Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han sellado en 48h lo que no fue posible durante meses. El acuerdo, sin embargo, será papel mojado si no consiguen los aliados necesarios para cuadrar los números de la investidura. Y resulta que la llave la vuelve a tener el independentismo.
Antes de coger la calculadora hay que tener en cuenta que parece del todo descartable una investidura a primera vuelta, con mayoría absoluta. Eso significa que será necesaria una segunda ronda donde Sánchez necesitará más votos a favor que en contra. Ahora sí, cojamos la calculadora.
PSOE, Podemos y las confluencias suman 155 diputados, que irán al bloque del 'sí'. En el lado opuesto, quienes seguro que votarán en contra son los 153 escaños de las derechas, el PP, VOX, Cs y Navarra Suma, a los que hay que añadir los dos de la CUP. Hasta aquí las posiciones inamovibles, 155 a cada lado.
Si volvemos a los favorables a la investidura, se da por descontado el apoyo de los dos diputados de Más País de Íñigo Errejón y de Joan Baldoví de Compromís, así como muy probablemente el de los cántabros, canarios y Teruel Existe. En paralelo, parece seguro que los ocho miembros de JxCat se opondrán a la investidura, aunque algunas fuentes apuntan a que la mitad de ellos, los que vienen del PDeCAT, podrían moverse a la abstención.
A partir de ahí, la confianza de PSOE y Podemos pasa por nacionalistas e independentistas. rimero, por el eterno aliado, el PNV, que cuenta con seis sillas en el Congreso, pero también aspiran a seducir al diputado del BNG. Hasta aquí habría 169 votos a favor y 163 en contra.
Quedan sin embargo 18 escaños por computar, todos ellos independentistas. Los trece de ERC y los cinco de Bildu. Si ambos grupos se abstienen, como hicieron en abril, Sánchez sería presidente. También saldrían los números aunque los de Otegi votaran que no, siempre eso sí que ERC se abstenga. Pero si los republicanos se mantienen en el no, que se la posición que han anunciado hasta ahora, el líder del PSOE volverá a fracasar en el intento.