La ejecución de Salvador Puig Antich el 2 de marzo de 1974 fue un revulsivo para la lucha antifranquista, en un contexto en que el régimen franquista era capaz de demostrar su capacidad asesina. Aunque la muerte de Puig Antich fue inevitable y que la respuesta ciudadana fue menor de lo que se podría haber esperado, no es menos cierto que el antifranquismo clandestino intentó movilizarse en la defensa de Puig Antich y el resto de los militantes de MIL. Según se desprende de documentos históricos procedentes del archivo personal de un antiguo miembro de Comissions Obreres, organizaciones como el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) y el mismo sindicato CCOO levantaron la voz en defensa de Puig Antich.

Hay que tener en cuenta que el asesinato de Puig Antich no se puede separar del contexto político del momento, con hechos específicos como la detención de 113 miembros de la Assemblea de Catalunya el 28 de octubre de 1973, o el atentado contra Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno español, asesinado por ETA el 20 de diciembre de aquel mismo año. Precisamente, el atentado contra Carrero Blanco fue el resorte que el régimen franquista necesitaba para maximizar su actitud represiva y la ejemplarizó en la doble ejecución del 2 de marzo sobre Salvador Puig Antich y el todavía más infortunado Heinz Ches. Pero también hay que tener presente que el 3 de abril de 1973 la policía franquista asesinó a Manuel Fernàndez Màrquez, trabajador de la Central Térmica del Besòs, durante la represión de las movilizaciones sindicales por mejoras salariales y sociales. "En ningún caso creíamos que el régimen se acababa, la sensación era que teníamos a Franco para muchos años y el régimen no estaba derrotado", apunta al antiguo militante en declaraciones a ElNacional.cat.

Anverso y reverso de una octavilla del PSUC sobre Puig Antich

En todo caso, la clandestinidad antifranquista se movilizó, en un contexto en que en las fábricas se intentaban organizar asambleas reivindicativas y la octavilla, imprimida en clásicas vietnamitas -imprentas rudimentarias, pero efectivas para la clandestinidad por su pequeño formado y su movilidad- se convirtió en un elemento habitual de la lucha clandestina. En una de estas octavillas firmada por el PSUC con fecha del 9 de diciembre de 1974, pero que, por el contenido, salta a la vista que se trata de un error y que la fecha correcta es el 9 de diciembre de 1973, se apunta que la pena de muerte pedida por el tribunal militar contra Puig Antich -escrito Puig Antic, sin la hache final- es una "monstruosa petición", dirigida a "intimidar a la clase obrera".

"No a la pena de muerte", "Salvemos de la muerte a Puig Antich", continúa esta hoja volante del PSUC escrita en castellano que reclama "aquí y ahora la anulación de la pena de muerte" contra Puig Antich. "Impedir que esta sentencia de muerte sea ejecutada es hoy el deber de todo ciudadano que esté dispuesto a evitar que nuestro pueblo se vea sumergido en un clima de violencias crecientes", continúa el texto, que apunta que hay que hacer llegar a las autoridades militares por medio de "telegramas, cartas, comisiones de vecinos, comisiones ciudadanas... esta exigencia pacífica y democrática" que clama por la "amnistía para todos los presos y exiliados políticos".

Anverso y reverso de una hoja volante de CCOO

Asimismo, una octavilla clandestina y también en castellano de la Plataforma del Pueblo Nuevo de Comisiones Obreras fechada el 6 de marzo de 1974, es decir, cuatro días después de la ejecución de Puig Antich, apunta que "el gobierno de los capitalistas acaba de asesinar a Salvador Puig Antich" y que el régimen "pretende ocultar que esta ejecución es la venganza de uno de los bandos en esta guerra de clases diaria". "Por eso han ocultado que Puig Antich era un militante comunista y lo han presentado como un bandido y atracador", continúa la nota, aunque la filiación política de Puig Antich era el anarquismo.

De hecho, la misma nota sindical apunta que pueden "estar o no de acuerdo con la forma como los compañeros de MIL intentan hundir a la sociedad capitalista", pero concluyen que "todos reconocemos en la ejecución de esta pena de muerte el asesinato perpetrado por la clase explotadora de un compañero revolucionario que luchaba por una sociedad sin clases" y por eso reclama la organización de los trabajadores en los barrios, centros y fábricas. Una tercera hoja clandestina, titulado 'Informaciones Populares nº 14' y fechada el 25 de enero de 1974 recuerda que "Sigue la movilización contra la pena de muerte para Puig Antich" y detalla que "a nivel ciudadano siguen produciéndose tomas de posición en defensa de su vida".

 

Primera plana del pasquín 'Informaciones populares nº 14'