A falta de los socios habituales de la legislatura, que se mantienen en el no, el Gobierno ha tenido que recurrir a los grupos más pequeños de la cámara para intentar aprobar la reforma laboral. El ejecutivo ha acabado saliéndose con la suya 'in extremis' y con los votos justos. Tras unas horas intensas, primero Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han el voto favorable de los cuatro diputados del PDeCAT. Pocos minutos después se ha conocido también el sí de los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro, que son los que harán inclinar la balanza. Hacen falta más sí que no en la votación de este jueves. No podrá faltar ningún diputado de la mayoría del Gobierno. De esta forma, pues, con el apoyo del PDeCAT y UPN, la reforma laboral prosperará con mayoría absoluta (176 votos favorables).
El sí del PDeCAT lo ha anunciado el portavoz Ferran Bel en rueda de prensa en el Congreso. Ha puesto en valor el hecho de que la reforma laboral de Díaz cambia aspectos que querían tocar, pero que también mantiene elementos de la reforma laboral de 2012, que ha recordado que fue aprobada por CiU. También ha justificado que su no aprobación supondría "un golpe mortal al diálogo social", inestabilidad "absoluta" en el mercado laboral y un incumplimiento de los compromisos del Estado con Bruselas. También ha argumentado que abrirlo a la tramitación parlamentaria generaría mayor incertidumbre. "Me siento plenamente coherente", ha defendido Bel, después de mantener contactos con el gobierno español durante los últimos días. También ha criticado que algunos planteamientos de otras formaciones independentistas "no son realistas".
De esta forma, la diferencia será de tres votos. El decreto de la reforma laboral cuenta con 176 votos a favor, los del PSOE (120), Unidas Podemos (34), Ciudadanos (9), el PDeCAT (4), Más País (2), Unión del Pueblo Navarro (2), Compromís (1), Teruel Existe (1), Coalición Canaria (1), Nueva Canarias (1) y el Partido Regionalista Cántabro (1). En el otro lado de la balanza, hay 173 votos en contra, los del Partido Popular (88), la extrema derecha de Vox (52), ERC (13), el PNV (6), EH Bildu (5), Junts per Catalunya (4), la CUP (2), el BNG (1), Foro Asturias (1) y Pablo Cambronero, diputado escindido de Ciudadanos.
Ruptura del bloque de la investidura
La reforma laboral ha supuesto una gran grieta en el bloque de la investidura. Independentistas y nacionalistas reclamaban cambios en la nueva normativa, que encontraban insuficiente y que no respondía a las necesidades de sus territorios. La semana pasada fueron ERC, la CUP, EH Bildu y el BNG quienes forjaron un frente común para negociar con La Moncloa mejoras en el texto. El PNV también ha insistido en reclamar, en las últimas semanas, como mínimo la prevalencia de los convenios autonómicos por encima de los estatales. Pero el ejecutivo central no ha escuchado ninguno de estos reclamos y por eso siguen en el no. En cambio, Ciudadanos ha ofrecido sus votos gratis, a cambio de no tocar una sola coma del acuerdo entre gobierno, sindicatos y patronal.
Se han tensado mucho las relaciones entre ERC y el Gobierno, especialmente con los comunes. Hoy Jèssica Albiach amenazaba con retirar el apoyo al Govern Aragonès si los republicanos no validaban la reforma laboral. Han recibido respuesta del portavoz de ERC al Congreso, Gabriel Rufián, que ha denunciado el inmovilismo y ha avisado: "Si no se mueven, no nos podemos mover". Mientras, el presidente Pedro Sánchez asegura que la estabilidad de la legislatura está "garantizada". Con otras alianzas, eso sí.