El exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, defenderá el reconocimiento de la plurinacionalidad en el proyecto político y territorial con que se presenta al proceso de primarias para liderar el PSOE. Según han revelado a El Nacional fuentes del equipo que integra su candidatura, el documento que se hará público este lunes en Madrid incluye una apuesta por un modelo de Estado entendido como "nación de naciones", que permita acomodar la singularidad de Catalunya y Euskadi.
Bajo el nombre de "Somos socialistas", la cita tendrá lugar a las 19.30 horas en el Teatro Fernando de Rojas, en el Círculo de las Bellas Artes. El exsecretario general estará acompañado de personalidades de varias disciplinas –catedráticos, economistas, o profesionales del mundo de la cultura. También habrá dos de los coordinadores del texto, el sociólogo José Félix Tezanos y el economista Manuel Escudero, y, seguramente, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, el encargado de Estudios y Programas del PSC, Carles Martí, y el de Economía y Trabajo, Carles Ruiz.
Sánchez introdujo el giro plurinacional durante la entrevista de La Sexta con el periodista Jordi Évole, pocos días después del golpe de los críticos que lo llevó a la dimisión en el comité federal del 1 de octubre. Entonces aseguró que había podido "comprender la naturaleza del país", en alusión al Estado español. "España es una nación de naciones. Catalunya es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco, y eso es una cosa de la que tenemos que hablar y reconocer, a través de una reforma de la Constitución", afirmó.
Las fuentes de su equipo no han querido revelar si la propuesta para primarias aún pasa por la modificación de la Carta Magna, o alguna vía alternativa. Es de esperar que el reconocimiento no vaya asociado a la autodeterminación. Aun así, ello supone un cambio en los postulados en materia territorial que defendió como líder de Ferraz, los cuales han ido evolucionando gradualmente a lo largo de tres años.
El exsecretario general siempre hizo suya la Declaración de Granada de 2013, texto que aboga por el federalismo para España. Durante la campaña de primarias había utilizado una vez el término "nación", pero rectificó y no lo volvió a utilizar los años posteriores. Más tarde, para las elecciones generales del 26 de junio, Sánchez introdujo el reconocimiento de las "singularidades" culturales y derechos históricos de Catalunya. Pero la presidenta andaluza, Susana Díaz, replicó que ninguna región podía tener "privilegios".
A lo largo de las negociaciones de investidura, él mismo estableció el veto al diálogo con los independentistas catalanes de ERC y PDeCAT. Entonces les dijo que usaban la "nación" de forma excluyente, aunque era una palabra polisémica. Incluso, el líder republicano, Joan Tardà, llegó a afirmar que Sánchez "nunca" reconocería a Catalunya como tal, porque ello conllevaría aceptar el derecho a decidir.
La plurinacionalidad amenaza con avivar el nerviosismo de la gestora presidida por Javier Fernández. Esta considera que "nación" sólo podría ser un concepto reconocido si no es con implicaciones jurídicas –de modo contrario, sería la antesala del referéndum. El pacto suscrito entre PNV y el Partido Socialista de Euskadi para gobernar el País Vasco sí reconoció el término, pero entonces se argumentó que solamente tenía un componente cultural e histórico, y que que los 'jeltzales' no estaban por consultas de autodeterminación.
En Catalunya, la misma Parlon se mostró partidaria del reconocimiento plurinacional, considerando que de facto España ya actuaba como tal. Los propios socialistas catalanes presentaron una propuesta en el Parlament, donde abogaban por el término "nación de naciones". El objetivo era construir un Estado federal "integrado por varios entes federados, que adoptarán la denominación e instituciones que prefieran". La idea no prosperó en la votación. Sin embargo, alimentó el malestar de la gestora dentro del proceso de reflexión de las relaciones entre PSOE y el PSC.
El documento político de Sánchez también promete un cambio sobre el modelo de partido, la voluntad de no supeditar el proyecto socialista al Partido Popular, y la revisión de los postulados del PSOE para situarlo más a la izquierda. Todo llega tras semanas visitando varias ciudades españolas, como Valladolid o Valencia, para "recuperar" el partido para la militancia.