Este martes 13 será recordado como el martes negro del Partido Popular. El ejecutivo de Mariano Rajoy ganó la batalla en los días anteriores al huir de la visibilidad de un pleno para que el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, explicara la candidatura fallida de José Manuel Soria para director ejecutivo del Banco Mundial. Pero los titulares con los nombres de Barberá, Matas, y Bárcenas han oscurecido la jornada para el PP. El toque de gracia fue la comisión donde compareció De Guindos, cuando la oposición sugirió su dimisión por "mentir".
España no tiene gobierno, ni éste quiere estar controlado porque la cámara de la XII legislatura no le dio su confianza. Pero el encuentro sirvió de laboratorio para dibujar cuál es el papel que desarrolla cada formación actualmente. De Guindos relató el procedimiento para proponer al extitular de Industria, Energía y Turismo. El ministro indicó que el canario era quien "más requisitos cumplía". El titular de Economía subrayó que era un "procedimiento técnico" y que si Soria renunció es por la "utilización política del debate" que habían hecho los adversarios.
El responsable ministerial empezó la comparecencia justificándose. Primero, que en otros países el procedimiento para la elección era más "discrecional" que en España. Segundo, que "siempre" había ocupado el cargo de director ejecutivo un miembro del cuerpo de funcionarios. Tercero, el ministro sostuvo que la comisión que decidía el candidato estaba integrada sólo por altos cargos, empezando por el secretario de Estado de Economía. Cuarto, que fue en una segunda convocatoria que tuvo lugar en septiembre donde Soria se postuló, después de haber dimitido "sin estar inhabilitado".
El PSOE se alzó como el partido líder de la oposición, replicando que De Guindos mentía. El diputado socialista Pedro Saura desmenuzó las palabras de De Guindos, asegurando que no había existido una convocatoria pública en la elección de Soria, "porque no estuvo colgada en la web del ministerio". Saura añadió que era un nombramiento político y no "técnico", por que la propuesta de los candidatos bien la había hecho el gobierno. Y el diputado reprochó que Rajoy había afirmado que no dar el sitio a Soria era ilegal, "pero si ha dimitido es que la podían dar a otro, no?", demandó. "Usted no es digno de seguir siendo miembro del gobierno", añadió.
La cuestión de la regeneración también planeó sobre la comisión como la carcoma que arrastra el pasado y el presente del PP. Los socialistas recordaron que no cuestionaban que Soria no tuviera delitos de corrupción, sino que tener empresas en paraísos fiscales era suficiente para renunciar de ministro, y también para no acceder al Banco Mundial. Saura hizo la estocada que si Soria renunció de mutuo propio –a pesar de que a petición del gobierno– el compromiso de Rajoy con la regeneración era "inexistente". El socialista lo acusó de haber recompensado a Soria por "el favor" de marcharse del gobierno en periodo electoral.
Ciudadanos volvió a marcar las distancias con su socio, el PP, exigiendo que o De Guindos, "o Santamaría, o Rajoy, o alguien" asumiera responsabilidades por la propuesta. El diputado Toni Roldán acusó al ministro que el puesto era "un traje hecho a medida a Soria porque es amigo de Rajoy y De Guindos". "¿Por qué hicieron dos convocatorias en menos de seis meses, tanto cambian las cosas?, por qué no se publicó en el BOE? ¿Su concepción de concurso abierto es remitir una carta al presidente de la asociación de técnicos comerciales?", le increpó, haciendo de fiscal del gobierno.
Podemos quedó desdibujado ante de la traca de los otros dos partidos. Pablo Iglesias apeló a varios guiños del folcklore popular, pero su contundencia repuntó al sumarse a la sugerencia de Saura i Roldán, sobre la dimisión de De Guindos. "Si se demuestra que ha mentido, tiene que dimitir" dijo. Las justificaciones del ministro parece que no habrían convencido a la Comisión del Congreso.