El paro de país convocado por las entidades soberanistas y los denominados Comitès de Defensa de la República ha conseguido cortar durante todo el día la frontera franco-española, en la Jonquera, y ha bloqueado los movimientos del AVE en Barcelona, también en Girona. El viaje en el tren de alta velocidad entre la capital catalana y Madrid no ha sido posible en gran parte del día, y tampoco la conexión con Francia. Era la primera vez que una huelga en Catalunya era gestionada políticamente por el Gobierno español, desde hace décadas, con el control tanto de los Mossos d'Esquadra como de la Policía Nacional, pero no ha tenido en muchos puntos el control del territorio.
La protesta, que estaba motivada por el encarcelamiento de miembros del Govern y los presidentes del ANC y Òmnium, ha contado también con una importante movilización ciudadana, que se ha concretado en concentraciones en la plaça Sant Jaume de Barcelona por la mañana, y manifestaciones en prácticamente todas las capitales de comarca por la noche. En Barcelona se ha celebrado una concentración en la plaça de la Catedral. Las convocatorias han sido secundadas por miles de personas, con una amplia implantación territorial.
El paro de país ha sido una combinación de cortes de infraestructuras y manifestaciones que han parado Catalunya muchas horas del día, especialmente en los puntos fronterizos. En el lado sur, también ha sido cortada la circulación en l'Ampolla gran parte del día, y lo mismo ha sucedido en la carretera entre la Seu d'Urgell y Andorra, y en el paso fronterizo de Puigcerdà. No ha sido una huelga laboral centrada en las fábricas, sino en las infraestructuras y el territorio, con un impacto político que no tiene precedentes en una protesta similar. Numerosos medios internacionales han seguido la protesta, y la agencia británica Reuters ha emitido la concentración en la Estación de Sants toda la tarde en directo por internet.
Un total de 16 tramos viarios han quedado afectados a lo largo del dia por movilizaciones, según el Servei Català del Trànsit. Entre las vías afectadas había la AP-7 en varios tramos, como Figueres, Borrassà y l'Ampolla. Otras carreteras cortadas han sido la N-340 en Amposta y l'Aldea, la C-59 en Caldes de Montbui, la N-145 en la Seu d'Urgell, la N-152 en Puigcerdà o la A-22 en Almacelles.
La primera gran ocupación ha sido en la estación del AVE de Girona, cuando centenares de manifestantes han irrumpido en la instalación y han roto el cordón de seguridad. La invasión de vías se ha producido antes de las 9 de la mañana, con una participación creciente de personas, de manera que se han superado las doce horas de interrupción de la circulación de trenes de alta velocidad. El servicio del tren de alta velocidad en dirección a Francia y, en sentido inverso, hacia Barcelona ha quedado cortado.
Un punto aparte ha sido también la concentración en Borrassà, en el Alt Empordà, que ha cortado durante todo el día la conexión vial con la frontera franco-española, en una vía considerada internacional. El paro ha empezado a primera hora de la mañana, y acto seguido se han creado monumentales colas de camiones. Comitès de Defensa de la República de las comarcas vecinas se han trasladado durante el día al corte de Borrassà para reforzarlo, con la presencia de centenares de personas.
Hacia las 20 horas, el Gobierno español ha intentado finalizar la protesta desplazando decenas de furgones de los Mossos y de la Policía Nacional, y los organizadores han decidido desconvocar la protesta. Ya habían pasado una decena de horas, sin embargo, con la frontera cortada. Desde la Catalunya Nord, la prefectura francesa recomendó no viajar al Estado español.
La carretera entre la Seu d'Urgell y Andorra, que también tiene oficialmente carácter internacional, ha estado durante todo el día cortada, con algunos paréntesis pactados, hasta el punto de que los vehículos tenían que entrar en el principado pirenaico por un camino sin asfaltar, el de Anserall. Unas 800 personas han participado en la protesta.