El Gobierno invertirá 30 millones de euros en el proyecto de resignificación del Valle de los Caídos; actualmente denominado Cuelgamuros para evitar la denominación franquista. Las obras empezarán en 2027 y la intención es construir un centro de memoria y musealizar el espacio excepto el altar principal y las bancadas de la basílica. Tampoco se demolerá el elemento más vistoso del mausoleo concebido para enaltecer al régimen de Francisco Franco y humillar al bando perdedor de la guerra civil: continuará intacta la gigantesca cruz de más de 150 metros de altura que hay en la cima de la montaña y que puede verse a kilómetros de distancia.
El argumento que utilizan fuentes del Ministerio de Memoria Democrática para mantener intacta esta cruz es que "sin ella no se puede explicar el valle, porque representa la simbiosis entre la iglesia y la política, que es el nacionalcatolicismo". De hecho, la basílica continuará, como ahora, teniendo usos litúrgicos. Porque el Gobierno defiende que la desacralización del templo no ha estado nunca en cuestión. El pasado mes de febrero el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, viajó al Vaticano y pactó con el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, que algunas partes del templo se pudieran seguir utilizando para culto. El arzobispo de Madrid, José Cobo, ha tenido un papel fundamental en la llegada del pacto definitivo. Los monjes benedictinos también podrán seguir ejerciendo en el valle. Solo abandonan la fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos el exprior Santiago Cantera (se opuso a la exhumación de Francisco Franco) y dos monjes que son franquistas reconocidos.
En todo caso, el proyecto tendrá como finalidad "ofrecer una nueva mirada crítica e informada sobre la historia de España que resignifique el espacio como un lugar de uso educativo, cultural y democrático". Y se traducirá, todo, a la construcción en la explanada del valle de un centro de interpretación o museo. Se extenderá desde el exterior hasta el interior de la basílica. Este proyecto obedece al cumplimiento de la ley de memoria democrática, aprobada en 2022.

30 millones de euros en un concurso internacional
A finales de la próxima semana el Gobierno abrirá un concurso internacional para que se presenten en un plazo de dos meses los estudios que lo deseen con una propuesta de triple perspectiva: arquitectónica, artística y paisajística. Un jurado conformado por representantes de varios Ministerios, de la Iglesia, arquitectos, historiadores y paisajistas escogerán las diez mejores propuestas. Todas ellas serán premiadas con 60.500 euros cada una. La ganadora, que se anunciará el próximo mes de septiembre, será galardonada con otros 60.500 euros adicionales y con cuatro millones de euros por honorarios en el estudio de arquitectura.
Este estudio tendrá entonces ocho meses para redactar el proyecto de ejecución. En mayo de 2026 se iniciarán los trámites de licitación de las obras, y a finales de año se licitarán las obras de construcción. De manera que el nuevo Valle de los Caídos empezará a construirse a partir del 2027. El estudio podrá contar entonces con 26 millones de euros para gastar en el proyecto. Y de estos, no podrá gastarse más de seis en reparaciones y reformas de la obra que ya está construida.
El Gobierno pedirá a los estudios que se inspiren en otras obras de memoria y resignificación como el Monumento al Holocausto de Berlín, el Monumento por la Paz y la Justicia de Montgomery, Alabama; el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá; el Memorial a las víctimas de la violencia en Chapultepec, Ciudad de México; o el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Santiago de Chile. Fuentes de la Moncloa apuntan que les gustaría que el nuevo Valle de los Caídos se convirtiera en un ejemplo de nivel internacional.
La justicia avala las exhumaciones
Precisamente este miércoles, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) estimó el recurso planteado por Patrimonio Nacional y el Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial y avaló de esta manera las exhumaciones del Valle de los Caídos. Las mismas fuentes del Gobierno destacan que este es un elemento más de dignificación del espacio y de resignificación.
Este fallo judicial llega cinco años y medio después de que el Gobierno de Pedro Sánchez decidiera exhumar de este mausoleo al dictador que ordenó construirlo con mano de obra republicana, Francisco Franco. Y poco menos de dos años después de que también exhumara a José Antonio Primo de Rivera.