como una forma de pedir a sus sacerdotes que vayan de cara y sean más directos.
Las declaraciones desafortunadas de Francisco desentonan con la imagen construida a su alrededor como Papa relativamente progresista, que se ha posicionado abiertamente a favor de un mayor papel de la mujer en la Iglesia, incluyéndolas en algunos cargos, o que se ha pronunciado en términos más laxos y abiertos que sus predecesores con respecto a la homosexualidad y la relación entre el colectivo LGTBI y la casa de Dios, hablando de que la Iglesia no cierra las puertas a nadie o de bendecir las parejas del mismo sexo.
Dos polémicas declaraciones en una semana
Después de la polémica por la “mariconería”, el Vaticano publicó un comunicado de disculpa en el cual se afirmaba que el papa Francisco “nunca tuvo la intención de ofender o expresarse en términos homófobos, y pide disculpas a los que se sintieron ofendidos”. “El papa Francisco conoce los artículos publicados recientemente sobre una conversación, a puerta cerrada, con los obispos de la Conferencia episcopal italiana y como afirmó en varias ocasiones: “¡En la Iglesia hay lugar para todos, para todos! Nadie es inútil, nadie sobra, hay sitio para todos. Tal como somos, todos nosotros”, decía la nota del Vaticano.
Según los medios italianos, el papa usó la palabra despectiva en italiano contra los homosexuales 'frociaggine' durante la reunión con los obispos italianos el pasado 20 de mayo. Había sido publicado en la página web Dagospia, y el lunes algunos medios italianos como “Corriere della Sera” y “Repubblica” confirmaron el término con algunos obispos presentes. Se estaba hablando del tema de si admitir en los seminarios a candidatos abiertamente homosexuales y en qué medida y Francisco, aunque reiteró como siempre la necesidad de acoger a todos, se mostró muy rígido sobre este tema, reiterando su negativa a admitirlos, como ya ha repetido la Iglesia en varias ocasiones, bajo mandato de Benedicto XVI (2005) y del mismo Francisco (2016). “Corriere della Sera” explica que según los presentes consultados “más que vergüenza, la frase fue recibida con algunas risas incrédulas” y que “era evidente que el papa no era consciente de lo ofensiva que resulta esta palabra en italiano”.