Amenazaba lluvia. La literal y la de reproches. Pero ha habido tregua. Bajo un cielo a ratos con claros y con intervalos de nubes densos y contra un viento alborotador ―la metáfora perfecta del momento político en que vive inmerso el país―, la plana mayor del soberanismo se ha (re)unido al regazo del Arc de Triomf de Barcelona.
La convocatoria de Òmnium, abierta al público, llevaba por lema "Por los derechos y las libertades, absolución". Ésta, junto con la defensa de un referéndum pactado, es precisamente la reivindicación que aglutina a la mayor parte de la sociedad y la política catalana. De ahí que esta mañana hayan compartido espacio miembros del Govern, encabezados por el president Quim Torra y el vicepresident Pere Aragonès, representantes de Junts per Catalunya, ERC, la CUP, Catalunya en Comú ―Ada Colau no ha asistido, pero ha intervenido a través de un vídeo reclamando la absolución y defendiendo la libertad de expresión de los líderes independentistas, a pesar de discrepar de ellos― y Demòcrates, los dirigentes de la UGT y CCOO, familiares de los presos y exiliados y personalidades destacadas del mundo de la cultura.
Cuixart, presente por carta
Esta es la segunda Diada que los dirigentes políticos y sociales que comandaron el procés hasta octubre de 2017 viven entre rejas, a la espera de conocer la sentencia del Tribunal Supremo, durante las próximas semanas.
Desde la prisión de Lledoners, Jordi Cuixart ha querido participar en el acto de la única manera que le era posible, por carta. Un escrito, que ha leído el vicepresidente de Òmnium Marcel Mauri, que intenta destruir la brecha entre "partidarios del diálogo y de la confrontación". "La defensa permanente del diálogo es la única vía para la resolución del conflicto", afirma Cuixart, "forma parte de la confrontación democrática con aquellos que quieren condenar la libertad de expresión y el derecho a la protesta". Es por eso que adelanta que "nunca" renunciarán al diálogo, tampoco con los que les querrían ver "muchos años en la prisión". El presidente de Òmnium confía en que saldrán adelante "reforzados como sociedad" y que sólo podrá ser si lo hacen "juntos".
Durante su discurso, Mauri ha cuestionado la separación de poderes en España, y ha recordado que "al estado español le quedan dos meses para cumplir la resolución del grupo sobre los encarcelamientos arbitrarios de la ONU", que daba un plazo de medio año para liberar a los presos independentistas.
Sobre la respuesta a la sentencia, el líder de Òmnium ha enfatizado que hace falta que sea colectiva y que, como dice Cuixart, "todos los derechos que sean coartados habrá que volver a ejercerlos". O lo que es lo mismo, que "lo volveremos a hacer".
El acto ha terminado con una larga y sonora advertencia del público a sus dirigentes políticos: al grito de "'¡unidad!". El preludio de la manifestación de esta tarde. Aquella la pilota la ANC y llevará por pancarta "Objectiu: independència". Estrecha el círculo y los comunes quedarán fuera. De ahí también que Òmnium ―que colabora en la organización de la movilización de la tarde― haya querido marcar perfil propio por la mañana.