La mayoría de los partidos que formarán el Parlament en esta XIII legislatura han acordado este viernes enviar el grupo de Vox a los despachos del desván. Así lo ha avanzado el diario Ara y lo ha podido confirmar ElNacional.cat.
Si el PSC, ERC, JxCat, la CUP y En Comú Podem ya celebraron una primera reunión este miércoles para arrinconar a Vox en la Cámara catalana, hoy se ha cerrado un acuerdo entre todos los partidos con representación en la última legislatura para enviar a los diputados del partido de extrema derecha en las salas de reuniones del piso de arriba, situadas en el desván del Parlament. Algunos partidos apuntan que -más allá del simbolismo de aislar la extrema derecha- la medida también se ha tomado para no coincidir con los diputados ultras por los pasillos del edificio.
Así pues, el partido de extrema derecha quedará relegado a las salas del desván, donde esta última legislatura no había ningún grupo. Los diputados ultras compartirán planta con el Letrado Mayor, el departamento de Recursos Humanos, el de Informática y Telecomunicaciones, los Servicios Jurídicos de la Cámara y la Dirección de Gestión Parlamentaria.
Por otra parte, Ciutadans cederá su despacho al PSC, mientras que JxCat hará lo mismo con ERC. Así pues, las dos primeras fuerzas parlamentarias se quedarán con la planta noble del edificio, donde hay el salón de plenos, el despacho de la Presidencia, las salas de las comisiones y la sala de prensa.
El resto de formaciones: JxCat, la CUP, los comuns, Ciudadanos y el PP, tendrán sus dependencias en la planta baja del edificio. Por el contrario, los partidos todavía no han acordado como quedará organizado el salón de plenos. Lo más previsible, sin embargo, es que el hemiciclo continúe quedando dividido entre el bloque unionista y el independentista, tal y como pasó en las últimas legislaturas de procés independentista.
El desafío de Vox
Vox ya reaccionó ayer a este veto mayoritario de partidos desafiándolo y advirtiendo que aspiran a ocupar un lugar en la Mesa, tal y como les correspondería en circunstancias normales como cuarta fuerza de la cámara. En declaraciones en la prensa en la plaza Sant Jaume de Barcelona al lado de la también diputada electa María Elisa García, Ignacio Garriga aseguró que el cordón sanitario demuestra el "profundo carácter antidemocrático" del independentismo y la izquierda, a los cuales acusó de querer "subvertir la orden constitucional".
A pesar del enfado de los diputados ultraespañolistas, el veto sigue en pie. Esta misma mañana, cupaires y comunes se han reunido y, entre otro temas, han tratado este tema. "Se ha profundizado en primer lugar en el cordón sanitario a Vox para blindar la propagación de su discurso de odio en el Parlament", han dicho.