Oriol Junqueras i Vies (Sant Andreu de Palomar, Barcelona, 1969) ha sido entre el 1 de octubre del 2011 y el 10 de junio del 2024, cuando dimitió, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya. Un cargo que quiere recuperar en el congreso del 30 de noviembre, donde la militancia decidirá quién conforma la nueva dirección del partido después de una serie de retrocesos electorales consecutivos. Junqueras lidera la propuesta de Militància Decidim, que describe como "renovadora", pero otras tres precandidaturas han mostrado sus intenciones de presentarse y evitar que el exvicepresidente del Govern y condenado por el procés (continúa inhabilitado hasta el 2031 a la espera de que se le aplique la ley de amnistía) vuelva a ser el máximo cargo orgánico de los republicanos. Desde las elecciones al Parlament del 12 de mayo, con la derrota de la candidatura del president Pere Aragonès, el partido se encuentra inmerso en una grave crisis interna, enmarcada por los duros reproches públicos entre los diferentes sectores, que también han provocado una ruptura total entre el tándem que había dirigido ERC durante más de una década y había llevado la formación a los mejores resultados en los últimos años, el del mismo Oriol Junqueras y la hasta ahora secretaria general, Marta Rovira. El carismático líder de ERC analiza en esta entrevista en ElNacional.cat su situación y la del partido y habla también del futuro en caso de que, como cree, sea el elegido de los militantes, en manos de los cuales ha puesto su futuro político, para volver a liderarlo.
¿Tiene la sensación que este congreso es un 'todos contra Junqueras'?
Si es una campaña congresual de todos contra alguien en todo caso será la decisión de otros. Es decir, puede ser que haya otra gente u otras candidaturas, que, quizás porque no se ven con ánimos de explicar sus propuestas, prefieren hacer una campaña basada en decir que yo no tengo derecho a ser candidato y constantemente me están pidiendo que me retire.
Puede que haya candidaturas en el congreso de ERC que, porque no se ven con ánimos de explicar sus propuestas, prefieren hacer una campaña basada en decir que no tengo derecho a ser candidato
Sin embargo, usted, ¿por qué no ha hecho el 'pas al costat' después de los resultados electorales que ha tenido Esquerra, claramente de retroceso?
Porque estoy convencido de que el futuro de cualquier sociedad, colectivo, partido político o país lo tiene que decidir la gente. En el caso de un país, lo tiene que decidir el conjunto de la ciudadanía y en el de un partido político el conjunto de la militancia. Nuestro objetivo es devolver el partido a sus militantes. Por eso también dimití como presidente del partido, porque era la única manera que yo tenía de hacer inevitable un congreso. Estoy convencido, lo estaba entonces y lo continúo estando ahora, que lo mejor que nos puede pasar es que sea el conjunto de la militancia del partido quien tome las decisiones. Eso solo pasa en un congreso y la única manera que yo tenía de poner en marcha, de hacer inevitable un congreso, era dimitiendo como presidente del partido. Nosotros queremos que el liderazgo del partido lo tenga el conjunto de su militancia.
Nuestro objetivo es devolver al partido a sus militantes: queremos que el liderazgo de ERC lo tenga el conjunto de la militancia
La principal candidatura que rivaliza con la suya está formada por cargos del partido, principalmente. Últimamente se le ha sumado lo que sería la vieja guardia, un grupo de dirigentes históricos de Esquerra Republicana. Para un historiador como usted, es algo así como 'el pueblo contra la aristocracia'?
Yo celebro que haya muchas candidaturas. No tengo ningún inconveniente que sean tres, cuatro o cinco o seis. De hecho, cuantas más candidaturas haya, más matices, y quizás es una garantía de mayor participación. Lo que sí creo es que tendríamos que pedir a todo el mundo que se actúe de manera respetuosa hacia la militancia. Muchas candidaturas es bueno, actuar de manera respetuosa y que todo el mundo se pronuncie también, tanto los que hace más años que militan como aquellos que hace menos. Yo intentaré siempre expresarme de manera amable, considerada y respetuosa hacia todo el mundo. En todas las entrevistas, cuando me preguntan por alguien en concreto, intento siempre contestar con la máxima amabilidad posible.
Usted dimitió después de las pasadas elecciones europeas y empezó una serie de encuentros con la militancia por todo el país para reconectar con las bases. ¿Cómo ha encontrado la militancia? ¿Qué le han trasladado?
