El fundador de Proactiva Open Arms, Òscar Camps, ha compartido unas imágenes impactantes a través de twitter para denunciar la continua vulneración de derechos humanos que se da en el Mediterráneo con los refugiados: "Todavía estoy en choque por el horror de la situación, niños pequeños y mujeres que sólo tenían sueños y ambiciones para vivir. Llevan más de tres días abandonados en una playa de Zuwara, en Libia. No le importan a nadie".

Tuit de Óscar Campos

Y lo acompaña con tres fotografías que impactantes: el cuerpo de estas personas muertas en la arena que el mar los ha expulsado.

Fotografía publicada por Òscar Camps

A pesar de la repetición, lamentablemente, de estas imágenes, todo sigue igual. Así aparece delante de los ojos, la imagen de un recién nacido estirado en el suelo, sin vida, todavía vestido con un pijama de flores blancas, con la cara parcialmente hundida en la arena, con las olas del mar libio que lo han contribuido. También hay la de una mujer, también abandonada por el mar, con la piel blanqueada por la muerte después de días en la orilla mediterránea. Y finalmente otro cuerpo, probablemente de otra mujer, que también quedó bajo el sol abrasador del verano africano.

Las rutas de estas personas son mucho más largas y peligrosas. Tal como especifica esta ONG, "el recorrido actual empieza en la costa libia, un estado fallido inmerso en una guerra civil donde se vulneran sistemáticamente los derechos humanos y donde milicias, bajo el nombre de guardacostas libios, consuman las devoluciones en caliente".

Las mafias se amontonan a las personas que intentan huir en embarcaciones muy precarias que pueden llegar a transportar entre 150 y 700 personas, con combustible que nunca será suficiente para llegar a un puerto seguro. Una vez ya se sitúan en aguas internacionales, la suerte es su única opción. Sólo pueden esperar que alguien los localice, los rescate y los lleve a un puerto seguro en Europa. Nada les garantiza que eso pase, aunque centenares de barcos navegan por la zona diariamente. La desesperación es tan grande que se lo juegan todo a una carta.

Fotografía de portada: una imagen compartida por Òscar Camps en twitter