Nuevo fracaso de Ciutadans. La moción presentada por los naranjas y que instaba a la Cámara catalana a reprobar a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha quedado rechazada esta tarde en todos sus puntos gracias al voto negativo de las tres formaciones independentistas, Esquerra Republicana, Junts y la CUP. En el documento, los de Carlos Carrizosa situaban su gestión del caso Juvillà y su presencia en el corte de la avenida Meridiana como motivo de peso para declarar su reprobación, e incluso han pedido el voto secreto con el fin de animar a los cupaires a manifestar su descontento por Juvillà, pero los anticapitalistas no han caído en la tentación.
El independentismo se ha mantenido unido en este rechazo, y así lo ha manifestado el diputado de los republicanos Jordi Orobitg. "Somos los de la unidad de acción, ya dijimos que estaríamos al lado de la presidenta y que nosotros llegaríamos hasta donde quisiera", ha dicho en relación con el caso de Juvillà. En este momento, también ha aprovechado para reivindicar la figura de Roger Torrent, que vivió una situación similar a Borràs con el caso de Quim Torra cuando él era presidente del Parlament. Desde Junts, la diputada Mònica Sales ha valorado la figura de Borràs: "Dirige los debates con neutralidad, rigor y un respeto escrupuloso", ha afirmado. "Quizás lo que entienden por falta de neutralidad es que no les permita hacer sus aspavientos habituales", ha dirigido a Ciutadans. Y Dolors Sabater ha manifestado la postura de los cupaires, remarcando que no reprobarían a la presidenta de la Cámara a pesar de lamentar que Juvillà perdiera su escaño sin sentencia firme. "No haremos el juego a la derecha españolista", ha avisado.
Por otra parte, la oposición se ha mostrado crítica con la presidenta. El PSC ha señalado a Borràs por haber "mentido" sobre Juvillà, y la ha acusado de tomar decisiones "que no han beneficiado ni han dignificado la política", mientras que los comuns han aprovechado para criticar el concepto de libertad de expresión que defienden los naranjas. Vox ha asegurado que Borràs utiliza la presidencia de la Cámara como una "plataforma política", mientras que el PP ha recordado que ya han pedido su dimisión y ha avisado de que envía un "mensaje muy peligroso, que es que desobedecer sale gratis".
"Falta de neutralidad" y "degradación"
El texto, presentado hace nada más una semana, ha pedido reprobar a la presidenta por "mentir a los diputados en el caso de la retirada del escaño" del diputado de la CUP Pau Juvillà. La presidenta de la Cámara había dado explicaciones aquella semana en una Junta de Portavoces abierta, en la cual culpó a los funcionarios. Pero el caso Juvillà no es la única razón por la cual Ciutadans ha querido reprobar a Borràs. También ha instado a hacerlo por la asistencia de Borràs a uno de los cortes convocado por 'Meridiana Resisteix' hace unas semanas, al día siguiente de que la Conselleria de Interior las prohibiera. Su presencia suscitó numerosas críticas, también de Esquerra Republicana y del conseller de Interior, Joan Ignasi Elena.
Y aún más. Borràs también ha sido la diana de los naranjas por su "falta de neutralidad demostrada en el ejercicio de sus funciones de dirección de los debates", en referencia a las instancias en que no permite interpelaciones por parte de algunos grupos parlamentarios. En la moción, Ciutadans también ha acusado Borràs de "degradar y comprometer" el Parlament por compartir la presidencia de la Cámara con su rol en órganos como el Consell per la República.
División de poderes
La moción ha contenido otros puntos, en los que se instava al Govern de la Generalitat a "respetar la división de poderes y acatar las sentencias judiciales, sin perjuicio del derecho a discrepar y realizar críticas razonables, siempre desde el respeto institucional y democrático". En este sentido, los naranjas han reclamado que se retire de todos los edificios de la administración cualquier "símbolo partidista" como lazos amarillos y elementos independentistas, "limitándose a símbolos oficiales previstos en las leyes".
Molestos por Vic
Vic no ha quedado ausente. El grupo naranja, aún molesto porque la alcaldesa, Anna Erra, negara la posibilidad de instalar una carpa en contra de la inmersión lingüística en el municipio, ha incluido en esta moción un punto que buscaba "condenar la denegación de permisos para instalar carpas a determinados partidos políticos y asociaciones basándose únicamente en la aparente discrepancia ideológica". E iba más allá, reclamando que es "plenamente legítimo que se lleve pacíficamente a las calles de Catalunya el debate sobre la presencia de un mínimo del 25% de asignaturas en castellano" en las escuelas.