Tengo la sensación de que la mayoría de las personas tienen una actitud mucho más madura de la que a veces parecería leyendo según qué titulares. Soy optimista. Nos encontramos y hablamos con mucha gente, cada día recorremos una o dos comarcas. Esta es una buena costumbre dentro de la organización y también lo es cuando hablas con el conjunto de la sociedad. En todas partes lo que encuentro es esperanzas, ganas de salir adelante, una actitud madura, respetuosa y de legítima inquietud ante las dificultades que hay en el mundo, que son muchas. Pero al mismo tiempo también de convicción y de compromiso. Yo lo celebro y me siento muy acompañado y eso transmite mucha alegría vital. Hay gente que me dice "pero no es un poco cansado eso de hacer una comarca cada día o dos cada día"?. Yo les contesto que no si lo que te encuentras es justamente esta actitud de acompañamiento, proactiva, propositiva.
Todas las candidaturas que se presentan en este congreso hablan de que ha habido una desconexión entre el partido y la militancia. ¿Cómo se soluciona?
Aquí lo más importante es intentar que eso no pase. Y una manera que no pase es justamente la que proponemos nosotros: empoderar la militancia a través de la dignificación de los órganos internos, con la desaparición de estos órganos paralelos que desgraciadamente hemos descubierto a través de los medios de comunicación que han existido en algún momento. También a través del municipalismo. Por eso, de las 30 personas que forman parte de la candidatura formal [Militància Decidim], 27 venimos del mundo municipal, hemos sido alcaldes, concejales. Eso es un 90%. Este vínculo con el mundo municipal y la militancia de base, con una candidatura en la cual la inmensa mayor parte son gente que nunca han ocupado cargos en la dirección del partido, me parece que también es una garantía, no solo de proximidad a las bases sino también de renovación.
¿Hasta qué punto ha habido una dirección paralela en Esquerra tomando decisiones los últimos años?
Yo sé lo mismo que ustedes y me he enterado a través de los medios de comunicación. Ha habido espacios de decisión, en los que ellos mismos [sus componentes] se denominaban Pa amb tomàquet, en los que se tomaban decisiones explícitamente el margen de la presidencia, de la dirección y de la ejecutiva nacional del partido. No lo digo yo, lo han explicado los mismos protagonistas. Por lo tanto, sí, parece que han existido y que se han tomado decisiones que a todos nos avergüenzan, como hacer campañas con carteles sobre el Alzhéimer o contratando mariachis... Es una obviedad. Pero es posible que lo sepan ustedes mejor que yo, dado que la voluntad de los que lo hacían era justamente que algunos no lo supiéramos.
Ha habido espacios donde se tomaban decisiones al margen de la presidencia de ERC y la dirección que a todos nos avergüenzan. La voluntad de los que lo hacían era que algunos no lo supiéramos
¿Si usted gana este congreso y vuelve a ser presidente, cómo garantizará que estas acciones no se repitan?
Si han pasado es porque no lo sabíamos. Y los mismos protagonistas decían que era muy importante que yo no lo supiera. También que sea el conjunto de la militancia quien tome el máximo de decisiones posibles y creo que eso, justamente por esta voluntad tan explícita, es lo que pasará. No es una cuestión declarativa o discursiva, sino que se demuestra en cada uno de los hechos y de las decisiones, en cada una de las cosas que hacemos y el mejor de los discursos siempre son los hechos. Expresado en lengua latina, "Acta non Verba"...
Hechos, no palabras. Ese era el eslogan del presidente Montilla...
Si lo era es porque dos mil años antes ya se lo habían inventado los romanos.
Pero, por ejemplo, ¿no le consultaron a usted para decidir adelantar las últimas elecciones catalanas?
Respondo con lo mismo que he oído explicar: había grupos de whatsapp donde se especificaba que lo más importante era que el presidente del partido no lo supiera.
Hemos visto muchos gobiernos que han seguido gobernando a pesar de no tener presupuestos en Catalunya, España y en Europa
Entonces, ¿estaba a favor o en contra de convocar elecciones anticipadas? ¿En qué medida participó de la decisión?
Lo que es seguro es que estas elecciones no han ido como algunos de nosotros querríamos. Respeto las decisiones que toma todo el mundo y que corresponden a quien le corresponda tomarlas. Pero también me parece que hemos visto muchos gobiernos que han seguido gobernando a pesar de no tener presupuestos: en el caso del gobierno de Pedro Sánchez, de Mariano Rajoy e incluso de Aznar. Y en el caso de los gobiernos Torra, Puigdemont y Mas. Lo hemos visto en Catalunya, en España y en Europa. En la segunda mitad del siglo XIX, Bismarck gobernó en Alemania más de siete años seguidos en prórroga presupuestaria y cuando le preguntaron cuáles habían sido los años más felices, políticamente hablando, dijo que eran los años en que había gobernado prorrogando el presupuesto porque se ahorró convocar el Bundestag, donde habían ganado los Socialdemócratas y el Zentrum. No hago ningún reproche a nadie y, en este caso, todavía menos.
