El líder de ERC y exvicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, ha telefoneado este viernes por la mañana al president de la Generalitat, Quim Torra. El republicano ha salido de la prisión en su primer día con el tercer grado penitenciario en vigor y ha querido que la primera llamada nada más salir de Lledoners fuera a Torra.
Fuentes próximas a Junqueras aseguran que el líder de ERC "se ha puesto a disposición del Govern", ha explicado que está al día de todo a través del vicepresident, Pere Aragonès, y ha querido interesarse por como está Torra.
Por su parte, el president ha agradecido la llamada, y fuentes de su entorno califican la conversación de "cordial". Además, durante esta, Torra ha querido ofrecerse a Junqueras "para lo que necesite".
La llamada se produce justo el primer día en que los presos políticos están con el tercer grado, con el Govern inmerso en la gestión de los rebrotes de coronavirus y con las incógnitas de la fecha de las elecciones catalanas y la reunión de la mesa de diálogo con el Estado sobre el tablero de juego político.
Fuentes de las dos partes, sin embargo, aseguran que ninguno de estos temas se ha tratado en profundidad en la conversación y niegan que hayan concertado ninguna reunión ahora que Junqueras pasará los fines de semana en casa.
El tercer grado de los presos
Los presos políticos disfrutan desde esta mañana del tercer grado. Este viernes han salido de la prisión y no tendrán que volver esta noche para dormir. A partir de hoy el fin de semana dormirán en casa y volverán el lunes al centro penitenciario. Así, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Joaquim Forn, Dolors Bassa, Jordi Turull, Josep Rull y Raül Romeva vuelven hoy a su casa con sus familias después de casi mil noches de encarcelamiento.
Las juntas de tratamiento de las prisiones acordaron este jueves que el tercer grado de los presos independentistas se hiciera efectivo este fin de semana, de manera que los internos dormirán en la prisión cuatro días y los otros tres en casa. A la salida, todos han coincidido en decir que el tercer grado no es la libertad y que, por lo tanto, no hay nada que celebrar. También se han mostrado convencidos de que la Fiscalía recurrirá la decisión de otorgarles el tercer grado.