De entrada, la mesa de diálogo entre partidos catalanes ya nació coja, porque tres de los invitados se han negado desde el principio a aceptar la invitación. Des de su creación, 15 meses atrás, Cs, CUP y PP se han ausentado siempre. Después de un año de inactividad, Torra ha decidido resucitar este espacio, que además de al Govern incorpora a JxCat, ERC, PSC y comunes.
La Generalitat ha mandado un esquema con los puntos que quiere abordar en la cumbre de este viernes: "situación del conflicto político entre Catalunya y España" y "mecanismos de resolución del conflicto y de la represión". Este planteamiento de salida incomoda a los socialistas. Fuentes del partido reconocen que no les gusta. Aspiran a positivizar la propuesta, poniendo en valor la reapertura de los puentes de diálogo. Precisamente fue Miquel Iceta el ideólogo de este punto de encuentro entre fuerzas políticas catalanas. Fue él quien pidió públicamente al president que impulsara este espacio.
Superadas las pegas iniciales, Quim Torra ha acabado asumiendo la reanudación de la negociación con el Estado que Esquerra Republicana acordó con el PSOE. Eso sí, quiere llevar la batuta. Por eso, antes de estrenar la mesa bilateral entre gobiernos, quiere reunirse con el presidente español para establecer las bases del diálogo y exigir garantías de cumplimiento.
La reunión de este viernes será un ensayo de los futuros contactos entre gobiernos. Y es que, llegado ese momento, PSC y comunes formarán parte del otro lado de la mesa, como miembros del gobierno de España PSOE-Podemos.
Colón y el relator
Éste será el tercer encuentro de la mesa de partidos catalanes. La última vez que se citaron, el 5 de febrero de 2019, los participantes acordaron verse cada mes y profundizaron en la figura de un relator. Cinco días después llegaría la manifestación de las tres derechas en la Plaza Colón, que junto con la enmienda a la totalidad de ERC y PDeCAT a los presupuestos del PSOE, acabaría dinamitando el primer intento de entenderse de los gobiernos de Sánchez y Torra -la Declaración de Pedralbes.
A partir de aquel momento se precipitarían los acontecimientos: adelanto electoral en España, juicio a los líderes independentistas, sentencia demoledora, las calles en Catalunya ardiendo contra las condenas, repetición electoral, el PSOE abrazando el discurso de Cs, hundimiento de Rivera, crecimiento meteórico de VOX, reconciliación con Iglesias de Sánchez y giro camaleónico de su discurso para ligar la investidura, pacto PSOE-ERC, inhabilitación de Torra y primer gobierno de coalición en democracia.
El nuevo escenario político sitúa en el horizonte más inmediato la activación inminente de una mesa bilateral para resolver el conflicto político entre Catalunya y el Estado. La reunión de este viernes debe servir, precisamente, para sondear y recoger las propuestas de cada uno de los actores que participen sobre la resolución del conflicto político. El cónclave llega dos días después de que los partidos y entidades independentistas consensuaran en una reunión en Palau que la negociación con Madrid debe pivotar sobre la autodeterminación y la amnistía.
Según reconoció la portavoz del Govern, la intención es incorporar a la propuesta de que defenderá a la Generalitat durante la negociación con el Estado, las sugerencias que puedan salir de la cumbre de este viernes. En la medida del posible, claro está. Por lo menos hay un punto donde todos los asistentes coincidirán, que es la necesidad de dar una oportunidad al diálogo para resolver el conflicto.