Los últimos días, el exconseller y exsecretario de organización de Esquerra Xavier Vendrell ha dicho, entre otras cosas, que usted se "escondió" en Montserrat después del 27-O [cuando el Parlament proclamó la independencia]. ¿Puede aclarar este extremo?
Xavi es una persona muy importante, no solo porque haya ocupado cargos en la organización del partido sino que es un amigo y yo querría seguir considerándolo así. Espero que él no tenga ningún inconveniente en que sea así, aunque ciertamente en sus declaraciones llegó a hacer referencia a mi familia y creo que quizás no hacía falta. A mí me gustaría que aquellos que están leyendo esta entrevista o que la están viendo, haga un ejercicio: vayan a Google, vayan a YouTube y busquen qué pasó el 30 o el 31 de octubre. Y verán que el lunes después del 27 de octubre, solo dos personas de Govern fueron a trabajar a sus respectivas conselleries a continuar su trabajo. Uno fue el actual presidente del Parlament [Josep Rull]; el otro fui yo mismo, que fui el único en ir al Parlament a contestar entrevistas con medios de comunicación. Es fácil comprobarlo y pediría a todo el mundo que lo comprobara. Los hechos hablan ampliamente por ellos mismos y no hay que añadir nada más.
Xavi [Vendrell], en sus declaraciones llegó a hacer referencia a mi familia y creo que quizás no hacía falta
Su candidatura ha anunciado que llevará las declaraciones de Xavier Vendrell a la Comisión de Garantías, denunciando que eran una retahíla de calumnias. De las cosas que dijo, ¿cuáles eran falsas?
Eso tiene que seguir el trámite que corresponde. Mi opinión creo que ha quedado clara con todo lo que he dicho ahora y con los ejemplos imbatibles, irrebatibles y clarísimos. Y entiendo, sobre todo, que no hace falta que cuando un dirigente político habla de otro se ponga a hablar de la familia de esta persona. Podemos tener debates políticos muy profundos sin necesidad de hablar de la mujer de alguien.
¿Por qué no decidió usted tomar el camino del exilio como el president Carles Puigdemont?
Yo tenía un compromiso, una voluntad política y ética de estar tan cerca como fuera posible de mi gente. Y me parece que eso se ejercía estando dispuesto a asumir la responsabilidad de todo aquello que nos habían encargado en sede parlamentaria a Raül Romeva y a mí mismo: organizar el referéndum. También es fácil comprobarlo. Así lo hicimos y estaba convencido y lo sigo estando, que cuando tomas una decisión está bien defenderla y que era bueno hacerlo si hacía falta ante el Tribunal Supremo, como anteriormente lo habían hecho otros gobiernos de Catalunya, por ejemplo el gobierno del president Lluís Companys. Yo estaba seguro de que de la misma manera que el president Companys defendió el gobierno de Catalunya, nuestro país y las instituciones delante del Supremo de aquella época, también estaba bien que lo hiciéramos nosotros. Eso no quiere decir que desde aquí no envíe un saludo cordial a todos aquellos que emprendieron otros caminos, y, de hecho, algunos continúan en el exilio, como el president Puigdemont.
Por Marta Rovira siento respeto, admiración, consideración y estima. Y espero que todo ello siga dando frutos en el futuro
Algunos, sin embargo, han vuelto del exilio. ¿Qué ha pasado entre usted y Marta Rovira?
Yo por Marta siento respeto, admiración, consideración y estima. Y espero que todo eso siga dando frutos en el futuro. En el pasado hemos hecho cosas extraordinarias, muy positivas y espero que también las podamos hacer en el futuro.
Uno de los reproches que se le hacen es que usted no ha aclarado qué votó en la consulta a la militancia sobre si ERC tenía que investir o no president a Salvador Illa.
