El periodista de El Punt AvuJordi Panyella (Barcelona, 1966) presenta su nuevo libro Causa General. La repressió de l’Estat espanyol contra el moviment per la independència de Catalunya (2009-2021) (Angle Editorial), que es una crónica exhaustiva de la represión judicial, administrativa y económica que ha vivido y vive nuestro país. En un laborioso trabajo de investigación, ha contabilitzado 2.562 represaliados políticos y de ciudadanos anónimos, que, sumados a las 1.066 personas que recibieron golpes de porra el 1-O, elevan a 3.618 las personas represaliadas desde el 2014 hasta la actualidad. Es una crónica actual y coral de nuestra historia contemporánea, donde Panyella ha hablado con más de un centenar de testigos de causas vivas, que evolucionan constantemente con juicios y sentencias (y con la dificultad añadida que las bases de datos judiciales son casi inexistentes). Es un libro de cabecera, que recoge testimonios de miedo y coraje. El libro Causa general se puede encontrar a partir de hoy, 19 de enero, en las librerías, y la presentación se ha programado para el viernes, 21 de enero, a las 7 de la tarde en la librería Ona, de Pau Claris. El abogado Josep Cruanyes y Núria Cadenes acompañarán al autor en la presentación.

El libro Causa general es casi un diccionario de las personas represaliadas en Catalunya. ¿Cuál era su objetivo?

Es la biblia de la represión, más que un diccionario. Siempre he tenido claro que era un libro necesario. Me he imaginado este libro en las estanterías de una casa dentro de unos años para saber qué pasó en Catalunya. Era necesario recoger en un libro toda la represión vivida en Catalunya, sobre todo desde el 2017, aunque me remonto a unos años antes porque hay unos antecedentes muy claros. Porque la independencia de Catalunya no es de hace dos días, ni tampoco la represión.

Uno de los hechos de más valor del libro es que pone nombres y apellidos a represaliados por el Estado español.

Mi idea era identificar tantos represaliados como fuera posible, no para señalarlos y ponerlos en la picota, sino para visibilizarlos. Una de las cosas que me han llenado más al hacer el libro es que a la gente que localizaba y llamaba todo el mundo me daba las gracias por el libro,  por darles voz y visualizarlos.

El recuento de represaliados, además, es suyo.

Sí. Es un recuento independiente del que ha hecho Òmnium o lo que tiene Alerta Solidaria. Mi recuento ha llegado a 2.562 personas, más los 1.066 afectados por las cargas del 1-O. En total son 3.618. Considero que represaliada es toda persona desde el momento que el Estado insinúa que va a por ti. Un porrazo el 1 de Octubre es una represalia porque el Estado hace uso del primer elemento de coacción que tiene, que es la policía pegando. También lo son todos los alcaldes a quienes se les dijo que se les investigaría, aunque al final no se fue contra los 712, pero ya es represión porque quiere generarte miedo y desmovilizarte. También pongo a alguna persona que ha sido incluida en algún atestado policial y se dice que se le tendría que investigar. Recojo la información desde el año 2017.

Un porrazo el 1-O ya es represalia. El Estado hace uso del primer elemento de coacción que tiene, que es la policía pegando

El libro detalla el caso de los 31 jueces de Catalunya que firmaron el manifiesto, en febrero 2014, que decían que en el ordenamiento jurídico español tiene cabida la celebración de un referéndum por la autodeterminación, y a quienes se les obrió un expediente informativo, además de difundirse su foto en un periódico español. ¿Los considera represaliados a ellos?

Sí. ¡Los 31 jueces son los primeros represaliados de mi recuento! El Estado no quería ninguna discordancia en la judicatura, como explica la magistrada Matilde Aragó.

El periodista Jordi Panyella / Josep Losada

El fiscal Superior de Catalunya, Martin Rodríguez Sol, de quien explica que un año antes del manifiesto de los jueces, le hicieron dimitir por solo haber dicho que una consulta independentista era "legítima", aunque el ordenamiento judicial español no lo permitía. ¿Él también es un represaliado?

No. Estuve debatiéndolo pero no lo incluí al final en la lista. Es evidente que él no es independentista y que solo hizo un comentario en una entrevista y por eso se lo cargan. Hay que decir que entre los 31 jueces también hay que no son independentistas, y contra de ellos hay un ánimo represivo. Y en el caso del fiscal es un ejemplo claro de la intolerancia suprema con que ha actuado el Estado español, que ni a los suyos les ha permitido hacer un ejercicio intelectual en voz alta.

¿Con cuántas personas ha hablado?

