Nuevo día de negociaciones al límite en el Congreso de los Diputados. Y han acabado descarrilando. Se tenía que debatir y votar el mantenimiento de los impuestos a la banca y a las energéticas y el nuevo paquete fiscal que Junts per Catalunya acordó con el PSOE a cambio de apoyar la transposición de una directiva europea que establece un tributo mínimo del 15% a las empresas multinacionales. La tramitación de este proyecto de ley sirvió a los socialistas para introducir enmiendas acordadas con los juntaires, entre las que estaba el impuesto en la banca, y a ERC y Bildu para reclamar la permanencia también del impuesto a las energéticas, que era una línea roja para los de Míriam Nogueras alegando que ponía en riesgo inversiones en Catalunya. Desde primera hora de la mañana, en la Carrera de San Jerónimo sobrevolaba la posibilidad de que se pudiera salvar solo la directiva proveniente de la Unión Europea (que tiene que recibir luz verde antes de finales de año para evitar una sanción) y dejar los nuevos impuestos para una nueva pantalla. Finalmente, el PSOE ha decidido ganar tiempo y ha desconvocado la Comisión de Hacienda prevista para esta tarde. Se reunirá el lunes a las cinco de la tarde.
A primera hora, ERC, Bildu y el PNV se mostraban partidarios de dar luz verde solo al texto que proviene de la UE, pero Junts cerraba la puerta del todo: fuentes de la formación defienden que su acuerdo incluye tanto las enmiendas registradas por el PSOE pactadas con ellos como el apoyo a la directiva. Sin una cosa no es posible la otra. Más tarde, los republicanos condicionaban su apoyo al texto de Europa a que el PSOE retire el paquete que ha acordado con Junts. Ahora bien, una posible solución ha llegado poco después. Fuentes del PP en el Congreso revelaban que los populares “solo darán apoyo a lo que venga impuesto por el marco comunitario”. Es decir, el impuesto del 15% a las multinacionales. “El objetivo tiene que ser aprobar aquello que se ha acordado en Bruselas con todos los países”, ha defendido al portavoz de Economía del PP, Juan Bravo. Desde el PNV, lo ven como un “caramelo envenenado” y ahora queda en manos del PSOE decidir si saca adelante la votación aunque el PP sea su bote salvavidas.
ERC condiciona el apoyo a la directiva europea a retirar las enmiendas pactadas entre el PSOE y Junts
Por su parte, ERC denuncia el “chantaje” y reclama que el PSOE retire todas las enmiendas que ha pactado con Junts a cambio de avalar la transposición. ¿Por qué? Los republicanos quieren evitar que, aunque las enmiendas no prosperen en la comisión, no puedan llegar vivas al pleno para que no puedan presionarlos hasta el último momento. Sobre sus enmiendas, apuntan en dos direcciones: una modificación para poner fin al fraude en los hidrocarburos (algo que el PP también ve con buenos ojos) y dos enmiendas contra la reforma fiscal de Cristóbal Montoro. Sobre el impuesto a las energéticas, defienden que el tiempo que ha estado en vigor “no ha afectado a los resultados de las empresas” y que no están dispuestos a votar que decaiga. Eso sí, instan el Gobierno a buscar una fórmula alternativa para poder recuperar el impuesto a las energéticas y a la banca.
Bildu y el PNV, favorables a ceñirse al texto que viene de Bruselas
Bildu y el PNV apostaban por validar solo la directiva europea. Por parte de los abertzales, la portavoz Mertxe Aizpurua ha asegurado que intentarían “hasta el último momento” que haya un acuerdo para prorrogar el impuesto a las energéticas, pero ha reconocido la posibilidad de aprobar solo el tributo a las multinacionales para “salvar” la negociación. “Podría ser una solución”, ha admitido. Y el líder del PNV en Madrid, Aitor Esteban, tampoco ha descartado que el paquete fiscal se ciña solo a lo que exige Bruselas: “Igual es el más sencillo”, ha esgrimido. Esta mañana también se pronunciaba en estos términos el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián: “Yo creo que la base que viene de Bruselas es unos mínimos y quizás sería bueno que saliera, pero lo veremos”.
Junts no renegociará el paquete fiscal con el PSOE
Justo el martes, desde Junts per Catalunya subrayaban que su acuerdo es el que está registrado y aseguraban que no se moverán de aquí: “El acuerdo es el que es. Si cerramos un acuerdo, cumplimos. Si hay cosas que no se nos dijo que estarían, entonces el acuerdo no se está cumpliendo”, señalaban fuentes de la formación, convencidas de que ellos, a diferencia de otros aliados parlamentarios del PSOE, “han hecho los deberes”. En los despachos de Junts en el Congreso destacaban que el impuesto a las energéticas nunca estuvo encima de la mesa y que su desaparición está “cerrada”. A partir de aquí, Junts dirigía toda la responsabilidad al PSOE. “Es su iniciativa, no la nuestra, no lo llevábamos al programa electoral, no tenemos ninguna necesidad que haya acuerdo”, argüían desde las filas juntaires en Madrid. “El no acuerdo no nos preocupa en absoluto”, añadía otra voz.
Fuentes juntaires denunciaban el “numerito”, el “teatro” y la “gesticulación” de los socios del PSOE y reprobaban que los socialistas no sean “capaces” de “convencer a sus socios” de los acuerdos a los que llegan con ellos. Además, relatan que hay actores (como clubs deportivos, la Unión de Federaciones Deportivas de Catalunya, mutuas, centros de trabajo especial o patronales de pequeñas y medianas empresas) que se han puesto en contacto con ellos preocupándose por el “riesgo” de que algunas de las medidas acordadas con los socialistas no prosperen. Ahora bien, los juntaires reiteran que ellos han cumplido su parte. Asimismo, quitan hierro al hecho de que las enmiendas no fructifiquen por la falta de apoyos: “Si no está en esta, estará en otra. Antes no lo teníamos. ¿Qué perdemos? Tiempo”.