A mí siempre me sorprende que me reprochen cosas que a mí me parecen clarísimas. Agradezco mucho los reproches y las críticas que me dirigen porque si sirven para mejorar, tendré muchas oportunidades de hacerlo. Son un estímulo a hacer más territorio, a ir a hablar con más gente, a hacer más comarcas, a interactuar con más sectores de nuestra sociedad, y los agradezco mucho. Mi posicionamiento con respecto a la investidura de un presidente socialista de la Generalitat de Catalunya quedó clarísimo desde el primer día. Cuando dimití como presidente del partido hice una sola entrevista para decir, justamente, que no haría entrevistas porque el debate interno entendíamos que se tenía que hacer internamente. Utilicé la expresión que los trapos o las sábanas, tanto si están limpios como si están sucios, es mejor lavarlos en casa. Durante muchos meses no hicimos ninguna intervención para ser muy respetuosos con el debate interno. Por suerte o por desgracia no todo el mundo siguió esta estrategia y fueron diversas las personas que hicieron lo contrario. Aquel silencio querido por nuestra parte tuvo una sola excepción, justamente con relación al debate de investidura. Y creo que me posicioné de forma muy clara. Expliqué en un tuit breve que me parecía que había muchas razones para votar que no, una de las cuales era la poca confianza en el grado de cumplimiento y que si salía que sí, finalmente salió que sí, tendremos que dedicar todos nuestros esfuerzos a obligarlos a cumplir. Mi posición era clara. Estaba convencido que había muchas razones para votar que no. Ha salido que sí y creo que ahora lo que tenemos que hacer es hacerlo cumplir.
Expliqué que había muchas razones para votar no a la investidura de Illa y que si salía que sí, lo que tenemos que hacer es hacerlo cumplir
¿Cree que está cumpliendo? ¿Cómo evalúa las primeras semanas de Salvador Illa como president?
Por suerte o por desgracia, hay pocas cosas que evaluar. Y pediríamos a cualquier gobierno, en este caso el gobierno de Catalunya, que se arremangue porque hay muchas cuestiones que preocupan a nuestra sociedad y que se tienen que afrontar, no solo con titulares o con declaraciones, sino trabajando día a día. Es la primera vez en la historia en que pagar el alquiler es más caro que pagar una hipoteca por dos pisos que son iguales, construidos en el mismo momento, con las mismas características. Eso no había pasado nunca. Y la pregunta es: ¿por qué hay familias que, a pesar de constatar que si pagan alquiler, pagan mucho más que si pagan hipoteca? La respuesta nos tendría que obligar a todos a replantear muchas cosas: acceder a una hipoteca te obliga a un adelanto de un 20% y mucha gente no dispone de ese dinero y siguen pagando alquiler. Eso cronifica su imposibilidad de pagar este 20% y su pobreza. Y cuando un sistema, un sistema político, económico o financiero tiende a cronificar situaciones de pobreza, quiere decir que no está haciendo aquello que la sociedad necesita y merece. Tenemos que entender que la vivienda seguramente es un bien económico, pero también es un derecho social, un elemento clave en la dignidad de la vida de las familias y, por lo tanto, tenemos que saber compaginar todos estos elementos. Tenemos que proteger la propiedad privada pero al mismo tiempo tenemos que tomar medidas para garantizar que todo el mundo tenga acceso a la vivienda.
Las administraciones se tendrían que plantear procesos de recompra de vivienda pública para garantizar el mantenimiento
Díganos una propuesta, una medida que usted aplicaría en esta cuestión, si estuviera en disposición de poder aplicarla.
Le digo dos. Es imposible una política de vivienda efectiva si no hay un transporte público de calidad, porque mientras este obligue a muchas familias a vivir muy cerca de los lugares donde se concentra el trabajo y los servicios, eso presiona al alza el precio del poco espacio disponible. Si el transporte público funcionara y fuera de calidad, eso abarataría el acceso a la vivienda en todas partes partes. Por otro lado, en los años 90 del siglo XX, las administraciones públicas y el gobierno de Catalunya optaron por vender los pisos públicos que estaban de alquiler. Hubo muchas familias que adquirieron aquellos pisos y se convirtieron en propietarias pero muchas no tienen los recursos suficientes para hacer el mantenimiento y eso hace que muchas casas construidas en los años 60 o 70 estén en mal estado y degradadas, erosionando el patrimonio familiar. Las administraciones públicas no siempre lo tienen fácil para intervenir, pero quizás se tendrían que plantear un proceso de recompra de alguna de estas viviendas para poder garantizar el mantenimiento. Eso se podría hacer sin la compra del conjunto de la vivienda, sino a través de la compra de la nuda propiedad, de la titularidad pero no del usufructo, que lo podría seguir teniendo la familia que actualmente es propietaria. Eso garantizaría una vivienda digna que creo que es uno de los grandes objetivos que tenemos que alcanzar, pero al mismo tiempo también permitiría que la administración pudiera intervenir y pudiera hacer un mantenimiento adecuado. Estamos ante un problema que exige políticas de rehabilitación muy intensas. La construcción de pisos nuevos seguro que es una parte de la solución, pero en muchos lugares del país es inviable, porque el territorio está saturado, no hay espacio para construir. La emergencia habitacional es una de las principales preocupaciones del país, una cuestión importantísima.