Más de un centenar. Y al mismo tiempo estoy orgulloso de haber hablado y haber recogido al testimonio de cinco presidentes de la Generalitat: Jordi Pujol, Artur Mas, Carles Puigdemont y Pere Aragonès. Todos ellos víctimas de la represión.

¿También considera represaliado al expresidente Jordi Pujol?

Sí. Quizás alguna persona se sorprenderá que haya incluido Jordi Pujol víctima de la represión, y se puede discutir. Ahora, lo que tengo muy claro es que si el movimiento independentista ha sido tan potente es porque ha sido muy transversal y ha habido personas de todos los ámbitos y tendencias.

El movimiento independentista ha sido tan potente porque ha sido muy transversal y ha habido personas de todas las tendencias

En el libro explica que la Causa General contra Catalunya no es de un gobierno ni de un partido en concreto, sino del Estado español, que lo forman la judicatura, funcionarios... ¿Pero hay un plan concertado contra el independentismo catalán?

Creo que sí que hay un plan concertado pero es indemostrable y a la vez no hace falta porque l'establihsment del Estado sabe perfectamente cuándo tiene que actuar, y cuándo entra en un asunto va a fondo. Eso lo hemos visto cuando algún caso se judicializa, los jueces van hasta el final. En el caso de la represión, a jueces, fiscales, policías y organismos de la administración que tienen cierta coacción nadie les tenía que decir que tenían que actuar a muerte contra todo lo que fuera independentismo. Y aparte hubo el llamamiento de Felipe VI, el 3 de octubre, a no tolerar ningún tipo de indisciplina ni movimiento independentista, y eso puso en marcha toda la maquinaria. A los buenos funcionarios españoles no les hace falta que se les digan que han de ir contra independentistas, eso ya lo llevan incorporado. Los buenos funcionarios españoles actúan de oficio contra el independentismo.

¿Uno de estos funcionarios es el teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena con sus atestados?

Por descontado, sí. Fui a una sesión del juicio en el Tribunal Supremo, en Madrid, para verlo declarar porque era la piedra angular de toda la acusación. Creo que no me equivoqué, y en aquella sesión se vio el tipo de personaje que es y qué ha supuesto toda la represión del Estado representada en este personaje. Él es un Guardia Civil y te dirá que cumplió la ley, pero como los buenos funcionarios españoles, no hace falta que se les diga cómo tienen que actuar y sobre todo contra quién tienen que actuar.

En el libro explica un encuentro de Baena con el juez Llarena,  en el Tribunal Supremo...

Sí, en el libro lo explico. Me quedé de piedra al verles juntos porque era el mismo día que Baena iba a declarar como principal testigo de la acusación, y que no fueran capaces de mantener las formas en el momento que se encontraron... y la alegría de haberse encontrado. Es la muestra de la unidad de acción española.

El encuentro de Baena y el juez Llarena en el Supremo me dejó de piedra

Hay también casos excepcionales, como el magistrado Ramón Sáez Valcárcel, ponente de la absolución de Trapero y de cargos del Departamento de Interior, o de los magistrados Juan Antonio Xiol y María Luisa Balaguer del Tribunal Constitucional, que en votos particulares dicen que las condenas a los presos políticos fueron desproporcionadas.

Sí, por suerte hay algunos resortes en que la justicia todavía funciona. Pero como dice muy bien el abogado Jordi Busquets, el resultado les es igual. Les da igual que Trapero saliera bien absuelto o que Adrià Carrasco ni fuese interrogado y se archivó su causa por terrorismo. Su objetivo con el impulso de las acciones policiales y judiciales es desmovilizar y generar miedo, y eso ya lo han conseguido. Si dentro de unos años Europa se pronuncia a favor de los políticos catalanes, a España le da igual, el objetivo ya lo ha cumplido: desmovilizar el movimiento independentista catalán. Ahora, celebramos que haya jueces como el de la Audiencia Nacional que redactó una buena sentencia.

Explica que hay testigos que han pasado mucho miedo, y algunos no quieren que ponga su nombre en el libro. ¿Hay mucha gente que se lo ha expresado?

Este es un libro sobre el miedo. Es lo que ha transmitido la represión. Me he encontrado con mucha gente que me ha dicho que no quiere que salga su nombre en el libro. Y una cosa meritoria del libro es que por primera vez los docentes de Sant Andreu de la Barca hablan, aunque no quieren que su nombre salga, pero su nombre aparece si se hace una búsqueda en Google, ya que los publicó un medio español. También me lo dijeron unos procesados en Madrid del 2017. Y cuando hice un llamamiento a personas que participaron en los cortes de la Jonquera, algunos se pusieron en contacto conmigo, pero la gente tiene miedo de que su nombre salga y que la represalia sea continuada.

