Ser la voz del Govern de la Generalitat es una responsabilidad mayúscula y a menudo una tarea poco agradecida. Cuando se trata de un ejecutivo de coalición, esta función es todavía más delicada, porque hay que desvanecer cualquier sospecha de sesgo hacia alguno de los partidos del gobierno. Por primera vez desde hace una década, el papel de portavoz dejará de estar en manos de un conseller. El nuevo gobierno de Pere Aragonès ha escogido a Patrícia Plaja, periodista, que a lo largo de los últimos años se ha ocupado, con alguna ida y venida, de la comunicación del cuerpo de Mossos d'Esquadra. Ha sido persona de la máxima confianza del mayor Trapero.
La designación correspondía a Esquerra Republicana, que se ha decantado por este perfil, tal como ha avanzado RAC1 y ha confirmado ElNacional.cat. Se recupera así la fórmula adoptada por el tripartito de Montilla con la periodista Aurora Massip.
A las órdenes de Sabrià
Plaja, que estará a las órdenes del jefe de la Oficina del president, Sergi Sabrià, fue reconocida por la gestión de la comunicación durante los atentados del 17-A de 2017. Durante la intervención de la Generalitat, fue cesada por el 155, a raíz de un tuit crítico con la sentencia de la Manada, que ponía en duda el poder judicial en el Estado. Un tiempo después volvió a ejercer como tal, tarea que ha desarrollado hasta la actualidad.
Homs, Munté, Turull y Budó
A lo largo de las últimas cuatro legislaturas, las dos de Artur Mas, la de Carles Puigdemont y la de Joaquim Torra, el rol de portavoz había ido asociado a alguna conselleria, casi siempre la de Presidencia. Así lo estableció Artur Mas a partir de 2010 con Francesc Homs a la comandancia de las ruedas de prensa de cada martes. No será el caso de Laura Vilagrà.
A partir de 2015, cuando se consumó el divorcio de CiU y Unió fue expulsada del gobierno, se produjo un movimiento de fichas. Neus Munté, entonces consellera de Benestar, asumió la función de portavoz, que siguió ejerciendo con Puigdemont de president, entonces ya como consellera de Presidencia. Cuando en julio de 2017 decide abandonar el Govern a las puertas del 1-O, Jordi Turull pasó a ocupar el cargo. Durante el mandato de Quim Torra se ha repetido el patrón, en este caso con Meritxell Budó, de Junts.
El precedente del tripartito
Si bien la apuesta de disociar el rol de portavoz de los entresijos del Consell Executiu representa un cambio de tendencia, el formato no es inédito. Durante el tripartito entre el PSC, ERC e ICV-EUiA que presidió José Montilla entre el 2006 y el 2010 ya se utilizó este modelo.
Durante más de siete meses, aquel Govern funcionó sin portavoz, a raíz de las divergencias internas entre los socios. No fue hasta 2007 que llegó el consenso. Las tres fuerzas presentes en el ejecutivo optaron por que fuera un perfil independiente quien se ocupara de la gestión comunicativa. Se escogió para el cargo a la periodista Aurora Massip, que hasta pocos días antes estaba en activo en TV3.
En el anterior gobierno tripartito, el de Maragall, la figura de portavoz generó conflicto interno. Esquerra Republicana veía con recelo que estuviera en manos de un conseller del PSC, Joaquim Nadal, que era responsable de Política Territorial.
En la imagen principal, la periodista, Patrícia Plaja. / ACN