Votación crucial en el Congreso de los Diputados. Y nueva prueba de fuego para Pedro Sánchez. Después de salvar una primera pelota de partido el lunes en la Comisión de Hacienda gracias a un pacto in extremis con ERC, Bildu y el BNG, el PSOE necesita ahora el apoyo de Podemos para sacar adelante el paquete fiscal que ha abanderado los últimos días. No será fácil y hay muchas variables encima de la mesa. Lo que está en juego es un impuesto de sociedades mínimo del 15% para multinacionales (que proviene de una directiva europea), el mantenimiento del impuesto a la banca, una batería de medidas fiscales pactadas entre el PSOE y Junts, un acuerdo entre el PSOE y Sumar y la continuidad del impuesto a las energéticas. Pero no todo se decidirá hoy. A priori, la votación de este jueves tiene garantizados 173 votos a favor (del PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, el PNV y el BNG) y se da por hecho que tendrá 171 en contra (del PP, Vox y UPN). No está claro si José Luis Ábalos votará y Coalición Canaria todavía no ha hecho pública su postura, pero su posicionamiento no hará decantar la balanza. Sí que lo hará el voto de Podemos: si votan en contra de la ley o de cualquier enmienda, impedirán que prospere. Si se abstienen, los síes ganarán por la mínima. Con este escenario, fuentes del Ministerio de Hacienda consultadas por ElNacional.cat se muestran confiadas que la votación saldrá adelante. En las filas de ERC también hay esta esperanza.
El impuesto a las energéticas, un futuro real decreto ley para intentar contentar a todo el mundo
La clave de todo es el impuesto a las energéticas, aunque su continuidad será la siguiente pantalla. Hace veinte días, el PSOE llegó a un pacto con Junts per Catalunya con una serie de medidas fiscales que incluían un impuesto a la banca, pero enterraba el impuesto a las energéticas, al que los juntaires se oponían alegando que pone en riesgo inversiones en Catalunya. ERC y Bildu no estaban dispuestos a avalarlo y plantaron cara desde el primer momento: tumbarían toda la ley si no se atenían su demanda de mantener el gravamen. Y estaban dispuestos a hacerlo el mismo lunes. Ahora bien, el PSOE paró el cronómetro de la votación y ganó tiempo para negociar hasta que, bien entrada la noche, llegó la fumata blanca: el Gobierno se comprometía a prorrogar el impuesto a las energéticas a través de un real decreto ley, que se tendrá que convalidar en el Congreso y que volverá a depender de Junts y de Podemos. Eso llevó a ERC, Bildu y el BNG a votar a favor del dictamen de la ley para salvar la norma, que ahora tiene que recibir la luz verde del pleno.
Sin embargo, no será tan sencillo. En las últimas 48 horas, Podemos (que no tiene presencia en la Comisión de Hacienda) ha reafirmado la negativa que ha estado anunciado los últimos días. “Pedimos garantías de que se cumple el acuerdo con ERC y Bildu, no entendemos por qué se tiene que hacer lo que diga Junts”, decía anoche Irene Montero. En una entrevista en Hora 25, la eurodiputada de los morados acusaba al PSOE de “mentir y engañar para ganar una votación”, de “tomadura de pelo” y de “trilerismo intolerable” después haber-los “reconocido que el acuerdo con ERC y Bildu no se hará porque Junts no lo votará”. "Ha firmado una cosa con Junts y su contraria con ERC y Bildu”, lamentó
¿Por qué lo decía? Porque el lunes, minutos después de la votación, el Ministerio de Hacienda hizo un comunicado oficial confirmando su acuerdo con Junts de “no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización”. Y este es el tuétano que enfrenta a los socios de investidura de Pedro Sánchez. Fuentes de ERC consultadas por ElNacional.cat reconocen que, desde el lunes, las conversaciones han evolucionado positivamente y celebran que hay “campo para correr”, cosa que el lunes al mediodía parecía impensable. Desde Junts, mantienen que no apoyarán ningún impuesto que haga traquetear inversiones en Catalunya y se remiten al comunicado del Ministerio de Hacienda. Por su parte, las grandes energéticas españolas han advertido en las últimas horas que nuevas cargas impositivas sobre el sector energético tendrán un impacto “directo y negativo” para España como destino de sus inversiones.
