La polémica provocada por el intento de TV3 de disimular el escote de la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha llevado a la periodista a posicionarse sobre el episodio. Todo pasó durante su intervención en Els Matins para hacer balance del primer año del gobierno de Pere Aragonès. Plaja empezó la entrevista con una camiseta que alguien del canal televisivo consideró excesivamente escotada, lo cual provocó que fuera tapada con un cairon y, posteriormente, recolocada por los responsables de vestuario. Esta decisión generó una protesta pública de la periodista Mayka Navarro, que participó acto seguido en el programa, y desencadenó la polémica en las redes.
"La blusa escotada que escogí para ir a una entrevista en la televisión no me hacía sentir incómoda. Escribir sobre mis pechos en este artículo, sí. Sin embargo, hablemos de ello. Y que esto sirva para que mañana ninguna mujer tenga que dar explicaciones sobre el tamaño de su escote en particular o sobre su estética, en general", señala al artículo, donde explica que la blusa que vestía no la hizo "sentir incómoda" ni antes ni durante su intervención. "Tampoco cuando a media entrevista entraron a recolocarme el escote me sentí censurada. Porque no entendí qué pasaba y porque estaba concentrada en intentar hacer balance de este primer año como portavoz", añade.
"La decisión no fue acertada"
Con todo, admite que se sintió alarmada por la reacción y, mientras los responsables de vestuario de la cadena recolocaban la blusa, les preguntó si es que se le habían visto los pechos. "Alguien pensó, erróneamente, que no estaba cómoda y con la mejor de las intenciones intentaron arreglarlo. Y yo me lo creo. Pero la decisión no fue acertada", añade para abordar acto seguido una reflexión sobre la presión estética sobre las mujeres.
Plaja concluye el artículo advirtiendo que "se ha acabado el periodo de gracia: ya no vale justificar que los comentarios son bien intencionados o que no habíamos previsto que pudieran ofender. ¿Sabéis cuál es la mejor manera de no equivocarse en este tema? No decir nada. Nos vestiremos como queramos, sin pedir permiso ni esperar opinión", advierte.
El artículo íntegro de la portavoz, que ha difundido a través de su cuenta de Twitter y a través de los canales de comunicación del Govern es el siguiente:
El escote no me incomodaba, esto sí
Dicen que de cada crisis sale una oportunidad. Que se tienen que aprovechar. Cada vez que lo oigo pienso lo mismo: y una mierda. Las oportunidades se tienen que buscar y se pueden encontrar sin tener que lidiar con un problema. El escote de la portavoz del gobierno no ha provocado ninguna crisis pero sí una polémica tan absurda como evitable. No lo he buscado, no lo he querido y no he contribuido. Por eso hasta ahora no he dicho nada al respecto. Pero periodistas, y también alguna que no lo es, piden desde entonces mi versión de esta polémica tan retrógrada, como, desgraciadamente, demasiado repetida con protagonistas, siempre mujeres, muy involuntarias. Venga.
La blusa escotada que escogí para ir a una entrevista en la televisión no me hacía sentir incómoda. Escribir sobre mis pechos en este artículo, sí. Pero hablemos. Y que eso sirva para que mañana ninguna mujer tenga que dar explicaciones sobre la medida de su escote en particular o sobre su estética, en general. La blusa que me puse no me hacía sentir incómoda ni antes ni durante mi intervención. Tampoco cuando a media entrevista entraron a recolocarme el escote me sentí censurada. Porque no entendí qué pasaba y porque estaba concentrada en intentar hacer balance de este primer año como portavoz, pero sobre todo porque quería anunciar que este verano se pone en marcha un nuevo formato que permitirá a cualquier catalana o catalán preguntar directamente al Govern sobre todos los temas que interesan y afectan a la gente. Y la portavoz, o sea yo, los responderá.
'¿Se me ha visto un pecho?', pregunté mientras profesionales de vestuario me recolocaban la blusa. Nadie me contestó. '¿Se me han visto los pechos?', volví a repetir. Pero estábamos en directo y no había tiempo para las explicaciones que vinieron después y que ya son públicas. Alguien pensó, erróneamente, que no estaba cómoda, y con la mejor de las intenciones intentaron arreglarlo. Y yo me lo creo. Pero la decisión no fue acertada y de eso ya no hay duda, porque si no, no estaríamos hablando de ello.
Desde el equipo de comunicación de Govern hace semanas que habíamos decidido que buscaríamos nuevos espacios comunicativos para la portavoz, más allá de la sala de prensa del Palau de la Generalitat, para conseguir una comunicación más próxima y reposada al margen de la inmediatez de los informativos y las ruedas de prensa. Los artículos de opinión son uno de estos espacios y lo aprovecho:
De cada crisis no sale una oportunidad, pero de esta polémica aprendo que no podemos normalizar la presión estética que sufrimos todavía hoy las mujeres. Que tenemos que dejar de opinar del escote de la portavoz, y de la que no lo es, si no nos lo han pedido. Los comentarios no deseados sobre nuestros cuerpos, los pechos, el peso, la talla de los pantalones, el culo, la barriga, el color de las uñas, el maquillaje demasiado fuerte o inexistente nos avergüenzan, nos incomodan.
Las que lo hemos tenido que pasar dentro de unos años seremos un saco de males o seremos una roca. Y los momentos de mirar atrás difícilmente nos harán gracia y, casi seguro, nos harán daño. Se ha acabado el periodo de gracia: ya no vale justificar que los comentarios son bien intencionados o que no habíamos previsto que pudieran ofender. ¿Sabéis cuál es la mejor manera de no equivocarse en este tema? No decir nada. Nos vestiremos como queramos, sin pedir permiso ni esperar opinión.
En el 2008, Angela Merkel llenó muchos más titulares que yo por llevar lo que algunos consideraron un escote inapropiado y provocativo en la inauguración de la nueva ópera de Oslo. Ninguna similitud entre ella y yo, demasiado entre donde estábamos hace catorce años y donde estamos, todavía, hoy cuando algunos ven un escote.
Patrícia Plaja, Portavoz del Govern.
16 de junio de 2022