No han pasado ni 24 horas que Jordi Cuixart pudo salir de la prisión para trabajar a su empresa y Fiscalía ya ha iniciado todos los trámites que dependen de ella para evitar que el presidente de Òmnium Cultural tenga estos permisos. La respuesta ha sido contundente: "Òmnium acusa la Fiscalía de querer 'reeducar' y cambiar la ideología del presidente de la entidad, Jordi Cuixart". Y avisa de que no lo conseguirán en ningún caso, tal como recuerda su vicepresidente Marcel Mauri: "Cuixart no reeducará su ideología, por mucho que el fiscal siga intentando coartar su libertad de pensamiento y el ejercicio de derechos fundamentales".
Mauri también ha denunciado que la Fiscalía siga actuando "como la Inquisición", y ha reiterado que "quien tiene que cumplir la legalidad internacional son los poderes del Estado", tal como lo piden los principales y más prestigiosos organismos y asociaciones internacionales de derechos humanos. Òmnium también lamenta que la Fiscalía se oponga al artículo 100.2 por "el efecto ejemplarizante e intimidatorio de la prisión sobre la población". El ministerio fiscal se considera que "utiliza al presidente de Òmnium como chivo expiatorio de la persecución ideológica" de todo el soberanismo y la ciudadanía que se moviliza.
Hay que recordar que el artículo 100.2 no es, en ningún caso, un beneficio penitenciario, ya que la vida y cotidianidad de Cuixart continuará dentro de la prisión durante la mayor parte del día e íntegramente las fines de semana. El presidente de Òmnium seguirá cumpliendo íntegramente la condena de 9 años impuesta por el Tribunal Supremo en el centro penitenciario de Lledoners.