Ayer a última hora, en una entrevista en el Més 324, el diputado juntaire Josep Maria Cruset admitía que el real decreto ley que se tendrá que debatir es un “futurible que nadie ha visto”, pero insistía que Junts votará en contra de lo que sea “perjudicial” para los intereses de Catalunya o lo que “atente contra el futuro industrial del país y contra la creación de puestos de trabajo”. Justo antes, la diputada republicana Pilar Vallugera ponía de relieve que para ERC un impuesto a las energéticas y estimular la descarbonización “no son conceptos antitéticos”. “Aceptaremos exenciones y bonificaciones, pero un impuesto específico tiene que existir”, remachaba. Así pues, a pesar de las profundas discrepancias entre las dos formaciones, el Ministerio de Hacienda ha tocado una tecla que podría hacer conciliar los intereses de todos los actores. Igualmente, todo quedará a merced del decisivo voto de Podemos. Hoy sí que se votarán enmiendas de ERC y Bildu y de Sumar sobre el impuesto a las energéticas, pero el voto en contra asegurado de Junts impedirá que tengan recorrido.
El interrogante del impuesto en la banca
El acuerdo que anunciaron ERC, Bildu y el BNG con el PSOE tiene una segunda pata, que cuelga del pacto entre los socialistas y Junts: el impuesto en la banca. Y este sí que depende directamente de la votación de hoy. El lunes, en la Comisión de Hacienda, se votó en dos momentos. Primero, en una transaccional acordada por el PSOE, Sumar y Junts que introducía un nuevo tramo del 7% para márgenes de más de 5.000 millones y dirigía toda la recaudación a las comunidades autónomas, recogiendo también las demandas de ERC. Fuentes de los juntaires reconocían a ElNacional.cat que era un gesto para intentar atraer los votos de los republicanos y los abertzales. Ahora bien, las dos formaciones y el BNG se abstuvieron y la propuesta fue rechazada por la negativa del PP y Vox. Más tarde, se votó la enmienda inicial acordada por el PSOE con Junts (la núm. 108): en este caso, el BNG la avaló, pero el voto en contra de ERC y Bildu hizo que descarrilara. “No íbamos a dejar pasar el proyecto, votamos en contra porque no tenía que salir el paquete”, defendía ayer Pilar Vallugera.
Y ahora el impuesto en la banca volverá a estar encima de la mesa. Pero no está claro con qué fórmula. Desde el martes a primera hora, los técnicos de los grupos parlamentarios y los letrados del Congreso dan vueltas a todas las posibilidades. La enmienda inicial se mantiene viva y se votará seguro. A partir de aquí, no se contempla aprobar una nueva enmienda transaccional porque requeriría que el PP lo aceptara. El camino más posible, al menos ayer a última hora, es recuperar la transaccional que se tumbó el lunes y volver a votarla. El letrado de la Comisión de Hacienda dijo que no se podía hacer, pero en enero, con la ley de amnistía, se votaron en el pleno transaccionales que se habían rechazado en la Comisión de Justicia.
¿Qué se ha incluido del acuerdo entre el PSOE y Junts?
De momento, lo que sí que recoge el cuerpo de la ley (y que será una realidad palpable si el conjunto de la norma sale adelante) son tres de las principales demandas de la formación capitaneada por Míriam Nogueras:
- Una rebaja de la presión fiscal a pymes, microempresas y cooperativas con una rebaja del impuesto de sociedades que prevé un ahorro de 2.500 millones de euros.
- Bonificaciones para la reinversión empresarial a fin de que las empresas catalanas que reinviertan sus beneficios obtengan reducciones al impuesto de sociedades (que serán superiores si comporta la creación de nuevos puestos de trabajo).
