Las obras para retirar el monumento franquista del río Ebre en Tortosa (Baix Ebre) será un trabajo complejo que se tendrá que efectuar en verano para aprovechar el bajo caudal del río. Ahora bien, para llegar a este punto, antes se tendrá que realizar todo un proceso que se iniciará en enero, cuando la Generalitat empezará los trámites por licitar las obras, que se adjudicarán el mes de marzo con el objetivo de desmantelar el monolito, el mayor vestigio de la dictadura en Catalunya.
Así lo han explicado en rueda de prensa la consellera de Justícia, Ester Capella, y la directora de Memòria Democràtica, Gemma Domènech, que han coincidido en que la retirada de este símbolo, más de cuatro décadas después de la caída de régimen, no es "un brindis al sol".
El coste de las obras, 200.000 euros
De acuerdo con las previsiones del ejecutivo catalán, que todavía no cuenta con el permiso de obras del ayuntamiento de Tortosa, los trabajos -cuyo coste sube a 200.000 euros- se licitarán el mes que viene y, en febrero, se hará un estudio del terreno en el cual se instalará la grúa, una de las mayores de Europa.
Si no hay ningún imprevisto en el cronograma, en marzo, el departament de Justícia adjudicará las obras y, dos meses después, en mayo, se empezará a adaptar el cauce del río para poder colocar la grúa, que cuenta con un radio de giro de 44 metros y tiene capacidad para transportar piezas de hasta seis toneladas.
El proceso empezará en verano para aprovechar el bajo caudal del río. Además, los operarios se trasladarán en barca hasta un andamio que construirán en torno al monumento y desde donde llevarán a cabo sus tareas.
Una vez se llegue al monumento, las esculturas que coronan el monolito se trasladarán de una sola pieza, las pirámides se desmontarán, mientras que el conjunto de la pieza se segmentará con la técnica del oxitall, que consiste en utilizar oxígeno y gas propano a 800 grados por fraccionar de arriba abajo. Solo se conservará el pedestal, del cual se retirará la inscripción "A los combatientes que encontraron la gloria a la batalla del Ebro".
Erradicar el franquismo
De momento, la Generalitat no tiene pensado musealizar la zona ni tampoco trasladar las esculturas a una galería, ya que tal como ha subrayado Domènech, eso supondría "darles una categoría" que no considera que "tenga que tener". No obstante, el departamento está estudiando todavía cómo dejará constancia del monumento y de su historia, una fórmula que podría traducirse en paneles a lo largo de los márgenes del río con explicaciones sobre "las cuales había y por qué ya no es".
Por su parte, Capella ha manifestado que "la retirada del monumento no es un brindis al sol. No es humo, es una realidad. Es una cuenta atrás que no tiene freno" a la vez que ha celebrado el fin de "un símbolo que representa la barbarie franquista". Además, ha añadido que "el franquismo y sus huellas no pueden ser reinterpretadas, tienen que ser erradicadas".
Ideado por el escultor Lluís Saumells, el monumento fue inaugurado en 1966 por el mismo dictador Francisco Franco en homenaje a los soldados nacionales caídos a la Batalla del Ebro, la contienda más larga y una de las más cruentas de la Guerra Civil, que selló la definitiva derrota de la República.