El alto representante diplomático de la UE, Josep Borrell, ha protagonizado un nuevo resbalón que le está incrementando las críticas, después del fiasco de la visita a Rusia en la que el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, lo ridiculizó con los presos políticos y exiliados catalanes. En este caso ha sido por la delegación europea en Cuba, en una situación que no para de liarse.
El problema se ha producido después de que el embajador de la UE en Cuba, Alberto Navarro, que también es español, suscribió una carta colectiva cubana al presidente de EE.UU., Joe Biden, en la que se pedía que Estados Unidos "deje de ser el vecino hostil" de Cuba y "deje de interferir en los asuntos internos". El posicionamiento militante del embajador ha tensado las relaciones diplomáticas entre la UE y la nueva administración Biden, y ha captado la atención de la prensa internacional.
El nuevo problema ha estallado una vez más en el despacho de Borrell, lo que se está convirtiendo en una constante cuando ya hay varios países, especialmente del Norte y Este de Europa que le piden la dimisión.
Medios como el influyente diario americano Politico han puesto de manifiesto el desbarajuste de la oficina de Borrell con este caso. El diario remarca que el alto representante ha reconocido que su embajador ha cometido "errores", pero al mismo tiempo no aclara si lo despedirá.
Politico recuerda que un grupo de eurodiputados pide que Borrell cese al embajador. "Algunos en Bruselas han dicho que es inapropiado que Navarro hiciera estas exigencias al presidente de EE.UU.", señala el diario, que recuerda que la carta estaba firmada en su mayor parte por ciudadanos cubanos.
Por ahora, Borrell ha convocado al embajador a Bruselas, para pedirle explicaciones, pero no lo ha destituido. En una rueda de prensa el miércoles, el alto representante reconoció que ha recibido tres cartas de diputados "cuestionando ciertas circunstancias que han pasado en la gestión de nuestra representación diplomática en Cuba". "Estamos haciendo una evaluación. Es evidente que se cometieron errores, pero tenemos que evaluarlos en sus términos", añadió.
Una de las cartas citadas por Borrell estaba firmada por 16 eurodiputados, que le pidieron la destitución del embajador.
Una portavoz de la oficina de Borrell no ha respondido a la pregunta de si el embajador seguiría en el cargo durante la evaluación, o si había vuelto a la delegación de la UE en Cuba después de la reunión con Borrell, según Politico.