- La bonificación del 100% de las cotizaciones de los entrenadores y monitores de los clubs deportivos sin ánimo de lucro.
En cambio, hay una pata del pacto que quedó pendiente: el mantenimiento de prestaciones por incapacidad permanente. Con esta enmienda (la núm. 107), Junts apuesta para que las personas con una prestación por incapacidad permanente que encuentren trabajo no pierdan la prestación: quedaría suspendida temporalmente y se reactivaría en caso de pérdida del trabajo.
¿Qué pactos entre el PSOE y Sumar prosperaron?
En paralelo, en el mismo momento que se desconvocó el primer intento de aprobar el dictamen a la Comisión de Hacienda, los dos socios de coalición en el Gobierno anunciaron otro paquete fiscal. En este caso, hay cuatro elementos que se aprobaron el lunes y que están incorporados en la ley:
- Elevar en dos puntos (del 28% al 30%) la tributación en el IRPF de las rentas de capital por encima de los 300.000 euros.
- Desincentivar el consumo del tabaco y vapejadors con un nuevo impuesto especial para gravar los líquidos de vapeadores y las bolsas de nicotina y con una actualización del Impuesto sobre Tareas del Tabaco.
- Resolver los problemas generados por la fallida reforma fiscal de Cristóbal Montoro: se limitan las deducciones y compensación de pérdidas por parte de las empresas con un volumen de negocio de más de 20 millones de euros.
- Desplegar el Estatuto del Artista para cumplir la fiscalidad especial en el mundo de la cultura.
Sin embargo, hay tres más que todavía están en el aire:
- Suprimir el régimen fiscal especial de las SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliarios), que tributan al 1% al impuesto de sociedades. En este caso, ni la enmienda del PSOE (la núm. 105) ni la de Sumar (la núm. 120) prosperaron y los dos aliados en el Gobierno se votaron en contra el uno del otro.
- Eliminar la exención a las primas de seguros sanitarias privadas al Impuesto sobre las Primas de Seguros (del 8%). Incluso el PSOE votó en contra y la enmienda (la núm. 124) no prosperará porque, justamente, Junts acordó con los socialistas mantener la excepción, que afecta a 2,7 millones de catalanes.
- Impulsar un nuevo impuesto sobre los bienes suntuarios, como aviones y yates privados o coches de lujo. En concreto, la enmienda (la núm. 113) estable un plazo de un mes, a fin de que tenga efectos el 1 de enero del 2025, para que el Gobierno ponga en marcha un Gravamen de Solidaridad Ambiental.
Asimismo, el PSOE y Sumar acordaron introducir un IVA del 21% para los apartamentos turísticos con el objetivo de incrementar la oferta de vivienda habitual en las zonas tensionadas. En la Comisión de Hacienda, prosperó la enmienda del PSOE, que se limitaba a instar el Gobierno a mover ficha para trasponer una directiva europea. En cambio, la enmienda de Sumar (la núm. 118) apostaba por introducir directamente la modificación de la ley del IVA, pero fue rechazada.
Poner fin al fraude de los hidrocarburos y equiparar la fiscalidad del gasóleo y la gasolina
La Comisión de Hacienda también aprobó enmiendas del PSOE y el PNV con la voluntad de poner fin al fraude de los hidrocarburos de empresas que desaparecen después de deducirse el IVA sin llegar a liquidar el impuesto. El nuevo texto fija que la declaración o liquidación del IVA para las operadoras de petróleo sea mensual en lugar de anual.
Y un último punto. Se volverá a votar la voluntad del PSOE de equiparar la fiscalidad del gasóleo y la gasolina (aumentando los tipos del impuesto sobre hidrocarburos para gasóleos y biodiésel). La enmienda (la núm. 99) se descartó, pero podría recibir luz verde si, ahora que se dibuja un impuesto a las energéticas al horizonte, Sumar (que votó en contra) la apoya.