El empresario Oriol Soler, editor y director general de Som, fue una de las personas que vivieron en primera persona los días que llevaron a la declaración de independencia del 27 de octubre del 2017. Soler ha explicado hoy que durante los días previos a la declaración se confirmó desde Madrid que habría violencia.
En una entrevista en El món a Rac1, ha asegurado que "el Estado había decidido ir a la guerra y el encarcelamiento de Sànchez y Cuixart formaba parte de esta guerra. A partir del 1 de octubre, el estado se organiza y empieza una guerra y nos enseña que, como continuemos, nos matará".
Soler ha recordado que el mismo día 1 de octubre hubo opiniones contrarias sobre si hacía falta detener el referéndum o continuar con su realización. Como es sabido, el referéndum salió adelante, pero Soler ha señalado que "el hecho de que el Estado estuviera dispuesto a utilizar la sangre para parar lo que viniera, condicionó de forma definitiva lo que pasó entre el día 1 y el 27".
En todo caso, Soler relata que el mismo día del referéndum "hay una reunión en Palau en que una persona muy importante propone detener el referéndum y dice: 'Paremos el referéndum porque estos nos matarán'. Otra persona dice que, si hay muertos, no es responsabilidad suya. Y una tercera persona más importante da la razón a la primera y dice: 'Nosotros no hemos explicado eso, hemos explicado la revolución de las sonrisas, no dijimos que habría sangre'. Y aquí se abre un debate. No se detiene porque se considera que es lo más razonable".
"El mismo debate que empieza el día 1, acaba el día 26. Una parte de la gente que hay allí piensa que tenemos que ir hasta el final para dar un puñetazo sobre la mesa, y hay una parte de la gente que cree que no estábamos preparados para este nivel de guerra y que tenemos que parar para recuperar fuerzas. En las dos posiciones hay gente de ERC y gente de Convergència", ha afirmado.
"El Estado empezó una guerra"
Asimismo, el empresario recuerda que el Estado "empezó una guerra", y que en esta guerra, "el componente mediático tuvo mucha importancia", en especial en aspectos como "el tratamiento de la huida de empresas o la creación del miedo y el pánico sobre todo entre la gente que no es independentista", y de hecho, ha asegurado que el 21-D hubo votantes, en referencia concreta a los de Ciudadanos, que "votaron por un sistema de represión muy concreto, que quiere que acabemos en la prisión".
Soler también ha asegurado que "con gente en prisión y con exiliados, parece una frivolidad que yo diga que tengo miedo", pero ha afirmado que esta era "la estrategia del estado español". "Ha habido momentos en que nos han querido hacer pasar miedo", ha añadido, para recordar que "había un helicóptero todo el día sobre el Pati dels Tarongers y había informes y llamadas que nos decían que iban a por nosotros".
Urnas de sobra
En cuanto a la realización del referéndum, Soler ha asegurado que estaba convencido de que "habría urnas, papeletas y sistema informático", porque todo "estaba milimétricamente organizado de forma muy compleja, previendo muchos escenarios". Así, ha asegurado que el censo universal no se improvisa y que hubiera gente defendiendo las escuelas tampoco fue improvisado.
"Había las urnas que no se utilizaron, las urnas que se utilizaron, y había otras urnas", ha afirmado, para añadir que "en el campo informático, estaba el CTTI, había un sistema informático y otra alternativa".
Ninguna negociación, sólo mentiras
Finalmente, Soler ha asegurado que no hubo ningún tipo de negociación entre los gobiernos catalán y español, "porque el Estado es un mentiroso compulsivo" y porque nadie dio garantías al president Puigdemont. "Una vez más nos vuelven a engañar, como el día 10 de octubre que se detuvo la declaración de independencia para abrir la puerta a una negociación".
Soler, que se ha mostrado más partidario de ir a elecciones, considera que a un año vista ha valido la pena lo que pasó porque "hemos planteado el problema en España y hemos planteado el problema en el mundo" y "hemos aprendido muchas cosas", como las que "hemos hecho mal". "La cosa más dolorosa que hemos hecho mal es no ver que hay una parte muy importante de la población que no quiere la independencia y que tuvo miedo", ha añadido, para remachar: "No quiero la independencia con un 40% de la población asustada. Tenemos la obligación de convencer a más gente y ser mucho más empáticos con la gente que tiene miedo".
Soler formó parte del denominado 'estado mayor' del procés, el núcleo duro de Carles Puigdemont que lo asesoró en la organización del 1 de octubre, además de jefe de campaña del 9-N y también de Junts pel Sí.