Los obispos han tachado de "anacrónico" que el Gobierno quiera convertir el Valle de los Caídos en un cementerio civil, defienden la permanencia de la Cruz como "signo de reconciliación" y de los monjes benedictinos, y se muestran "preocupados" porque la Ley de Memoria Democrática "quiere escribir una especie de historia oficial".
Así lo ha indicado el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, este jueves 1 de octubre en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Permanente de la CEE.
"Resulta anacrónico hablar de cementerios civiles", ha opinado, añadiendo que en la actualidad, "los cementerios parroquiales acogen a todos los que quieren ser enterrados, creyentes y no creyentes, personas que tienen una comprensión de la vida de una forma u otra".
Preocupados por la Ley de Memoria Democrática
A los obispos les "preocupa" la Ley de Memoria Democrática pero no solo por el Valle de los Caídos sino, sobre todo, porque consideran que "es grave querer escribir una especie de historia oficial y que quiera luego hacerse pauta educativa".
"La ley tiene varios aspectos, uno hace referencia al Valle de los Caídos, es importante, pero la gravedad de otros aspectos de la ley me parece de mayor relevancia, en el sentido de que siempre es grave querer escribir una especie de historia oficial y que quiera luego hacerse pauta educativa", ha subrayado.
Respecto a la gran Cruz que preside el Valle de los Caídos, los prelados la entienden como "un signo de reconciliación" y, por ello, creen que debe permanecer, aunque se "resignifique" el lugar. También piden que permanezca la basílica y la comunidad de monjes benedictinos para mantener el culto.