¿Cree que la gran pérdida de votos que ha sufrido ERC en las últimas elecciones se debe al hecho de que no se ha hecho bastante trabajo en este sentido desde la presidencia de la Generalitat?
Estoy seguro de que desde el Govern se ha hecho mucho trabajo y en positivo. No quiero nunca perder la oportunidad de recordarlo, destacarlo, de agradecerlo al president Pere Aragonès, a la consellera Natàlia Mas y a todo el resto de consellers. Estoy seguro que desde el Govern hemos hecho mucho trabajo y muy bien hecho. También parece evidente, y eso no es un reproche, que hay determinados segmentos de nuestra sociedad que en algún momento habían confiado en nosotros algo más de lo que confían ahora, al menos en términos de expresión del voto. Eso se aplica en el ámbito de la comunidad educativa, del campesinado, de los autónomos... Seguimos siendo el partido político más votado por los menores de 45 años, pero desgraciadamente, entre los mayores de 45 años, el nivel de confianza que merecemos es significativamente menor. Tiene un punto de esperanzador el hecho de ser el partido más votado por los menores de 45 años que no nos tiene que llevar en ningún caso a la conformidad. Al contrario, tiene que ser un estímulo para ganar todavía más confianza, para merecer más confianza. Tenemos que ser conscientes de que la confianza no se da sino que se gana: nadie tiene la obligación de dárnosla, es nuestro deber ganárnosla cada día.
En las elecciones del 2019 había un componente anti-represivo muy fuerte y explícito que hizo que la gente votara a ERC en esta clave
¿Pero qué diferencia hay entre la ERC que en el 2019 ganó las elecciones españolas o en Barcelona y la del 2023-2024? ¿Qué ha pasado en estos cuatro años?
Entre muchas otras razones, en el 2019 había un componente antirrepresivo muy fuerte, muy claro, muy explícito, que seguramente contribuía a que hubiera mucha gente de este país que votara también en esta clave. Aunque la represión ha continuado, quizás no lo ha hecho de manera tan explícita, al menos a ojos de mucha gente, y ha hecho que haya gente que haya votado priorizando algún otro tipo de cuestiones: el miedo a la extrema derecha o algunas consideraciones en términos económicos o sociales, como el acceso a la vivienda. En todo caso, nuestra obligación es intentar explicar siempre que las políticas sociales, las políticas económicas, también en gran medida dependen de la libertad nacional de nuestro país y de la lucha por la independencia. Yo en ningún caso querría que todo aquello que hemos hecho, que todas las luchas que hemos protagonizado, que todos los sacrificios que nos han obligado a hacer a menudo no hayan servido a nada. Quiero clamar siempre para que todo el mundo entienda que nada se ha acabado, que la lucha continúa para ganarla. Y en eso estamos, para ganar todas las luchas.
Viniendo de donde venimos, ¿se tiene que rehacer la unidad independentista?
Se tiene que rehacer casi todo siempre. Siempre estamos obligados a rehacer mayorías, la independentista, la democrática, la social, la progresista, la mayoría de una actividad económica dignificadora de las personas. Siempre me encontrarán dispuesto a reconstruirla. No solo en términos de partidos políticos, que creo que sí, que es muy importante, sino también en términos sociales, de agentes económicos y sociales. Este país necesita un gran pacto de rentas. Somos un país en el cual cada vez tenemos más trabajadores pobres. Y eso no solo es un problema económico, sino social y ético. El hecho de que alguien trabaje y a pesar de trabajar no pueda salir de la pobreza nos tiene que obligar a todos a replantearnos qué es lo que estamos haciendo como sociedad y como economía. Necesitamos un pacto de rentas que mejore los salarios en este país y yo conozco muchos sectores empresariales que están de acuerdo en aumentar los salarios. Y este pacto de rentas, de salarios, de dignificación, no es una decisión que pueda tomar a un partido político por su cuenta, ni siquiera un gobierno, sino que implica amplias mayorías de nuestra sociedad. ¿Eso se tiene que reconstruir? Sí. ¿Y se tiene que reconstruir cada día? Sí. Y los partidos independentistas tendrían que tener una posición clara sobre este tipo de cuestiones. Creo que tenemos que dar un paso adelante decisivo en este ámbito porque sinó perpetuamos un modelo de baja productividad, de bajos salarios y de familias con muchas dificultades. Déjeme que le ponga un ejemplo. En la ciudad de Barcelona, en el 78% de los hogares no hay niños. Es evidente que estamos ante un reto inmenso y tenemos que tomar decisiones inmensas, como por ejemplo cómo afrontamos la dignificación del mercado de trabajo.
