Marta Pascal sale tal como ha entrado del Tribunal Supremo: imputada pero sin medidas cautelares, al contrario que Marta Rovira, que ha quedado en libertad pagando una fianza de 60.000 euros.
Pascal ha expuesto que la declaración de la República catalana del 27 de octubre fue un "acto simbólico", sin efectos jurídicos. Ha admitido que han mantenido reuniones con Puigdemont y los consellers exiliados en Bruselas, según fuentes presentes en la declaración.
Ha respondido todas las partes, aunque no todo el mundo le ha hecho preguntas. Como el juez, que a diferencia del interrogatorio de Rovira, no ha preguntado nada a Pascal.
La coordinadora general del PDeCAT no ha recordado algunas de las reuniones que mantuvo fuera de la actividad parlamentaria ni de algunas de las declaraciones públicas que hizo antes de la DUI.
El tribunal le ha pedido que condenara la violencia del 20 de septiembre delante la Conselleria d'Economia, pero Marta Pascal se ha referido a la violencia en general y ha dicho que le "disgusta".
A lo largo de la declaración, Pascal ha admitido que sabía que el TC había suspendido el referéndum y ha afirmado que no tenía conocimiento ni había participado en ningún comité estratégico ni sabía lo que era el documento Enfocats, que supo de su existencia cuando se hizo público a partir de la investigación judicial.
Ninguna acusación ha pedido medidas cautelares, por lo tanto, no se ha hecho vista y no habrá auto.
La llegada
Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, ha llegado al Tribunal Supremo pasados unos minutos de las diez y media de la mañana. Estaba citada a las 11 horas, pero la declaración de Marta Rovira se ha alargado y ha empezado una hora y media tarde.
Pascal ha entrado en el Supremo acompañada de su abogado, Jorge Navarro, del mismo despacho que Jordi Pina, abogado de Jordi Sànchez. Todos ellos están coordinados por Francesc Homs.
La coordinadora general del PDeCAT no sale en ningún informe de la hoja de ruta, pero su cargo sí. Figura en el Enfocats, el documento que ha enganchado todas las cúpulas de los partidos como si fuera una telaraña.
Su postura los últimos meses, desde que recibió la notificación de la imputación, ha sido de prudencia. Ha hablado poco y cuando lo ha hecho ha sido para afirmar que no se hará nada ilegal.