De la noche a la mañana, los CDR y sus cortes pacíficos de carreteras se han convertido en el objetivo de los poderes del Estado. Incluso se les investiga por sedición, rebelión y terrorismo. Once años atrás, sin embargo, que jóvenes cortaran vías de circulación no era motivo de esta ofensiva. El mismo vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, fue uno de los protagonistas. Entonces era presidente de las Nuevas Generaciones del PP en Madrid, pero también protestaba contra las decisiones "políticas" de la justicia.
Esta manifestación tuvo lugar en el paseo de la Castellana de Madrid, delante de la Fiscalía General, el 23 de marzo de 2007. El objeto de la protesta era la absolución del líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, entonces acusado de enaltecimiento del terrorismo. Convocados por las Nuevas Generaciones del PP y el Foro Ermua, centenares de personas decidieron cortar espontáneamente la gran avenida madrileña. No tenían autorización de la Delegación del Gobierno para hacerlo.
Las decenas de policías nacionales que controlaban la concentración no pudieron evitar la invasión de la vía pública. Inicialmente trataron de impedirlo, pero finalmente tuvieron que limitarse a cortar el paso para que los vehículos pudieran circular por los laterales. Los manifestantes invadieron toda la calzada central, de seis carriles.
Y Casado estaba allí, como presidente de las juventudes populares madrileñas. "Ya solo nos queda estar en la calle exigiendo al fiscal general del Estado, al ministro de Justicia y al presidente del Gobierno que nos escuchen", aseguraba en declaraciones en la prensa.
Los manifestantes escogieron el edificio de la Fiscalía General del Estado porque culpaban al ministerio público de la absolución de Otegi. La Fiscalía de la Audiencia Nacional decidió en pleno juicio retirar los cargos en su contra. Casado tildó de "política" la decisión de exculpar al exlíder de Batasuna.
Además de los manifestantes de Nuevas Generaciones y Foro Ermua, también se añadieron una veintena de individuos ultras, que llevaban banderas franquistas y falangistas. Los cánticos que dominaron fueron los dirigidos contra el Gobierno de Zapatero: "Vosotros socialistas sois los terroristas", "Cobardes, gallinas, la ETA os domina". También sobre la teoría de la conspiración: "11-M, queremos saber".