Pablo Iglesias ha perdido los papeles contra Yolanda Díaz y la filósofa Elizabeth Duval, después de la moción de censura de Vox con Ramón Tamames. En un tuit, el exvicepresidente del Gobierno ha continuado con su particular campaña contra su sucesora en el cargo (que pronto presentará su proyecto político, Sumar) y ha criticado el tratamiento que le han hecho medios de comunicación como la Cadena SER. "Rara vez funciona lo que a PRISA le gusta como complemento del PSOE", ha dicho. Pero eso no es todo: el conflicto ha escalado.
Es aquí donde ha entrado en juego la filósofa Elizabeth Duval, que no ha escondido su apoyo a Díaz y ha acusado a Iglesias de hacer daño a la izquierda española: "No se trata de lealtad a Yolanda Díaz, por más que fuera Iglesias quien lo señalara como sucesora. Se trata de velar por el bien del espacio político de la izquierda". "A mí me sobra mucho este fuego amigo. Y ojalá, de corazón lo digo, Pablo rectifique a tiempo". Pero Iglesias no ha rectificado. Lejos de ello, ha dedicado unas palabras poco amables a la filósofa.
"Señora, hágame el favor de soltarme el brazo y deje de hacer creer que se puede defender un proyecto político decente desde la tertulia de Ferreras", ha respondido el exlíder de Podemos. Y ha continuado: "Cambiar CTXT por La Sexta le habrá dado más fama y dinero, pero, si no le molesta, no se acerque más a nosotros". Con todo, Iglesias parece haber olvidado que él también salió mucho en La Sexta — aunque ahora tiene su propia cadena de televisión. No es la única cosa que había olvidado.
Duval le ha recordado que, "hace meses", la invitaba a su programa La Base y que ella iba "encantada". "Hemos compartido Consejo de Redacción y periódico", ha añadido. Así, la filósofa ha lamentado cuán "triste" es el "sectarismo" que destila alguien a quien había admirado y "lo mucho que desearía que las cosas fueran de otra manera". No es la única que lo ha acusado de sectario: centenares de usuarios de las redes sociales han criticado a Iglesias por perder los papeles de esta manera. De hecho, su excompañero Ramón Espinar también le ha dedicado unas duras palabras: "Se cree el patrón de la izquierda". La guerra está abierta, cuando faltan solo dos meses para las elecciones municipales y autonómicas.