El pequeño Oliver lo ha conseguido. Este niño de dos años y medio que tiene un tumor cerebral que lo ha dejado sin comida y sin prácticamente movilidad, ya ha llegado a Barcelona a bordo de un avión medicalizado para ser operado al hospital infantil Sant Joan de Déu de la capital catalana, uno de los centros punteros en el mundo. Este niño, que vive en México con su padre de origen malagueño y su madre alemana, ha llegado a la ciudad después de muchos días de espera y con sus padres desesperados porque no podían conseguir un avión medicalizado para transportar a su hijo enfermo, a quién los médicos habían diagnosticado poco más de dos semanas de vida si no era intervenido muy pronto. Finalmente, un donante anónimo dio el dinero necesario para que Oliver pudiera viajar, aunque este desplazamiento se ha ido retrasando por trabas burocráticas.
A punto para ser operado
Se esperaba que el Olivo llegara a Barcelona esta mañana del miércoles y lo ha hecho después de una escala en Irlanda. En el aeropuerto del Prat le espera una UVI móvil que lo tiene que trasladar hasta el Sant Joan de Déu donde será intervenido quirúrgicamente para extraer el tumor cerebral que sufre, una operación que podría salvarle la vida. Al menos por unos meses, ya que al hospital mexicano donde lo habían atendido hasta ahora le habían dado unos seis meses de vida si le conseguían extraer el tumor. Ahora, se espera que con esta intervención puedan eliminar hasta un 80%, siente muy complicado que se extirpe completamente. Con todo, hasta que no le hagan un escáner cerebral es imposible de determinar.
El padre del niño llegó antes a Barcelona, ya que se marchó de México con un avión comercial, y a través de las redes sociales celebraba durante estas últimas horas que su hijo también podría llegar a la ciudad para ser intervenido. "Falta Oliver, que acaba de embarcar en el avión que mañana sobre la una llegará a Barcelona," explicaba en el perfil de Instagram de su hermano, que se ha dedicado en los últimos días a hacer llegar la historia de su sobrino a sus seguidores. El periplo de Oliver ha sido seguido con mucha atención por miles de personas que ahora pueden celebrar que ya haya llegado a la capital catalana para ser operado.
Una evolución muy rápida
El tumor cerebral que afecta al menor es de grandes dimensiones y demasiado cerca del tronco encefálico, pero en México no le podían extirpar. Todo ha pasado a toda prisa, ya que hace solo dos semanas que la familia sabe que el niño tiene esta enfermedad. Día 13 de octubre, los padres notaron que a Oliver le costaba andar, estaba apático, débil y no tenía hambre. Una vez en el hospital le hicieron varias pruebas que confirmaron la presencia de un tumor cerebral de grandes dimensiones. En cuestión de días, el niño empeoró y hace justo una semana le extrajeron el líquido que le presionaba el cerebro, y provocaba que perdiera funciones cognitivas. A partir de aquí, pudo recuperar cierta movilidad y sus ánimos han mejorado notablemente. Como dice su madre Lena en Instagram, no ha dejado de sonreír, tampoco cuando esperaba el vuelo que ahora le puede salvar la vida.