Este es un libro sobre el miedo. Me he encontrado con gente que no quiere que salga su nombre en el libro y que la represalia continúe

El caso de los profesores del instituto El Palau en Sant Andreu de la Barca es de los más conmovedores, e incluso tuvieron que pedir el traslado de centro.

Sí. En este manifiesto los docentes de Sant Andreu de la Barca dicen cosas muy interesantes sobre su sufrimiento y también que desde la dirección de Educación, con el 155, les dijeron que no dijeran nada. Fueron muy maltratados. Y en algunos casos tienen todavía el archivo provisional de su procedimiento, y ellos quieren el definitivo.

El exdirector general del Diplocat Albert Royo le dice que "el miedo se ha hecho un espacio en la política catalana"

Sí. Hay mucha gente que habla del miedo. De las declaraciones que he puesto, el 90% me las hicieron para el libro, pero he añadido algunas. Es el caso del conseller Jaume Giró, que declaró que no puede ser que en la política catalana se haya instalado el miedo y que sus hijas le digan: `Papá, papá, vigila'. En muchos ámbitos, la represión ha triunfado con el miedo y el 'vigila qué hacéis`.

El miedo es legítimo. ¿Sin embargo, los políticos catalanes se han paralizado?

En el sentido de cómo iba encaminada la política catalana en el 2017 y ahora, sí. Estamos en una situación de autonomía. Se ha vuelto a discutir sobre la ampliación del aeropuerto y de debates absolutamente anteriores a todo el proceso independentista. Ha tocado, ha tocado a la dinámica del país.

También hace una lista de instigadores, donde incluye al PSOE y el primero de la lista es Ciutadans. 

Ciutadans no hace política, hace tribunales. Por suerte, algunas de sus denuncias quedan desestimadas, como el caso escandaloso de Carrizosa que denunciaba a Bentanachs de amenazarlo de muerte y que se archivó. Es este aspaviento permanente de Ciudadanos que ha llevado la justicia a la máxima expresión.

Ciutadans no hace política, sino tribunales. Lo denuncia todo y por suerte algunas denuncias se archivan

No revelaremos todos los casos, pero es grave el caso de Adrià y Aina, que considera los primeros condenados y que no tuvieron una buena defensa.

Sí. Es alucinante su caso. Fue una detención ilegal y la policía y los abogados los vendieron.

Explica casos de bomberos, maestros, ciudadanos anónimos y también que la directora de la prisión de Lledoners fue investigada por el Supremo por haber dado un permiso de unas horas al conseller Josep Rull,  el 2020, porque su hijo estaba en el hospital por una caída.

Sí. Además, a nivel penitenciario también hubo una represión preventiva cuando avisaron a los profesionales de las juntas de tratamiento que vigilaran sus resoluciones de aprobar permisos para los presos políticos. El Supremo hizo una represión preventiva y funcionó porque al final no se aprobó que los políticos fuesen a su casa ante la gravedad de la covid-19, como se hizo con otros reclusos.

Portada del libro 'Causa general', editado por Angle Editorial

¿Hay algún caso que le haya impactado?

Está el caso de un chico que no es independentista, que se llama Miguel, que estuvo en una manifestación en la Diagonal, su foto la hizo Jordi Borràs salió en las redes sociales. Él dice que es él y que los Mossos fueron a buscarlo a su casa y lo detuvieron solo por eso. Es muy duro. Hay muchos chicos que han vivido casos así, de historias impactantes, que los han tratado como delincuentes solo por haber ido a manifestarse. O los jóvenes de Girona.

¿Esta represión genera miedo o más disidentes y adeptos a la independencia de Catalunya?

Genera las dos cosas: desmovilización y también la firmeza de mucha gente que dice: "Tenemos que seguir." Lo he preguntado y me he encontrado de todo.

¿Le sorprendió alguna declaración?

De Artur Mas, cuando me dijo que no habían previsto la represión económica, la prisión, sí. Eso te hace pensar que actuaron de forma pueril. O la normalidad con que la presidenta Forcadell le dice a Barrufet que va al Decathlon a comprarse una sudadera porque sabe que entrará a la prisión.

Me sorprendió que Artur Mas dijera que no se esperaban la represión económica

Como es un libro tan vivo, ¿habrá que actualizarlo?

Es un libro acabado, pero inacabable porque la represión del Estado español no cesa y el último embate es el de la escuela, con la persecución a los maestros. La represión ha sido esto, atacar las pocas estructuras de Estado que había en Catalunya: a los Mossos los han tambaleado, con TV3 no han podido, y con la escuela empiezan a conseguirlo. Por eso acabo hablando del catalán. Somos la lengua que hablamos. No les gusta que hablemos catalán.