Seguiría siendo independentista aunque el estado español fuera profundamente democrático, que no lo es, y muy simpático, que tampoco
¿Y es más fácil hacer eso si Catalunya es un estado independiente?
Seguro. Yo soy independentista porque lo soy. Y aunque el estado español fuera un estado profundamente democrático, que no lo es, y fuera muy simpático, que es evidente que sus aparatos no lo son, yo seguiría siendo independentista. Pero al mismo tiempo también soy independentista por otras razones. Porque estoy convencido de que eso permitiría vivir mejor a nuestra gente, a la gente de este país, tener un mejor sistema educativo, mejores infraestructuras, una mejor economía y un mejor sistema de salud. Y no tendríamos que oír cómo un ministro de Interior del Gobierno se vanagloria haber destruido el sistema sanitario a Catalunya. La independencia nos permitiría disponer de todos los recursos, de todas las herramientas de las que disponen los estados. Y no se me ocurre ninguna razón por la cual tengamos que renunciar a ello.
¿Cuánto tiempo hace que no habla con el president Puigdemont?
Esta es una pregunta que también me hacen en cada entrevista. La gente me pregunta mucho sobre con quién hablo y con quién no hablo y cuántas veces hablo. Recientemente nos vimos en Bélgica, en Waterloo, y yo intento hablar con todo el mundo, sobre todo si me dejan hablar con ellos. Pero también agradecería que entendieran que no puedo estar explicando constantemente con quién hablo, con quién no hablo porque si no habría muchas conversaciones que no tendrían sentido y es posible que entonces la gente no quisiera hablar conmigo.
¿Se ve como candidato a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones catalanas?
De momento es imposible porque estoy inhabilitado y estoy seguro de que el Tribunal Supremo hará todo lo posible por mantenerme así. Ya lo hace saltándose todas las reformas legales. Ha mantenido la totalidad de la inhabilitación aunque haya desaparecido el delito de sedición, que era el delito más relevante por el que nos condenaron; a pesar de la reforma del Código Penal en el delito de malversación; a pesar de la ley de amnistía... Es evidente que el Supremo mucha simpatía no me tiene. De momento, estamos lejos de este escenario. Ahora bien: en todo caso, yo tengo ganas siempre de ayudar en todas partes, y, por lo tanto, yo no renunciaré nunca a intentar estar. En todo caso, depende de los votantes del partido en este congreso, y después del conjunto de la ciudadanía, si esta opción me la quieren dar algún día o no. Yo intento estar siempre. El 1 de octubre, el 3 de octubre o el 20 de septiembre. Cuando la Guardia Civil intentó parar el referéndum, entró en los edificios de Economia y todo el mundo sabe por qué. Y cuando detuvieron gente, muy mayoritariamente detuvieron a los nuestros. Y aquel día, alguien fue a plantar cara a aquellos guardia civiles que habían entrado en el edificio de Economia. Yo fui. Y me dijeron que no podría entrar y les contesté que era miembro del gobierno de Catalunya, que me había escogido el pueblo de Catalunya y que, por lo tanto, si me querían impedir entrar lo tendrían que hacer de manera violenta. Y entré. Y me lo reprocharon después en el juicio. Pero yo hice lo que me tocaba, que era defender la soberanía del pueblo de Catalunya: entrando en los otros edificios, donde había compañeros detenidos, atravesando un cordón de la Guardia Civil que me decía que no podía pasar, y lo atravesé igualmente para abrazar a nuestros compañeros. Yo estoy seguro de que hemos hecho lo que teníamos que hacer el 20 de septiembre, el 1 de octubre, el 3 de octubre, el 27 de octubre, el 30 de octubre, el 31 de octubre y siempre. Y eso es lo que seguiremos haciendo.
💬 📹 A continuació, la entrevista íntegra a Oriol Junqueras