La número 2 de Toni Comín en las europeas ha votado por Jordi Domingo en las elecciones del Consell de la República, que han arrancado este sábado y que se alargarán hasta la próxima semana. Neus Torbisco, que también formó parte de la cúpula de la entidad independentista, ha difundido una extensa carta en Twitter para explicar que su apoyo al rival de Comín responde a su convicción de que "ha llegado el momento de dejar paso a caras nuevas" que promuevan "formas de gestión transparente que puedan restablecer la confianza, credibilidad y solidez" de la organización.
Torbisco ha iniciado su argumentación recordando que "el movimiento independentista catalán se encuentra en una situación extremadamente complicada", de la misma manera que el Consell de la República "también se encuentra en un momento crítico". "Esto es, sobre todo, porque no ha sido capaz de alcanzar sus objetivos ni convertirse en el actor central para la confluencia estratégica y la reconstrucción del movimiento político al que aspirábamos desde el gobierno del Consell, que ha tenido apoyo débil y ambivalente por parte de los actores principales que se comprometieron a crearlo y darle apoyo", ha considerado.
— Neus Torbisco Casals���� (@casals_neus) February 8, 2025
En esta línea, quien fue la número dos de Junts en las últimas elecciones europeas ha defendido que "este fracaso, por lo tanto, no es, o no únicamente, atribuible a los diferentes gobiernos del Consell". "La institución, en el fondo, ha sido un espejo donde se ha proyectado la desintegración de la confianza mutua de los principales actores, las frustraciones e impotencia colectivas para confrontar el estado de manera inteligente, la falta de voluntad para deliberar de buena fe, de manera transversal y con inteligencia y capacidad de sacrificios para llegar a rehacer consensos", ha señalado. Y ha añadido: "Ha reflejado, por lo tanto, el estado de la nación durante un tiempo convulso, de mucha fragilidad y vulnerabilidad social y política, que han provocado lealtades y compromisos volátiles".
"También nos han confrontado con nuestras debilidades y contracciones como movimiento político", ha continuado Torbisco, que ha explicado que se ha sentido "impotente y profundamente decepcionada por las actitudes, comportamientos y falta de sentido de la responsabilidad cívica de varios actores y representantes". Sin embargo, no ha querido señalar a nadie en concreto porque "no tiene demasiado sentido buscar culpables o responsables, pero sí reflexionar seria y honestamente sobre por qué y cómo se ha llegado a la situación actual, qué ha fallado en el intento fracasado de alcanzar consensos y gestionar la entidad". "Hacen falta diagnósticos rigurosos, tanto sobre los procesos vividos (no solo en el Consell, sino más globalmente, de la gestión post 2017), como sobre el sentido o utilidad de esta institución hoy. El Consell no puede rehuir este análisis, y quizás su rol principal es promover una deliberación que aspire a la máxima inclusión y transversalidad. Solo así podrá resurgir como un actor importante para promover resiliencia social y desarrollar acciones efectivas en el camino hacia la independencia", ha argumentado.
Caras nuevas al frente del Consell
Es ante toda esta reflexión que ha considerado que "esta etapa de reflexión y transformación no puede estar liderada por los protagonistas de la etapa anterior y exige la renovación de liderazgos". "Evidentemente, el Consell tendría que seguir contando con el apoyo del president Carles Puigdemont, los consellers en el exilio, y los miembros de gobiernos anteriores, que tenemos que estar dispuestos a mantener un rol consultivo o a transmitir nuestras ideas", ha dicho, aunque ha defendido la necesidad de "dejar paso en caras nuevas, que promuevan esta reflexión y formas de gestión transparente que puedan restablecer la confianza, credibilidad y solidez sin las cuales el Consell no podrá seguir aspirando a ser central en la preservación de la memoria e historia reciente del exilio y a la promoción efectiva de sus objetivos".
Y ha concluido: "En este sentido, el nuevo gobierno tendría que desvincularse de la dirección e intereses de partidos concretos, que amenazan la aspiración a la transversalidad e inclusividad. Como expresé en mi carta de dimisión hace dos años, hacen falta valentía y humildad para asumir errores y descartar políticas de mirada corta y el coraje para revisar estrategias y dejar paso a nuevos liderazgos que nos permitan persistir a pesar de las decepciones y dificultades". Torbisco no es la primera que da la espalda a Comín: Por ejemplo, el conseller en el exilio Lluís Puig se ha sumado a la candidatura de Domingo, mientras que el president Carles Puigdemont le pidió a Comín que no se presentara a las elecciones del Consell —en medio de las diversas acusaciones contra el candidato.