Salvador Illa, el president de la Generalitat, quiere enviar un mensaje de "normalidad institucional" en casi todas sus intervenciones y puestas en escena. Necesita que el relato que dice que el Procés ya se ha superado y que se ha abierto una nueva etapa en Cataluña, después del referéndum del 1 de octubre de 2017, la declaración de independencia fallida y la aplicación del artículo 155, sea agua pasada y que ahora, bajo su gobierno, como culminación de la agenda del Reencuentro, todo es diferente en la "comunidad autónoma". Y entre estos mensajes y acciones, este lunes, día de Reyes, la consellera Núria Parlon, titular de Interior y Seguridad Pública, ha roto con las tradiciones de sus predecesores y ha asistido a los actos de la Pascua Militar que organiza el Ejército en Barcelona. Durante todos los años, y cuando el departamento y el Gobierno de la Generalitat han estado en manos de partidos independentistas, ningún representante político, ni el conseller ni el director general de la Policía, habían asistido al acto que se celebra cada 6 de diciembre.
Parlon rompe con la tradición nacionalista
Este lunes, sin embargo, Parlon sí que ha participado en el acto, celebrado en el edificio de Capitanía de Barcelona y presidido por el teniente general inspector general del Ejército, Manuel Busquier. Además de la consellera de Interior, en el acto también se ha visto al delegado del gobierno español en Cataluña, Carlos Prieto, y al concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, los dos, unos habituales de este acto. Entre las autoridades presentes en el acto también se ha visto al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Jesús María Barrientos, y al fiscal superior de Cataluña, Francisco Bañeres. Aunque en años anteriores ningún representante del Gobierno había participado, sí lo hacían los mandos de los Mossos d'Esquadra, Josep Maria Estela, excomisario jefe, y Eduard Sallent, también jefe del cuerpo hasta el pasado mes de agosto, quienes tomaban parte en el acto acompañados de miembros de la plana mayor de la Guardia Civil y la Policía Nacional en Cataluña. Este año ha sido Miquel Esquius, actual comisario jefe de los Mossos, quien ha acompañado a la consellera Parlon. La titular de Interior no es la primera vez que se deja ver con militares. El 10 de diciembre participó con el coronel Pastor en el día del Ejército del Aire y el Espacio en el Prat de Llobregat, en esa ocasión, acompañada de la comisaria Alícia Moriana, subdirectora del cuerpo.
En su intervención, el teniente general Busquier ha destacado la colaboración entre el ejército español y diversos cuerpos de seguridad como la Guardia Civil, la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra, la Guardia Urbana de Barcelona y las Policías Locales. Ha agradecido su apoyo y generosidad, destacando la labor conjunta para garantizar la eficacia de las operaciones. Busquier también ha expresado un recuerdo "emocionante y respetuoso" por las víctimas de la dana de noviembre pasado en la Comunidad Valenciana, transmitiendo el apoyo de las Fuerzas Armadas a los afectados. Ha subrayado el compromiso del ejército con la sociedad española, mencionando que más de 8.000 militares, ayudados por más de 2.000 vehículos y otros recursos, siguen trabajando para aliviar la situación en las poblaciones valencianas afectadas por la emergencia. Esta operación cuenta con el apoyo de la Inspección General del Ejército, la cual tiene su sede en Barcelona, que ha estado implicada en el apoyo a las unidades militares desplegadas en la zona. También ha destacado la participación activa de unidades como los Regimientos Barcelona y Arapiles, así como de otras unidades situadas en Cataluña que han colaborado en la gestión de la emergencia en la Comunidad Valenciana.
Además, Busquier ha puesto en relieve la labor de unidades militares catalanas, como el Regimiento de Infantería Arapiles 62, que fue desplegado en Letonia en la misión Presidencia Avanzada Reforzada, y el Regimiento de Infantería Barcelona 63, que participa en la misión UNIFIL en el Líbano, donde velan por la seguridad de la Blue Line en alerta constante por la escalada del conflicto entre Hezbolá e Israel.