El presunto agresor de la Ciutadella ha sido dejado en libertad con cargos este miércoles por la tarde. El magistrado del Juzgado de Instrucción número 32 de Barcelona ha dictado contra él una orden de alejamiento de 500 metros a petición de la fiscalía. La decisión judicial llega después de que el hombre haya sido detenido esta mañana por la policía española, a quien la mujer denunció ayer el caso.
El individuo se ha negado a declarar ante el juzgado de guardia y ahora la investigación como mínimo por un delito de lesiones leves con el agravante de discriminación por motivos de origen irá a cargo del Juzgado de Instrucción número 7, que también tendrá en cuenta la denuncia del hombre contra la mujer, de origen ruso.
La víctima interpuso el martes una denuncia ante la policía española. Aunque lo más habitual hubiera sido denunciar el caso a los Mossos d'Esquadra, la mujer insistió en hacerlo delante de la policía española y acompañada de un abogado cedido por Ciutadans, partido donde milita su marido. De hecho, la formación también presentó una denuncia a la fiscalía superior de Catalunya por "delito de odio".
El hombre, en cambio, interpuso una denuncia contra la mujer delante de los Mossos, el cuerpo que llevaba el caso, había presenciado los hechos y había presentado las diligencias en la fiscalía. La policía catalana descartó que se tratara de una agresión con motivaciones políticas, pero ahora no puede entrar a valorar los hechos porque no dispone de la versión de la víctima.
Los hechos
Según los Mossos, la agresión se produjo durante una fuerte discusión entre un vecino de Ciutat Vella que paseaba a su madre en silla de ruedas y la mujer -pareja de un militante de Ciutadans-. Según los agentes que intervinieron en los hechos, el hombre habría criticado, de muy mala manera, a los hijos de la víctima porque jugaban a arrancar lazos y tirarlos por el suelo. A los tres menores les recriminó que "ensuciaran la ciudad".
Cuando la madre defendió a los hijos, el agresor se enfrentó a ella gritándole que se marchara a su país -es rusa nacionalizada española- y le dio un fuerte puñetazo en la cara. Todo sin ninguna alusión política respecto de los lazos amarillos, los presos políticos o el independentismo.